“Tanto gilipollas y tan pocas balas”
Lo sé, cualquier trabajo cinematográfico que empiece con un monólogo interior de este calibre, tan profundo, sincero y poético,promete ser como una experiencia religiosa (parafraseando a Enrique Iglesias, si se me permite) para cualquier espectador. Las Aventuras de Ford Fairlane fue un esperpento hecho película en 1990, para la recreación y gracia personal del cómico Andrew Dice Clay (algo así co... »