Los cincuenta años del Monterey Pop Music Festival
Instaba entonces Scott Mckenzie a ponerse flores en el pelo antes de entrar en San Francisco en una canción escrita por John Phillips que se convirtió en himno, lema y eslogan del verano de 1967 y de todo lo que sucedió aquellos meses en California.
Hace ya medio siglo de aquel verano del amor en el que tuvo lugar el Monterey Pop Music Festival. Lo que parecía ser solo una concentración de los adeptos al movimiento hippie y de su música fue en realidad mucho más. Sentó un precedente claro en la historia de los festivales de rock y otros géneros celebrados al aire libre, que desde entonces no pararon de reproducirse tanto fuera como dentro de los Estados Unidos. Y no solo eso, sino que fue también la pieza necesaria para legitimar la música rock como una forma de arte, algo que hasta entonces se reservaba al blues y al jazz.

Cartel publicitario del Monterey Pop Music Festival 1967
“Yo a esa mierda de música a la que llaman rock and roll no le doy ni cinco años de vida”, afirmaba Frank Sinatra, errando en sus predicciones. No imaginaba que, tras los sucedido entre el 16 y el 18 de junio de 1967 en Monterey, las discográficas abrirían los ojos y verían en aquellos artistas que daban vida, según Sinatra a “la forma de expresión más brutal, nauseabunda, desesperada y viciosa que he tenido la desgracia de escuchar”, máquinas de hacer billetes. Tampoco se imaginaba que tanto sus canciones como ellos mismos y su historia serían recordados por muchos medio siglo después como si de cantos de sirenas y dioses de carne y hueso se tratasen.
Hoy en día poco importa si eres más de música electrónica, rockero, popero o metalero porque, incluso aunque sucumbas a los encantos que dice tener el reguetón, hay un festival para ti y, probablemente, dada la cantidad de eventos anuales que se celebran, no te quede muy lejos de casa. Antes de Monterey tan solo los adeptos al jazz o al blues podían disfrutar de eventos de este tipo en los que ver las actuaciones de las más grandes estrellas. El Monterey Pop Music Festival nació precisamente de la idea de dar un espacio al rock en una ciudad en la que tanto el jazz como el blues ya tenían sus festivales y con la tontería el evento resultó ser “la madre de todos los festivales”.

El de Monterey fue también el primer festival grabado integramente. El encargado fue el cineasta D.A. Pennebacker © Imagen extraída de esas grabaciones
La idea principal se gestó en la cabeza del productor Lou Adler durante el Festival de Jazz de Monterey de 1966 y lo organizó con un grupo de gente entre los que se encontraban John Philips de The Mamas & The Papas y el compositor y ejecutivo musical Lou Adler. No tenía fines comerciales y fue ingeniosamente presentado ante el Ayuntamiento de la pequeña ciudad al que convencieron de que la llegada de 200.000 personas no iba a perturbar la tranquilidad del municipio y que sería una reunión pacífica con total ausencia de drogas.
Algunos de los grupos que acudieron a la cita fueron Simon and Garfunkel, que fueron de hecho los primeros en aceptar, después por supuesto The Mamas & The Papas que, al participar Philips en la organización, fueron los encargados de cerrar el festival el último día. Tambien The Animals, Janis Joplin, Jefferson Airplane, Otis Reddin, que actuó por primera vez ante un público blanco, o Ravi Shankar, que fue el único de todos los participantes que cobró por su actuación, se dejaron caer por allí.

Janis Joplin y su grupo los Big Brother and The Holding Company en su actuación en Monterey ©D.A. Pennebaker
Se habla de los rifirrafes entre The Who y The Jimi Hendrix Experience a la hora de decidir quién precedía a quién en aquel escenario. Al final fueron The Who quienes salieron primero al escenario y, pese a su espectáculo de patadas y golpes al material, quedaron lejos de eclipsar a Hendrix, quien decidió hacer un ritual de demostración de amor a su Fender Stratocaster con un final en llamas que pasó a la historia. Esto deja bastante claro el cambio en la forma de actuar de los músicos que marcó el Monterey Pop Music Festival. Por primera vez la gente acudió a ver una performance de un grupo y no a ver exclusivamente como tocaban.
Hoy en día parece que este germen se ha llevado al extremo. Estamos acostumbrados a juegos de luces, efectos especiales e impresionantes puestas en escena que parecen por momentos estar más cuidadas que la propia música, consiguiendo en ocasiones hacer llegar a los primeros puestos de las listas de éxitos a aquellos que más filigranas hacen sobre las tablas y también fuera de ellas, en lugar de a aquellos que mejor sonido consiguen en sus canciones, aunque ese es otro tema…

Jimi Hendrix y su guitarra en llamas en su actuación en Monterey ©D.A. Pennebaker
Los años le han tirado flores a Woodstock, pero fue el Monterey Pop Music Festival el que constituyó un punto de inflexión en la historia del rock. Aunque el que le sucedió dos años después en Nueva York fue más multitudinario y mucho más conocido y recordado con el paso de los años, el que consiguió dar una nueva visión al rock, además de conseguir que se firmaran contratos millonarios con artistas del género que hasta entonces solo Los Beatles o Los Stones habían conseguido, tuvo lugar en junio del 67 y no en el 69.
Fueron, como había prometido la organización, tres días de música sin altercados, por increíble que pueda parecer. La tranquilidad del pueblo seguro que se vio perturbada por los visitantes y seguro que lo de la ausencia de drogas no se cumplió, pero Monterrey, la actual ciudad de Salinas, puede presumir de ser protagonista de un dorado capítulo de la historia de la música rock y de que cincuenta años después podemos seguir viendo en nuestros festivales, en la forma de actuar de los artistas, en la de entender la música de los que acuden a verla e incluso en los outfits de estilo boho chic que se siguen viendo tanto en Coachella como en Burriana, que son una clara versión, algo hipster, de lo que vestían los que dieron vida a aquel verano del amor.