Rulo y la Contrabanda: dos horas a pleno pulmón en la Capitol

Late un corazón. Despacio, poco a poco. Está tranquilo. Entonces se acelera. Nervios, emoción, impaciencia. Y salen uno a uno los integrantes de la Contrabanda. Sobre el escenario el órgano vital que lo preside viste un rojo intenso. El culmen. Y entonces aparece Rulo y la Capitol se funde en un grito, principalmente agudo, debido a que buena parte del público es femenino. En su guitarra se lee “No quiero ningún gramo que no sea de tu cuerpo”, los allí presentes no querían ninguna palabra que no saliese de su boca.

Rulo y la Contrabanda | ©Ada Seoane Alló

Rulo y la Contrabanda en el inicio del concierto |©Ada Seoane Alló

Rulo y la Contrabanda regresaron a Santiago el 25 de febrero, una ciudad que no pisaban desde 2014. Y su público, pese a la espera, se mantuvo fiel. A las 20 horas una ligera cola subía por la Rúa de Concepción Arenal. Unos cuantos admiradores que buscaban la primera fila. A las 21.15 la hilera era inmensa. Una marea de gente desesperada por entrar y encontrar un buen hueco para deleitarse con su rock cien por cien español. En la fila dos parejas de unos treinta y muchos cantaban. Desbordaban juventud, más incluso que los veinteañeros que los rodeaban. Uno de ellos, barba canosa y chupa de cuero, se subió a un ventanal y en un acto de rebeldía pegó una pegatina en una señal. “Libertad”, gritó.

Rulo y la Contrabanda regresaron a Santiago el 25 de febrero, una ciudad que no pisaban desde 2014. Y su público, pese a la espera, se mantuvo fiel.

De izquierda a derecha: Pati y Quique de Rulo y la Contrabanda ©Ada Seoane Alló

De izquierda a derecha: Pati y Quique de Rulo y la Contrabanda |©Ada Seoane Alló

Un juego de luces acompasado por los gritos del público dio inicio al concierto. Desde entonces dos horas cantando a pleno pulmón. Entregándole hasta la última gota de sudor al público, de ahí que Rulo se cambiara de camiseta hasta en tres ocasiones. Pero al tema. Que empezó con un movido ‘Tu alambre’, incluido en su nuevo cedé ‘El doble de tu mitad’ (Warner Music Spain, 2016). El micrófono estaba a tope, pero la euforia de los allí presentes tapaba al músico. Un regalo para él, una bendición para sus seguidores en el templo de la música gallega.

 El micrófono estaba a tope, pero la euforia de los allí presentes tapaba al músico.

Después vino el primer single del nuevo álbum, que dejó frases como “me gusta tu impuntualidad”. Y se ve que al público no le importó en exceso la de Rulo y la Contrabanda, quienes se demoraron unos quince minutos en salir a escena. Un perdón con sorpresa, pues lo que debía ser un punto y final a las 22.30 fue una enumeración de temas, uno tras otro, sin pausa y sin prisa.

Rulo, de Rulo y la Contrabanda | ©Ada Seoane Alló

Rulo, de Rulo y la Contrabanda |©Ada Seoane Alló

Son “una puta banda de rock”, palabrita de Rulo, pero ello no quita que no puedan ser tiernos en ocasiones. “Ahora viene una canción que casi nunca hemos tocado en concierto”, explicó el vocal cántabro. Y entonces la sala se sumió en un silencio intenso y unos acordes de guitarra sonaron. Delicados, sutiles, tranquilos.

“Por ti me alejaría de los bares,

me haría el majo con tus padres,

iría nadando hasta Dublín”

A mis espaldas, dos amigas. Se miran, se sonríen y se agarran para disfrutar de esta canción. Por la una, por la otra, por todas las personas que alguna vez han querido, por Rulo. Pero eso de dejar solo la piel de gallina con una canción no les va a los contrabandistas. Cuando parecía que ya había llegado de emoción por un día, Rulo se confiesa: “La siguiente canción la compuse para alguien muy especial: Julia, quien se fue despidiendo durante 20 largos años. Esto va por ella y por todas las personas y familias que lo sufren”. Hablaba del alzhéimer, la enfermedad del olvido. Pero de Julia no se olvidó, ni nunca lo hará. Y sus fieles tampoco olvidarán su corazón, tan grande como el que coronaba el escenario.

Rulo, de Rulo y la Contrabanda ©Ada Seoane Alló

Rulo, de Rulo y la Contrabanda |©Ada Seoane Alló

Fueron dos horas de música, un no parar. Bailes, gritos y hasta flores moradas impregnaron el recinto. Un recorrido por su nuevo cedé, un viaje también al pasado. “Nosotros vamos y volvemos como las mareas”, al igual que sus canciones. Todas, absolutamente todas contaron con el coro del público. Una oda a su rock, al de la Contrabanda y Rulo o Rulo y la Contrabanda. Pero el pasado también tiene herencia, y por eso interpretaron dos míticas canciones de La Fuga -grupo del que Rulo formó parte hasta 2009-: ‘Por verte sonreír’ y ‘Pa’qui Pa’lla’.

Bailes, gritos y hasta flores moradas impregnaron el recinto. Un recorrido por su nuevo cedé, un viaje también al pasado.

“Por favor, canta ’32 escaleras’ Rulo”, se oía de fondo. Y la tocó. Movida, alegre, marchosa. La gente bailaba, vaya si lo hacía. Y con esto clausuraba su décima parada en su ruta de rock and roll y carretera, una gira que comenzaron el 4 de noviembre. Pero antes de despedirse hasta a saber cuándo, levantó una botella de whisky y como buen rockero se empapó con ella. A tu salud Rulo.