Novedades Carminha o morir bailando
“¿Pero qué hace ahí el escenario?” No había entrado en el Playa Club desde el concierto de Triángulo de Amor Bizarro de abril del año pasado. Parece que dentro de la rehabilitación de toda la zona, el local aprovechó para una reforma. Volvía al Playa Club para ver a Novedades Carminha el pasado 3 de marzo. Ahora el escenario da la espalda a la Torre de Hércules, y es un cambio muy a mejor. Más espacio a lo ancho del escenario y no hacia el fondo reduce las habituales batallas por llegar y mantenerse en primeras filas.
© Sabela Porto
Después de dejar los abrigos, momento de coger sitio. Ver cómo la sala se va llenando es una de mis partes preferidas de los conciertos: la fauna particular de cada uno, la atmósfera que se crea, la música que ponen mientras, con qué creéis que van a abrir, espero que toquen Ensalada de ostias. El Playa Club se llena, más cabezas, más codazos, más voces y más expectación.
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Tras Debaser, Emborracharme o Qué puedo hacer, se corta la música. Gritos, aplausos, Carlangas, Jarri, Xavi y Anxo suben al escenario. Abren con Campeones del mundo y siguen con Que Dios reparta fuerte, haciendo lo propio. Desde los primeros temas, Novedades Carminha prometen un directo para hacernos bailar.
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En esta gira, Novedades Carminha presentan su último trabajo: Campeones del mundo, disco del que pudimos escuchar todos los temas: Lento, Cariñito, Chispas relax, Ritmo en la sangre (“esta os la sabéis, eh, que sois unos guarros”), Todo bajo el sol o La mejor de Europa. No olvidaron sus anteriores trabajos: Te vas con cualquiera, Jódete y baila y especialmente Juventud Infinita. F.O.L.L.A.R., Quiero verte bailar, Pesetas, Jódete y baila, Capricho de Santiago o Fiesta tropical fueron algunos de los temas que repasaron.
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El concierto no dejó de ir para arriba. Novedades Carminha son un grupo que parecen pasarlo muy bien haciendo lo que hacen, y eso es contagioso: el público también se lo pasa muy bien. Al ver al público tan entregado, el grupo no dejó de crecerse durante todo el concierto, motivado por bailes, gritos y la ensalada de ostias que se formó a partir de la mitad, que llegó a su apogeo con el final de la primera parte: el ya habitual cover de Los Saicos de Demolición.
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El bis no se hizo esperar, no podían hacernos eso: anuncian que van a tocar una que llevaban un tiempo sin hacer. Empieza a sonar Santiago Apóstol y empieza a haber gente por los aires y a caer líquido de botellines, por parte de asistentes y por parte de Jarri. El nivel de euforia se mantiene durante Amor rural, De vuelta de todo o Antigua pero moderna, hasta el final del concierto.
Nos dijeron adiós con Dame Veneno, y efectivamente la gente quiso morir bailando, bailando, bailando. Novedades Carminha demostraron que el título de campeones del mundo se lo han ganado. Lo seguirán demostrando en sus próximas fechas.
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