El curioso caso de Alejandro Valverde
Hay ciertos dichos en la profesión que sirven para todo. Son frases hechas, repetidas hasta la extenuación, que en ocasiones toman forma de verdades absolutas. Esas que acaban poblando el imaginario colectivo del deporte sin una razón muy clara y que en muchas ocasiones no tienen un fundamento empírico. Sin embargo, siempre existe la excepción que confirma la regla. Hablamos de una de las frases que conforma el abecedario del ciclismo actual y que sigue siendo una verdad como un templo: Alejandro Valverde, uno de los pocos ciclistas capaces de ganar desde enero hasta octubre.
Alejandro Valverde ha firmado uno de los mejores comienzos de temporada en su carrera deportiva con 36 años
Tuve la suerte de charlar con el “Bala” en la presentación del equipo Movistar. Los ciclistas se ponían de gala y planificaban una temporada que ha comenzado de un modo estelar para el ciclista murciano. En broma, le decíamos que cada año parecía más joven, como Benjamin Button, y él sonreía diciendo que lo que le mantenía así es la ilusión. Esa que va creciendo en cada una de sus campañas como profesional. De hecho, en esa misma conversación dejaba claro que estaba deseando empezar a competir y a entrenar, porque la pasión por la bicicleta es algo innegociable y que se manifiesta del mismo modo atacando en el Muro de Huy o apretando a tu grupeta en un entrenamiento rutinario.
Ese es Alejandro Valverde, el ciclista total, que con 36 años corre sin presión y movido por las ganas de disfrutar hasta el final. Comenzó la temporada ganando en Murcia y arrasando en Andalucía con grandes victorias, pero es que lo de esta semana ha sido una auténtica exhibición en la Volta a Catalunya. Una carrera donde se ha llevado la general con solvencia, ha sumando tres victorias parciales y un compañero de equipo que apunta a todo como Marc Soler le ha acompañado en el pódium. Un dominio que solo se podría imaginar en el mejor de los sueños y eso que las cosas comenzaron cruzadas tras la sanción de un minuto al Movistar en la contrarreloj por equipos. Un minuto que enrabietó al “Bala” e hizo que sacara toda la clase que tiene encima de la bicicleta.
Sin presión y con más ilusión que nunca Valverde quiere hacer bueno el dicho de que puede ganar desde enero hasta octubre
Valverde ya es el “pichichi” ciclista del año con siete victorias y su contador particular está en las 104 y subiendo. País Vasco es su próximo objetivo y después toca pensar en primavera con Flecha Valona y Lieja entre ceja y ceja. En su estado de forma actual el corredor de Movistar parece capaz de todo, y más si repite la estrategia y la forma de actuar esta semana. Con fuerza, con valentía y sobre todo con mucha hambre ha dominado las carreteras catalanas para dejar a sus rivales boquiabiertos y preocupados por lo que puede hacer esta temporada. El mejor Valverde, con buenas piernas y una táctica ofensiva, es un corredor que prácticamente puede ganar en cualquier terreno.
Se ha convertida en la sensación del mundo del ciclismo en los primeros meses de la temporada. Alguien que conocemos de sobra, con clase inmensa y que cada año tiene más ganas de seguir ampliando su palmarés. El relevo del ciclismo español existe, sobre todo tras la esperanzadora semana de Marc Soler en Catalunya, pero todavía tiene que esperar. La culpa es de Alejandro Valverde, el ciclista empeñado en cumplir con su tópico, ese que puede ganar (y gana) desde enero hasta octubre.