Cara a cara: Formato Copa del Rey de fútbol

Cada año en el universo fútbol un debate recurrente aparece en algún momento de la temporada: ¿es la Copa del Rey un torneo atractivo? ¿debería cambiar su formato?. Preguntas que no tienen una respuesta clara, ya que tanto clubes como instituciones tienen muy clara la validez del modelo actual. En Compostimes queremos hacer un debate diferente ya que nos preguntamos si sería posible una Copa del Rey al estilo del baloncesto o del fútbol sala: una sede, ocho equipos y un largo fin de semana con concentrado de partidos.

A favor: Gonzalo Da Cuña

Creo que es hora de que el fútbol comience a innovar y a copiar de sus deportes vecinos las cosas buenas. Y además que lo haga bien, no como esa chapuza del videoarbitraje que nos regaló el Mundialito de Clubes allá por diciembre. La Copa del Rey puede ser una fiesta con los ocho mejores equipos de nuestro país haciendo por un fin de semana a una sede la capital del fútbol mundial. Sería además una bonita forma de aligerar fechas en un calendario demasiado cargado en toda la temporada y se haría contentando al espectador. Además, nos quitaríamos esa chorrada de elegir la sede de la final de Copa en función de los equipos que la jueguen, los conciertos o las obras de última hora en unos baños.

El formato motivaría a grandes clubes, aligeraría el calendario y daría brío a una competición cada año menos importante

Si la Copa se decidiese en un solo fin de semana los equipos prepararían este torneo con mimo, apostando por los mejores jugadores y nunca especulando con una competición que año a año va perdiendo su interés, sobre todo por parte de los grandes del fútbol español. ¿Qué la Copa siempre ha sido coto de las sorpresas y de los pequeños? Sí, pero parece imposible que con la situación actual el formato cambie hacia un partido único. Por lo tanto, yo creo que esta podría ser una solución válida que contente a los que mandan en el fútbol español y por tanto a los que deciden en él.

Por último, creo que sería una forma de dar una lección por parte de las aficiones y ayudar a erradicar a los violentos del fútbol. Un estadio, ocho aficiones y una fiesta por todo lo alto que triunfaría tanto en la sede elegida como en los medios de comunicación. No hay más que fijarse en los vecinos, ya que tanto en baloncesto como en fútbol sala el crecimiento y la proyección de la Copa es cada vez mayor. Una solución arriesgada, quizás no la más deseada, pero yo creo que  la más adecuada para un torneo que cada año pierde un poco más su interés.

En contra: Alberto Losada

Las competiciones nacionales de baloncesto y fútbol sala han encontrado un filón en sus respectivos campeonatos de Copa. En baloncesto el caso es especialmente significativo: mientras que la competición de liga pierde paulatinamente el interés entre los aficionados el campeonato de Copa del Rey goza de una salud envidiable. Los escasos cuatro días que dura la competición copera se viven como una auténtica fiesta en la que la emoción y la épica toman un papel protagonista. Ante este magnífico espectáculo no son pocos los que proclaman la necesidad de adaptar este formato para la Copa del Rey de fútbol. Sin embargo una adaptación como esta no haría sino eliminar la esencia de uno de los torneos deportivos más antiguos del país.

La Copa debería recuperar las eliminatorias a partido único en las que las que se incluyan una mayor cantidad e equipos de categorías inferiores imitando el modelo seguido por la FA Cup inglesa, la competición futbolística más antigua del mundo

El encanto de la Copa del Rey de fútbol reside en que ésta, a diferencia de la liga, ofrece la posibilidad de que hasta el equipo más modesto pueda plantar cara a los grandes clubes españoles. El torneo no solo ofrece la posibilidad de conquistar títulos a equipos de potencial medio sino que también permite enfrentar a equipos de categorías inferiores con los grandes dominadores de la primera división. Un formato que limite los participantes a los ocho primeros clasificados del campeonato de liga es un ataque frontal a la esencia que define a la competición. Como añadido, la concentración de partidos en escasos días no haría más que beneficiar a los equipos más poderosos económicamente, que cuentan con plantillas más amplias y compensadas.

Para mejorar la emoción y el seguimiento por parte del aficionado la Copa del Rey no debe traicionar sus orígenes sino abrazarlos. La Copa debería recuperar las eliminatorias a partido único en las que las que se incluyan una mayor cantidad e equipos de categorías inferiores imitando el modelo seguido por la FA Cup inglesa, la competición futbolística más antigua del mundo. Competiciones centenarias deberían hacer justicia a su leyenda. Una leyenda que se escribe en los viejos estadios de público apretado y en los vestuarios humildes que acogen por unas horas a superestrellas mundiales.  La escriben jugadores desconocidos que algún día contarán a sus nietos sobre aquella vez que jugaron frente al Real Madrid.

Foto de portada: ©RTVE