Bob Dylan y el año que reunió música y literatura

El joven Bob Dylan | ® Bettmann

El joven Bob Dylan | ® Bettmann

Dicen que se escapó de casa diecisiete veces y fue devuelto dieciséis. Cuando Robert Allen Zimmerman llegó a Nueva York en el gélido invierno de 1961 soñaba con hacerse un nombre entre las reputadas eminencias de la música folk asentadas en Greenwich Village. Mientras desarrollaba su talento musical arrimándose a todo aquel compositor folk que fuera digno de recibir ese nombre Bob Dylan (pues este sería el nombre artístico que adoptó Robert) tomó la costumbre de leer cuanto libro caía en sus manos. El joven de Minnesota dedicó largas horas a repasar los volúmenes que llenaban las estanterías de los diferentes amigos que le ofrecieron un techo en el que dormir durante sus primeros meses en la ciudad que nunca duerme. Autores como Kipling, Shaw, Thomas Mann, Pearl Buck, Albert Camus, Hemingway o T. S. Eliot influyeron de forma decisiva en el proceso creativo en el que se sumergió Dylan. Lo que nadie imaginaba por aquel entonces es que más de cincuenta años después aquel tímido veinteañero esculpiría su nombre en el Olimpo literario para acompañar eternamente a todos aquellos escritores.

El premio nobel de Literatura ha roto la tendencia que se mantenía este año con respecto a los clásicos de la música popular. Si 2016 ha sido un año marcado por dolorosas despedidas la figura de Bob Dylan se desmarca como el clásico que renueva su fama de la mano de un reconocimiento que hasta ahora había sido esquivo a todo aquel poeta que había agregado música  a sus versos. Precisamente de esta peculiaridad ha surgido la polémica que acompaña a la decisión de la academia sueca: ¿puede catalogarse la música popular de literatura en alguna de sus formas? La controversia a la hora de responder a esta pregunta ha convertido a premio y premiado en los temas estrella del último trimestre del año. Muy pocos han perdido la oportunidad de quedarse fuera en tan compleja discusión e incluso el propio Dylan incluyó la cuestión en su discurso de aceptación del premio (que fue leído por la embajadora norteamericana en Suecia). Para analizar los motivos que justifican el galardón se debe inspeccionar la inmensa obra del compositor a lo largo de los últimos cincuenta años.

¿Puede catalogarse la música popular de literatura? La controversia a la hora de responder a esta pregunta se ha convertido en uno de los temas estrella del último trimestre del año

Se ha comentado que el premio era una forma de reconocer a la generación beat que surgió en Estado Unidos en la década de los cincuenta y que contaba con Jack Kerouac y Allen Ginsberg como máximos exponentes. Ginsberg fue amigo íntimo de Dylan (incluso aparece en el videoclip del single “Subterranean Homesick Blues”, uno de los primeros vídeos musicales de la historia) y fue el primer poeta de renombre que habló abiertamente de la posibilidad de otorgar el premio nobel a Bob Dylan. Kerouac es el afamado escritor de la novela generacional “On the Road”, que si bien Dylan reconoció haber leído durante su juventud siempre ha desmentido que ésta fuera la obra que tomó como referencia al comienzo de su carrera. El gran referente de Dylan siempre fue Woody Guthrie, músico folk que recorrió el país tocando canciones protesta durante la gran depresión. Solo así se pueden  entender los primeros trabajos de Bob, en los que destaca la temática social y el sentimiento global de un mundo que cambiaba rodeado por la agitación propia de la Guerra Fría. La evolución en sus siguientes composiciones siempre mantuvo la pauta común de una profunda influencia de la música tradicional americana (de la que Dylan es un experto conocedor) a la que añadía un toque personal con referencias a numerosos autores y obras literarias (con especial atención a la obra cumbre por antonomasia: la Biblia). Todo este torrente de referencias literarias terminó por separar a Dylan de la corriente musical más tradicional que contemplaba la música como un simple entretenimiento de masas. El éxito de Dylan como letrista marcó un antes y un después en la música popular que, al dar una importancia mayor a los versos que acompañaban los temas musicales, abrió las puertas a nuevos artistas como Leonard Cohen, Patti Smith o Bruce Springsteen.

El éxito de Dylan como letrista marcó un antes y un después en la música popular y abrió las puertas a nuevos artistas como Leonard Cohen, Patti Smith o Bruce Springsteen

Durante el anuncio del fallo del jurado la portavoz de la academia sueca destacó el mérito de Bob Dylan “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción”. Este discurso defiende el valor de introducir expresión poética en la música y destaca la influencia de la música tradicional americana en la obra del autor. Durante el anuncio la portavoz también nombró a autores clásicos como Homero, cuyas novelas líricas fueron escritas para ser cantadas acompañadas de musicalidad al igual que tantos otros versos escritos en los pasados siglos. El propio Dylan eligió a Shakespeare como ejemplo de los diferentes factores que influían en la creación de una obra. Al igual que el dramaturgo inlés se preocupaba de los actores que representarían mejor sus libretos el bardo de Minnesota ha tenido que moldear la música que acompaña a sus versos.

Con el paso del tiempo este 2016 será recordado como el año en que la alta literatura ha aceptado la música popular como una de sus vertientes. Esto no debería hacer saltar las alarmas de los más puristas, pues el premio a Dylan solo reconoce al más distinguido de todos los cantautores modernos. Es de esperar que el próximo galardonado sea de nuevo un escritor que cumpla los estándares establecidos. Pero no se engañen, para bien o para mal ya nadie volverá a ver con los mismos ojos las decisiones tomadas por el jurado sueco que otorga el nobel de literatura. Finalmente parece que incluso en la siempre tradicional academia sueca “the times they are a-changin”.

George Harrison y Bob Dylan tocan juntos en el Madison Square Garden | ® Bettmann

George Harrison y Bob Dylan tocan juntos en el Madison Square Garden | ® Bettmann