Cineuropa 2016: The Handmaiden

the-handmaiden09

Park Chan-Wook se destapó hace más de una década como uno de los grandes maestros del thriller con su obra magna Old Boy, que trascendió las fronteras coreanas y se convirtió en un fenómeno absoluto a nivel mundial. Su precisión narrativa a la hora de gestionar los abanicos emocionales de sus cintas lo alzaron tanto a nivel de crítica como de taquilla, y provocaron que gozase de la oportunidad de rodar en Estados Unidos años más tarde. Cuando debutó en Hollywood con Stoker, su rendimiento bajó de forma notable, quizá no tanto por una caída en su fiabilidad narrativa, sino por una suerte de inadaptación al entorno que convirtió su película en un producto tibio, correcto pero sin la mordiente habitual de sus realizaciones coreanas.

Con The Handmaiden, Chan-Wook vuelve a Corea del Sur y recupera por completo su esencia, así como la vigorosa fuerza que es capaz de imprimir a aquellos relatos de suspense que asimila como propios. Al igual que ocurría en Old Boy, en su nueva cinta va acumulando los giros de guion uno tras otro, algo que se considera ya parte de su sello personal. Sin embargo, lejos de introducirlos de un modo brusco o forzado, todos ellos se van sucediendo de un modo totalmente natural, penetrando en la retina del espectador como parte de un desarrollo argumental que fluye sin momentos de flaqueza, sino todo lo contrario, propietario de una elegancia y una suavidad que resultan, a su vez, sumamente perturbadoras.

El film se divide en tres partes, presentando primero la trama a través de la mirada de Sook-Hee (interpretada por la joven Kim Tae-Ri), y después a través de la de Hideko (Kim Min-Hee), para finalmente entrelazarlas y llevar de la mano al espectador hasta el desenlace argumental. La historia, basada en una novela de Sarah Waters, goza de un componente fuertemente teatral, ambientada casi por completo en el enorme castillo en el que se encuentra recluida Lady Hideko, y a donde llega Sook-Hee, ladrona de profesión, para ejercer el papel de doncella infiltrada. El objetivo: conseguir que Hideko rehúse casarse con su tío, un anciano apasionado por la literatura pornográfica y la violencia, y contraiga nupcias con el falso Conde Fujiwara, quien en realidad también es un ladrón de origen coreano.

Pese a lo enrevesado que pueda resultar el planteamiento a priori, Chan-Wook lo convierte rápido en un thriller de fácil asimilación, enmarcado en una potente disputa cultural durante la colonización japonesa de Corea en los años 30. Estéticamente, The Handmaiden recoge el testigo de Stoker y certifica el crecimiento del director en este sentido, constituyendo su obra más pulcra y limpia, sin alardes que puedan entorpecer su brillante ritmo narrativo pero con el nivel justo de preciosismo para definir el estado de ampulosidad del que gozan unos y que anhelan otros. Además, cabe resaltar la fuerza visual de las escenas con componente sexual, que gozan de una fuerza erótica y una belleza extraordinarias.

Park Chan-Wook se siente sumamente cómodo rodando The Handmaiden. La obra es enteramente suya a nivel cinematográfico, y sus tres personajes principales funcionan con una fuerza y una personalidad arrolladoras, introduciendo de lleno al espectador en un conflicto de engaños a tres bandas. La maestría en la dirección es lo que acaba por convertir una propuesta interesante en un thriller frenético y adictivo, que también suma a la causa una fortísima dosis de humanidad y, en cierto modo, de romanticismo epopéyico.