La primavera del ciclismo colombiano
La teoría dice que llevamos ya unos días inmersos en el otoño, pero la práctica nos asegura que sigue siendo tiempo de terrazas, manga corta y planes veraniegos. Será cosa del cambio climático, pero las previsiones avecinan que todo va a continuar igual en los próximos días. Con ese tiempo optimista, alegre y que alumbra jornadas que cada vez se hacen más cortas. Algo así como resistirse a aceptar la realidad, alargando un estado de felicidad que comenzaba en primavera. El tiempo de florecer, de soñar y de vivir una época mágica para muchos. Especialmente, para el ciclismo colombiano.
Cuando Lucho Herrera hacía historia en las carreteras francesas y españolas, niños como Nairo o Esteban todavía no habían llegado a este mundo
En tiempos de incertidumbre y de mensajes de paz inciertos en el país cafetero, los escarabajos muestran más certezas que nunca. Corredores forjados con la leyenda de Fabio Parra y sobre todo de Lucho Herrera. El hombre que subía puertos como nadie y sufría cuando la carretera no tenía desnivel. El “rey de la montaña”, ese que hacía soñar a todo un país a finales de los ochenta y que conseguía su última gran victoria en los Lagos de Covadonga en el año 1991. Ese día, dos niños llamados Nairo y Esteban sonreían mientras comenzaban a dar sus primeros pasos. Otros, que se iban a llamar Fernando o Miguel Ángel quizás ni estuvieran en la mente de sus padres. La generación del noventa en adelante, la que más alegrías le ha dado y todavía le puede dar al ciclismo colombiano.
La quinta de Nairo Quintana. Ese corredor, que en palabras de Santiago Botero, “los ha borrado a todos del mapa”. A los pioneros, a los ganadores de triunfos parciales y a los ciclistas que tanto han peleado por la patria en los últimos años. A todos, ese chico campesino de Boyacá les ha dejado de lado. Con su Giro de Italia y su Vuelta a España, con sus tres pódiums en el Tour y con su crecimiento continuo en la estructura del Movistar. Con solo 26 años, parece claro que tarde o temprano llegará ese #SueñoAmarillo. Esa espina clavada en el corazón de la hinchada colombiana, que tarde o temprano se acabarán sacando.
De su generación también es Esteban Chaves, el corredor que ha sorprendido a propios y a extraños en una temporada excelsa. Descubierto al mundo en la Vuelta del año pasado, demostró que puede servir para liderar cualquier equipo en una gran vuelta. Por eso, ha estado en los pódiums de Milán y de Madrid. Por eso, el Orica ha encontrado un líder para todo. Y por eso, ha alargado la primavera en su temporada de consagración llevándose la “clásica de las hojas caídas”. Convirtiéndose en el primer colombiano que se lleva “Il Lombardía”, también en el primero que triunfa en un “Monumento”. Hitos desbloqueados en una campaña de ensueño para los ciclistas cafeteros.
Nairo Quintana y Esteban Chaves lideran una generación irrepetible. Completa y capaz de dominar el ciclismo en los próximos años
Con los chispazos de Gaviria cuando la temporada se desperezaba, con el ilusionante Tour de Jarlinson Pantano…ese ciclista que representa a su país como nadie desde su apodo, con la brillante semana de Miguel Ángel López en Suiza o con esa caída que dejó a Sergio Luis Henao sin una medalla olímpica que parecía cercana. Así está el ciclismo colombiano, con escarabajos de todos los colores, incluso con nombres de científico como Darwin Atapuma. Una generación digna de estudio, que sorprende al mundo y da envidia a países como España, donde quizás nos toquen tiempos de sequía. Lógico tras la lluvia de gloria de ciclistas irrepetibles como Óscar Freire, Purito Rodríguez, Alejandro Valverde o Alberto Contador.
El futuro dictará sentencia, pero el otoño pide paso a la primavera. Su último coletazo, podría llegar en Doha, allí donde el desierto impone una ley tan marcial como la del sprint. Una ley donde seguramente se pueda colar otro escarabajo extraño, como Fernando Gaviria, uno al que no le gusta sufrir en las rampas y por eso prefiere la velocidad. Un hombre que podría redondear un año perfecto con un arcoíris. El año del comienzo de la primavera del ciclismo colombiano.
Foto de portada: Cyclingnews