La contracrónica (I)

Es probable que a estas alturas de la semana ya todos ustedes sepan que hay jornada de liga. Ya saben, las costumbres de poner fútbol a diario por si a alguien se le había olvidado quién impera en los marcadores deportivos, quién es el deporte rey y quién va a tener mañana sus minutos de oro en las pantallas. Y no, no es por criticar al fútbol, no sería honesto por parte de alguien que ha pasado tardes pegada a un aparato de radio o al canal en el que emitían el partido más aburrido de Segunda B. El fútbol en sí, como deporte, no tiene la culpa de lo que la industria ha conseguido. Centrándonos en estos días, acabó una jornada de liga, y lo hizo a caballo ya de la siguiente. Mientras, otros hacían historia en sus modalidades deportivas. Para ellos, que nunca tendrán el mismo espacio, son estas líneas. Se lo debe la ‘industria’.

Un mallorquín corría por el quinto puesto de los últimos metros del campeonato del mundo de triatlón. Mientras, un británico defendía un primer puesto que una caída le arrebató. Mola y Brownlee son los protagonistas de una de esas historias de deporte puro: nada más genuino que lo que muestra ambas caras del juego. El español Mario Mola se convirtió en campeón del mundo de triatlón por primera vez a sólo cuatro puntos de su rival más directo. Si Jonathan Brownlee ganaba, Mola no conseguiría el título. En esos cálculos andaría, pensando ya en su subcampeonato, cuando la caída de su competidor lo coronó. Ni con las ayudas de su hermano Alistair consiguió el pequeño de los Brownlee llegar primero. Un bronce en Europa, un bronce mundial, dos platas mundiales: Mola lo ha conseguido. Ya es campeón del mundo.

Un ingenioso titular en el diario El Mundo jugaba hace varios días con el apellido Phelps y el nombre Teresa. Michael es un histórico de la natación, el mejor. En frente, en esos menospreciados Juegos Paralímpicos a los que sólo la televisión pública ha tenido a bien prestar atención, está Teresa. La nadadora zaragozana tiene cuarenta años y los Juegos de Río ya están marcados en su palmarés como los quintos que ha disputado. El saldo: un oro en los 50 metros espalda; y platas en 100 metros libres, 200 metros estilos y 200 metros libres. Con estas suma ya 26 medallas olímpicas, a dos de las 28 de Michael Phelps, el deportista más laureado en los Juegos. “Una buena excusa para seguir”, declaraba Perales ya en alusión a la cita olímpica de Tokyo.

No olviden los rostros individuales ajenos a las portadas de las grandes cabeceras. Mola y Perales son el orgullo del deporte español. O, barriendo para casa, los jugadores de Liceo. El club coruñés de hockey fue campeón de la Supercopa de España tras vencer al Reus por 1-2.

Pero, ante todo, recuerden: hay Liga.

Fotografía de portada: ©Javier Regueros / EFE