Respirar provoca cáncer
Inspira muy fuerte. Mientras el aire inunda tus pulmones y hace que se ensanchen, tu cuerpo sigue viviendo: tu corazón late, tus manos se mueven y tu cerebro lo controla todo. Es la magia de la vida; es el mayor misterio de todos. Una persona no aguanta muchos minutos sin respirar, ya que el oxígeno es fundamental para el correcto desarrollo de nuestras funciones metabólicas, pero sorprendentemente, el mismo elemento que nos da la vida, pone en riesgo nuestra existencia. Si, hoy vamos a descubrir que respirar puede producir cáncer.

La ATP sintasa, el motor que produce el ATP. | © lacienciaysusdemonios
No es una de esas rocambolescas afirmaciones de la OMS. Realmente, el oxígeno en nuestro cuerpo puede desencadenar una serie de reacciones que nos induzcan un cáncer. Para empezar, tenemos que estudiar la serie de reacciones que nos permiten convertir los alimentos en energía aprovechable para nuestros músculos y órganos. La molécula más importante de nuestro cuerpo se denomina ATP (Adenosin TriFosfato). El ATP es la moneda energética universal, permitiendo a nuestras células seguir con vida y en condiciones óptimas. Pero, ¿dónde se origina el ATP?
El ATP se sintetiza, no se origina, a partir de ADP (Adenosin DiFosfato) y fósforo. Esta reacción necesita de energía, proporcionada por la cadena de transporte electrónico mitocondrial, ubicada en un orgánulo muy especial: la mitocondria. Todo este sistema de engranajes biológicos forja la energía vital de nuestro organismo. Esta cadena de montaje funciona con un combustible muy especial: los electrones. Estos electrones proceden de los alimentos que consumimos, los cuales son cedidos mediante complejas reacciones bioquímicas a un aceptor final de electrones que es, en nuestro caso, el oxígeno. Al recibir estos electrones, el oxígeno se convierte en una molécula muy familiar para nosotros: el agua. Y así se cierra el ciclo. La entrada de glucosa (nuestro combustible) permite que todo el sistema se mantenga vivo, expulsando CO2 y H2O, del mismo modo que puede funcionar cualquiera de nuestros vehículos a gasolina.
En un proceso normal, el oxígeno forma agua y todo el mundo es feliz, pero cuando hay algún daño celular en este complejo sistema, el oxígeno puede formar lo que se conoce como ROS o Especies Reactivas del Oxígeno. Estos compuestos son altamente reactivos, como indica su nombre, pudiendo arrebatar electrones a cualquier estructura que se encuentren en su periplo celular, desde las valiosas e imprescindibles proteínas hasta el todopoderoso ADN, pudiendo provocar daños celulares que conduzcan a un cáncer. ¿Cómo puede hacer esto un ROS?

Los ROS. Como curiosidad, el agua oxigenada es un ROS (H2O2) | © biotek
Bueno, en primer lugar, el cáncer es, de un modo muy esquemático, una proliferación descontrolada de células. Las células se dividen controladamente en nuestro organismo respondiendo a las necesidades del mismo, pero cuando hay un daño en los mecanismos de control de división celular, se puede originar un cáncer. Ciertos genes son los responsables de decirle a las células: “Hey, no tan rápido”, como el genuino P53, al que se le conoce con el poético nombre de “Guardián del Genoma”. Este gen es capaz de destruir una célula para que, en el caso de que se encuentre dañada, no ponga en peligro la vida de todo el individuo. Cuando detecta que una célula ya no es viable, P53 ejecuta la difícil tarea de suicidar a una célula. Mediante la proteína Bax, que se sintetiza por acción de P53, se abren unos poros gigantes en las mitocondrias, el mismo orgánulo que produce el ATP, y se libera una sustancia conocida como citocromo C. Esta es la bala que dispara la muerte de la célula. Todo este proceso se conoce con el nombre de apoptosis o muerte celular programada. La doble función de la mitocondria, fabricando energía o destruyendo a la célula es increíble, ya que da vida y la arrebata al mismo tiempo.

Una mitocondria realizada mediante ordenador | © turbosquid
Pero no hay motivo para alarmarse, nuestro cuerpo posee innumerables barreras de contención contra el cáncer y, cuando estas fallan, se produce la tumoración. Pero, si nuestro cuerpo posee tantas barreras, ¿Por qué parece que cada día hay más personas con cáncer? Bueno, tenemos que pensar que la probabilidad de que una barrera falle es del orden de uno entre varios millones. Si multiplicamos todas estas probabilidades nos resulta poco probable padecer un cáncer. El problema es que nuestro cuerpo está formado por millones de células. De hecho, por miles de millones. La probabilidad es baja, pero habiendo tantas células es más fácil la aparición de un cáncer. Además, a día de hoy, estamos expuestos a grandes cantidades de radiación: móviles, antenas de alta tensión, televisores… Esta radiación puede producir mutaciones en estos genes y originar el proceso canceroso. Esto no es un apoyo a aquellos que opinan que el cáncer nació con la aparición de todas estas máquinas, ya que esta dolencia apareció con los primeros organismos pluricelulares, hace varios cientos de millones de años atrás. Además, aún recibiendo tanta radiación, nuestro cuerpo es capaz de subsanar estos daños y mantenernos sanos y vitales. La naturaleza y la selección natural nos ha dotado de efectivos y sabios sistemas de protección frente al ambiente, garantizando nuestra supervivencia.

Una célula cancerosa (naranja) siendo agredida por un grupo de glóbulos blancos | © megacurioso
Quiero aprovechar este artículo para desmentir algunos mitos sobre el cáncer, desde que es una enfermedad transmisible hasta que la cura del cáncer está en manos de las grandes empresas farmacéuticas. En primer lugar, no hay un solo cáncer, si no que esta palabra hace referencia a un complejo grupo de dolencias que están relacionadas con la división celular. Cada cáncer es un mundo, como lo es el tejido al que afecta. Por eso tenemos cáncer de pulmón, de riñón, de hueso, de páncreas o de colon. No existe una cura única contra el cáncer, no hay un remedio que sea la panacea. La cura contra todas estas dolencias es diversa y compleja, como así lo es la enfermedad. Los avances en detección precoz están consiguiendo detectar cánceres en etapas tempranas e impidiendo que se extiendan, pero la batalla aún no ha sido ganada.
Creo que ni siquiera hace falta decir que el cáncer no es contagioso. La estancia con personas enfermas de cáncer no supone ningún riesgo. Por eso, el primo de un amigo, cuya abuela tenía cáncer de útero, que acabó teniendo, a su vez, cáncer de hígado, no fue contagiado debido a su visita a la abuela. No hay que hacer mucho caso a las personas que creen que entienden cómo funciona el cáncer porque, a día de hoy, seguimos descubriendo cosas sobre él.
En definitiva, este artículo ha intentado aclararnos la visión sobre algunos aspectos del cáncer y sus orígenes. Si bien es cierto que “Respirar provoca cáncer”, desde el punto de vista bioquímico, respirar nos da la vida. Muchas personas viven asustadas pensando en la muerte y por ello no viven con plenitud sus vidas. Espero que con esto se reflexione sobre ello, por lo que respiremos para vivir y para morir. Respiremos para existir y para perecer. Respiremos, ya que la vida es el don más preciado de la humanidad.