España en Río: el medallero (II)

“Puedo porque pienso que puedo”, Carolina Marín

Un sabor amargo queda cuando se terminan los Juegos Olímpicos. Las horas frente al televisor y las notificaciones con los últimos resultados dan paso a las emisiones repetidas de lo que fueron, en pasado, los Juegos de la XXXI Olimpiada. Antes de poner la mirada en Tokio, quedan muchas historias que contar, muchos éxitos que recordar y un medallero que contabilizar. 17 medallas para España, el mismo número que en Londres y cerca de las 22 de Barcelona. La delegación nacional se marcha de Río con siete oros, cuatro platas y seis bronces.

Carolina Marín es la única no asiática que consigue el oro olímpico | ©El Confidencial

Carolina Marín es la única no asiática que consigue el oro olímpico | ©El Confidencial

7 oros

Mireia Belmonte, natación 200 metros mariposa: la nadadora de Badalona decidió ir de nuevo a por todas en estos Juegos, con seis inscripciones: cinco en pruebas individuales y una en relevo. Todavía le quedan metros que nadar para colgarse más medallas pero ya tiene el ansiado oro en la prueba de 200 metros mariposa, su especialidad. Acabó el primer largo tercera, pero quiso seguir escalando y ya en el siguiente se situó en posición de plata. Los dos últimos largos le dieron la victoria, Mireia sacó fuerzas y fue tres centésimas más rápida que la australiana Madeline Groves.

Maialen Chourraut, piragüismo K1: 98’65 segundos es el tiempo que tardaron Maialen y su kayak en descender por las puertas del circuito. Se clasificó para la final en tercera posición, por detrás de la austríaca Corinna Kunhle y de la británica Fiona Pennie. Pero en la prueba definitiva fue superando poco a poco las marcas de Luuka Jones, finalmente segunda. Una medalla que mejora el bronce que la piragüista guipuzcoana había conseguido en los Juegos de Londres. Después de la cita de 2012 se tomó un respiro para ser madre pero volvió a la competición con las mismas ilusiones y, si cabe, más fuerza.

Marc López y Rafa Nadal, tenis dobles: la última imagen de Nadal en estos Juegos no dejó un sabor muy dulce, tras perder con Nishikori las opciones del bronce. Sin embargo, días antes ya había escrito su nombre en lo más alto de los Juegos junto a Marc López, con el que compitió en la prueba de dobles. Dos grandes amigos que vencieron en tres sets (6-2, 3-6, 6-4) a los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau. López venía de vivir un año de gloria, tras ganar el Roland Gorras con Feliciano López, mientras que a Nadal no le había ido tan bien la campaña, protagonizada por su parón en el entrenamiento debido a su lesionada muñeca izquierda.

Marcus Cooper Walz, piragüismo K1 1000 metros: el palista nacido en Oxford, pero residente en Mallorca, llegó a los Juegos para competir en una categoría que no es la suya ya que normalmente se dedica a la no olímpica K1 500, con la que fue subcampeón del mundo en 2015. Sorprendió no sólo con la obtención de plaza sino con la remontada durante la prueba, tras pasar entre los primeros los 250 metros y bajar hasta el quinto puesto en los 500 y los 750. En los metros finales lo dio todo para ir superando uno a uno a sus rivales, hasta pasar por delante de los que iban en cabeza, el checo Josef Dostál y el ruso Roman Anoshkin.

La única medalla con nombre gallego llegó gracias al oro de Cristian Toro, acompañado de Saúl Craviotto | ©COE

La única medalla con nombre gallego llegó gracias al oro de Cristian Toro, acompañado de Saúl Craviotto | ©COE

Saúl Craviotto y Cristian Toro, piragüismo K2 200 metros: Craviotto ya nos tiene acostumbrados a sumar medallas para el marcador español en los Juegos, esta era su primera vez con Cristian Toro y salieron por la puerta grande. Un tiempo de poco más de 32 segundos los situó por delante de los británicos Liam Heath y Jon Schofield. Era la tercera medalla olímpica para Saúl, ganaría después otra en estos Juegos, y la primera para el gallego.

Carolina Marín, bádminton: Shindu Pusarla no se lo puso nada fácil a la onubense que empezó con mal pie el partido tras perder de forma muy ajustada el primer set. Acuérdate de “esa niña de catorce años” le decía a Carolina Marín su preparador. Hizo efecto, la española salió en el segundo set a por todas y fue agrandando su ventaja hasta estar ocho puntos por encima de la indú. El tercero ya no se le podía escapar, iba a hacer historia. Así es como Carolina se convirtió en la primera no asiática en subirse al primer puesto del podio olímpico.

Ruth Beitia, salto de altura: la mejor atleta española de la historia se convirtió también en la primera mujer española que consigue un oro olímpico en atletismo. Sabor especial para la saltadora de 37 años que en Londres se quedó a las puertas con un cuarto puesto que casi consigue que se rinda, pero se quedó en un simple ‘casi’. Siguió entrenando más si cabe que en sus más de veinte años de carrera y consiguió el objetivo más deseado. El broche final a su trayectoria con un salto de 1’97 metros, que le valió para superar a la búlgara Mirela Demireva y a la croata Blanka Vlasic.

4 platas

Orlando Ortega, atletismo 110 metros valla: no sólo fue la primera medalla de plata en estos Juegos sino la única que se ha llevado el atletismo español desde Atenas 2004. El español de origen cubano tuvo que remontar tras una mala salida que lo llevó a pasar la primera valla en última posición en la que fue una carrera lenta, con ninguna marca por debajo de los trece segundos. En concreto, 13’17 segundos para Ortega, por debajo del jamaicano Omar McLeod y por encima del francés Dimitri Bascou.

Eva Calvo, taekwondo -57kg: reconocía tras acabar el combate que la enfrentó con la británica Jade Jones, campeona en Londres, que una de las cosas en las que más pensaba en ese momento era en el hambre. Eva Calvo entrenó duro para llegar a Río y la exigencia no bajó al llegar a Brasil. Todo valió la pena, la chica que empezó más tarde de lo normal en esto del takwondo de élite consiguió su primera medalla olímpica en su estreno en la máxima competición deportiva.

Selección femenina, baloncesto: Estados Unidos fue muy superior a las chicas españolas en el partido final, sin embargo la plata sabe a triunfo absoluto pues es el primer resultado de estas características para el baloncesto femenino español. Lideradas ahora por jugadoras como Alba Torrens o Marta Xargay, llegaron a la final olímpica tras ganar ante Serbia. Sólo unos minutos estuvo España por delante en el mercador pero la final se fue decatando hacia la selección de Estados Unidos, las auténticas reinas a nivel mundial, que se fueron al descando con una ventaja de diecisiete puntos.

Tercera medalla olímpica para la gimnasia rítmica española | ©Orlando Barría/EFE

Tercera medalla olímpica para la gimnasia rítmica española | ©Orlando Barría/EFE

Conjunto, gimnasia rítimica concurso completo: la gimnasia española vuelve a estar en lo más alto de un podio olímpico más de veinte años después ya que hay que remontarse a la plata de Carolina Pascual en los Juegos de Barcelona. La primera rotación, con las cintas, situaba a España en lo más alto de la final, por delante de Bulgaria, Rusia e Italia. El ejercicio mixto devolvió a las rusas a la posición a la que están acostumbradas y España pasaba al segundo puesto, seguida de Bulgaria.

6 bronces

Mireia Belmonte, natación 400 metros estilos: Mireia abrió su contador personal y, al mismo tiempo, el medallero nacional con una medalla de bronce en la prueba de 400 metros estilos. Acabó exhausta tras un final muy peleado en el que, cuando parecía que ya no podría dar más de sí, comenzó a perseguir a la británica Hanna Miley hasta que consiguió aventajarla en quince centésimas. Confesaba tras hacerse con el tercer puesto que no había querido dejar de luchar hasta tocar el borde de la piscina pese a que se veía lejos de la nadadora inglesa.

Lydia Valentín, halterofilia 75kg: la levantadora de peso tenía un recuerdo agridulce de los Juegos Olímpicos debido a un cuarto puesto injusto en Londres tras el positivo posterior por dopaje de las tres primeras, que le daban un oro que todavía no ha recibido. 257 kilos levantó la de Ponferrada entre los 116 de la arrancada y los 141 de los dos tiempos, que le valieron para asegurar la medalla. Se quedó sólo a un kilo de la segunda, la bielorrusa Darya Naumava. Una medalla con mucho significado en sus terceros Juegos y tras sufrir varios meses de lesión que le impidieron participar en el Mundial de Houston 2015.

Joel González, taekwondo -68kg: muchos podrían hablar de bajada de calidad del taekwondista de Figueras tras su oro en los anteriores Juegos, pero lo cierto es que tras ese triunfo Joel González vivió un calvario con su rodilla izquierda. Consiguió acortar los plazos de recuperación para poder volver a estar en una cita olímpica y, no sólo lo consiguió, sino que ya es el primer español con dos medallas olímpicas en taekwondo. No pudo evitar la derrota contra el jordano Ahmad Abughaush, que ganó con un holgado 12-7 tras dominar todo el combate.

Joel González es el primer español con dos medallas olímpicas en taekwondo | ©Issei Kato/Reuters

Joel González es el primer español con dos medallas olímpicas en taekwondo | ©Issei Kato/Reuters

Saúl Craviotto, piragüismo K1 200 metros: ‘imparable’ es la palabra que mejor define la trayectoria del piragüista Saúl Craviotto. No se quiso conformar con el oro conseguido junto a Cristian Toro, y pese a competir “bastante mal”, dijo, en el K1 pudo remontar hasta puestos de podio. Craviotto celebró sus 35’66 segundos y, al ver a Ronald Rauhe hacer lo mismo, temió por su bronce. Sin embargo, el alemán celebraba los mismos 35’66 y compartía con el español el tercer puesto del podio. El piragüista de Lérida ya piensa en Tokio ya que regresa la prueba de K2 500 metros, con la que logró el oro en Pekín.

Selección masculina, baloncesto: plata en Pekín y en Londres, campeona del Eurobasket entre medias. Una generación ganadora del baloncesto español que ha sumado otra presea. El equipo de Gasol, Navarro, Rudy y compañía ganó a Australia por sólo un punto de diferencia (88-89) con un imperial Pau Gasol que anotó 31 puntos. Sergio Rodríguez no falló dos libres a pocos segundos del final para culminar un duro partido. El abrazo final del equipo era el mejor reflejo de lo que había conseguido una selección brillante.

Carlos Coloma, ciclismo de montaña: el veterano ciclista quiso resarcirse del diploma de Londres. Por el camino, una lesión en el hombro que le exigió un esfuerzo doble, tanto de recuperación como de entrenamiento. El premio llegó ahora, con un bronce inesperado tras remontar posiciones debido a una salida mala. Llegó a colocarse en primer lugar pero finalmente fue superado por el suízo Nino Shurter y por el checo Jaroslav Kulhavy. Fue la última medalla para la degelación española en Río.