Arte político: el contraataque de Stefan Brüggemann
“Las palabras vuelan, lo escrito permanece” (Verba volant scripta manent). Con esta cita de Cayo Tito coronó Santiago Olmo, nuevo director del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) y comisario de la exposición, la inauguración del pasado viernes 15 de julio. Precisamente el texto conforma la espina dorsal de la obra del artista mexicano Stefan Brüggemann, que inundó con diferentes tipografías cargadas de mordaz sarcasmo las tres salas intervenidas de la primera planta del museo con su muestra: “To be Political it has to Look Nice“.

Imagen general de la segunda sala | © Elena Agrelo
Nada más entrar en la primera sala, Brüggemann nos deja claras sus intenciones. Nos encontramos con una habitación totalmente recubierta por un papel de pared que reza una y otra vez la frase que da título a la obra, “Conceptual Decoration” (2008-2016), iluminada por la aséptica luz de unos fluorescentes que recuerdan a los de “Monument for V. Tatlin” de Dan Flavin, que el artista ha devuelto a un contexto más doméstico colocándolos en el techo, a lo largo de las tres instalaciones. Esta obra, “Monuments for the Ceiling I-X” (2010), parece desafiar la intención original de las imponentes mesas invertidas que el arquitecto Álvaro Siza colocó para ocultar el alumbrado del edificio.

Stefan Brüggemann: Conceptual Decoration | © Elena Agrelo
Al cambiar de sala la tipografía de las paredes cambia de la sintética y agradable letra impresa al característico trazo apresurado del graffiti. Múltiples citas de la cultura popular (titulares de periódicos, frases de películas…) se aglomeran entorno al espectador y a unas singulares cajas dispuestas en el centro del espacio. “Trash Mirror Boxes (After MV)” (2015) consiste en 44 paquetes de cristal de espejo con la serigrafiada leyenda “Trash” en uno de sus laterales. Estas “cajas de basura” parecen decirnos que, al contrario de las cajas corrientes, no guardan la basura dentro porque los residuos son todo aquello que se refleja en sus paredes.

Stefan Brüggemann: Trash Mirror Boxes (After MV) | © Elena Agrelo
La última habitación sirve como como cierre armónico al conjunto de instalaciones. Al fondo de la sala nos encontramos con “Timeless” (2016), una inmensa y majestuosa pared de espejos que ha sido intervenida con más frases con spray, cubiertas a su vez con una densa capa de pintura blanca. El resto de paredes lucen su propia tipografía, al igual que las instalaciones anteriores. Por un lado nos encontramos con “Showtitles” (2000-2016), una larga lista de posibles títulos para exposiciones, de la cual proviene el nombre de esta misma muestra. Por otro, dispuesto en grandes vinilos encontramos “Joke and Definition Paintings” (2011), encontramos textos que provienen de chistes que podemos encontrar en el periódico (tal y cómo las usa el artista Richard Prince) superpuestas a definiciones extraídas del diccionario al más puro estilo de Joseph Kosuth.
Stefan Brüggemann se vale de la ironía para remarcar la situación del arte político contemporáneo, y de cómo este es sometido a cada vez más filtros ideológicos para encajar dentro de lo políticamente correcto. El título de esta muestra hace referencia a este hecho: “Para ser político, tiene que lucir bien”. El artista contraataca la apropiación y domesticación de las actitudes de revuelta con sus mismas armas, apropiándose a su vez de obras de artistas conceptuales de finales de los años sesenta y principios de los setenta, y descontextualizándolos para adaptarlos a su discurso. El resultado ha sido una exposición hilada de forma orgánica a través de sus tres instalaciones, donde todas las piezas crean un diálogo fluido y contundente entre ellas y el espectador que no deja indiferente e invita no sólo a reflexionar, sino también a actuar por un arte más auténtico.
“To be Political it has to Look Nice” estará abierta al público hasta el 16 de octubre de 2016.