Los héroes nunca mueren

                              “Pero el hombre no está hecho para la derrota -dijo-. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”, El viejo y el mar

Esta semana no quería hablar de ti. Otros nombres habían protagonizado el marcador polideportivo durante los últimos días y, mientras los medios llenaban sus páginas con textos sobre la Eurocopa y sus nimiedades más anecdóticas, pretendía que esta columna de viernes no estuviese trazada por la élite del fútbol. Era el turno de Beitia y de Phelps. Pero el componente injusto que tiene algunas veces la vida pone en la cara B del azar al que menos lo merece. Esta vez, Javi, ojalá no fueses el protagonista. Así que estas líneas componen un capítulo más de tu historia, pero a través de las aventuras y desventuras de otros: aquellos de los que sí quería hablar y que, con sus éxitos y fracasos, sus caídas y remontadas, cuentan tu historia como si Gómez Noya se reflejase en cada letra de los siguientes párrafos.

Ruth Beitia, la mejor saltadora de altura de este país, ha ganado su tercer campeonato de Europa. Con 37 años y una trayectoria envidiable para cualquier deportista, es la primera en conseguir tres títulos europeos en su especialidad, incluyendo en este récord a las categorías masculinas. Entre europeos y mundiales, suma trece medallas. Es el sabor del éxito, sin embargo, ha experimentado ese dolor que sólo se entiende cuando todo el esfuerzo queda reducido a una cifra inferior a la deseada. Quedó cuarta en los Juegos de Londres, sin conseguir el ansiado metal olímpico, y decidió retirarse de la competición deportiva. Algunos pensaron que estaba acabada, uno de sus patrocinadores dejó de serlo al considerarla demasiado vieja. Visto lo visto, no lo era.

Michel Phelps es el deportista olímpico más laureado, con veintidós medallas, tras nadar de forma profesional desde que era adolescente. Hace unos días, en las pruebas que realizó la Federación de Natación estadounidense para formar el equipo de cara a los Juegos, Phelps compitió en los 200 metros estilos, los 200 m mariposa y los 100 m mariposa. Ganó las tres pruebas y su familia aplaudía incansable en las gradas. Al final de la prueba de los 100 m, una mueca de desaprobación torcía el gesto del nadador. Había llegado primero, con una marca de 51 segundos, pero no fue suficiente para un rey de la piscina que sólo pensaba en rebajar los segundos con el objetivo de volver a ganar en una cita olímpica dentro de unas semanas en Río. Durante su carrera no ha parado de sumar títulos y, pese a anunciar su retirada después de los Juegos de Londres e incluso llegar a estar ingresado en una clínica de desintoxicación por esa clase de actos personales que nunca deberían producirse, volvió con la misma fuerza.

Igual que tú, ellos son olímpicos. Saben lo que es madrugar cada día, aferrándose a una motivación que combate el frío y el calor, el agotamiento y la falta de ganas. Ellos también han llegado a lo más alto y han visto la caída libre a un precipicio que quiso augurar el fin de esas largas jornadas de entrenamiento. Pero el límite del precipicio se quedó en eso, sin llegar a cruzarlo. Han vuelto y lo han hecho sumando victorias. Igual que lo harás tú, Javi, sin que una bicicleta a quince kilómetros por hora consiga que traspases la línea del barranco.

Fotografía de portada: ©Internacional Triathlon Union/Delly Carr