Un año más, Resurrection Fest
Corría noviembre del año 2006. El PSOE gobernaba en nuestro país, la selección de fútbol no había ganado ninguna Copa Mundial y Cruz y Raya aún no se habían separado. Para que los lectores os hagáis una idea de lo lejos que queda ya eso, ni siquiera se emitía Sálvame Deluxe. Mientras quien esto suscribe alucinaba en colores descubriendo clásicos del heavy metal como Manowar o Iron Maiden en 4º de la ESO, unos jóvenes del norteño pueblo gallego de Viveiro lograban, gracias a su tesón y perseverancia, traer a Sick of it All a tocar al pueblo y cumplir así un sueño que llevaban tiempo persiguiendo. Por suerte, la cosa no quedó solo ahí, y desembocó en el que hoy es uno de los festivales más importantes a nivel estatal, en lo que a música alternativa se refiere.
Llevan 11 ediciones a cuestas. Más o menos los euros que costaba el pasado año tomarse una pinta de cerveza en las instalaciones del festival. No, es broma, no era para tanto, además de que se rumorea que bajarán los precios. Pese a ello, en Compostimes consideramos que es un festival de asistencia obligada para todos aquellos fans del metal, de los géneros más duros como el black y de cualquier cosa que acabe en core (hardcore, metalcore, flamencore, etc), y por ello durante los últimos años nos hemos dedicado a cantar y alabar las virtudes del festival, que no son pocas, como ya ocurrió en 2014 y 2015 con nuestros artículos “7 razones para ir al Resurrection Fest” y “Otras 7 razones para ir al Resurrection Fest“.
Este verano, el Resu ha conseguido superarse otra vez, al menos sobre el papel, y viene con el cartel más llamativo de su historia, donde grupos como los citados Iron Maiden, Offspring o Volbeat capitanearán una edición más variada y potente que nunca. Las fechas se han adelantado, situando el evento durante el 7, 8 y 9 de julio, además de un pre-festival que traerá de nuevo, entre otras bandas, a Skindred (la banda que más juerga y buen rollo destiló la pasada edición) el día 6. Es época de bodas, bautizos y comuniones, desde luego, pero tampoco es excusa porque, si no os convencen los argumentos dados los últimos años, recordad que vivimos en 2016, es una era de avance e innovación y siempre podéis celebrar estas cosas allí. Además, estarán Iron Maiden y, al igual que ocurre con las frases de Los Simpsons, tienen una canción para cada situación de la vida. ¿Una boda? ‘Run to the Hills’ ¿Un bautizo? ‘The Number of the Beast’ ¿Una película extremadamente misógina protagonizada por Nicolas Cage? ‘The Wicker Man’. Bromas aparte, puede que esta sea una de las mejores ocasiones posibles para ver al mítico conjunto británico, que en sus últimas actuaciones ha hecho gala de una forma excelente y ha recurrido a algunos de sus clásicos más coreados.
Puede que The Offspring no hayan dado al mundo de la música nada realmente destacable desde ‘Ixnay on the hombre’ (o, si nos ponemos quisquillosos, desde ‘Smash’) pero es innegable que el cuarteto californiano es la fiesta personificada y que da igual que salgan con ‘Come out and play’ o con ‘Bumpin’ in my trunk’, porque el público terminará dando botes con su estilo festivo y desenfadado, a lo que también colaborarán una vez más The Real McKenzies con su punk folk macarra e incluso Turisas, de quienes que todos los presentes esperaremos con ansias su inolvidable versión de ‘Rasputin’ y sus reminescencias bélicas y vikingas. Hachas alzadas al cielo.

Amados y odiados a partes iguales, Suicide Silence dieron uno de los conciertos más comentados de la anterior edición / © H. D. Fabuena
Linkin Park estarán presentes, al menos en espíritu, gracias a la evolución, tan innecesaria para algunos como agradecida por otros muchos, de Bring me the Horizon, quienes junto a Bullet for My Valentine nos harán retroceder a 2011, cuando ambas bandas actuaron por primera vez en Viveiro y el Resurrection se hizo realmente grande. ¿Brillarán ambos como lo hicieron hace un lustro? Los últimos conciertos de Bullet parecen poner las apuestas a favor. Completando el cartel de bandas, Abbath pondrá la nota sacrílega, Gojira el músculo y los cantos de ballena, Protest the Hero la técnica, Destruction y Bad Religion la nostalgia y los increíbles Graveyard el stoner en un festival en el que nunca hay suficiente stoner. Mucho ojo, además, entre los grupos menos mediáticos, a unos Obsidian Kingdom que vienen con ganas de demostrar toda la valía que atesoran. Y esta es sólo una pequeña muestra de lo que nos espera.
Fuera de lo musical, las entradas han subido de precio un año más, acorde con el cartel, pero siguen manteniéndose en unos más que razonables 111 € con los gastos de distribución, que no echarán atrás a ningún asiduo. Al menos en España, nadie va a dar más por menos. Todas las características y particularidades que han hecho especial al festival estos años, sean los fabulosos campings gratuitos (y los aún más fabulosos de pago), el acogedor pueblo en el que trascurre el evento (y su deliciosa comida) o incluso las inesperadas lluvias estivales (que más de un disgusto han causado alguna que otra edición), estarán ahí, como siempre. Vale, esperamos que la lluvia se ausente, pero esto es Galicia y una tormenta veraniega de las normalitas podría dejar en ridículo a la ‘Noé’ de Darren Aronofsky.
Los años han pasado y 11 ediciones después, un chaval que en cuarto de la ESO alucinaba descubriendo a Iron Maiden, va a poder por fin tenerlos frente a el en vivo y directo. Como el Corte Inglés, Viveiro hace tus sueños realidad en unos días de oro.

© Resurrection Fest