Volver al Anxo Carro

La primera vez que entré en el Anxo Carro, en la trigésimo octava jornada de la temporada 2002/03, es poco más que una ligerísima reminiscencia escondida entre los recovecos de mi memoria. El CD Lugo, que llegaba a la última fecha en posiciones de descenso a Tercera División, recibía al Real Madrid Castilla con la necesidad de conseguir una victoria y esperar a que sus rivales directos no ganasen, para así poder eludir la bajada al cuarto escalón del fútbol español. Por aquellos años, el fútbol no tenía demasiado tirón en Lugo. Con el Azkar y el Breogán en la élite nacional en fútbol sala y baloncesto, el deporte rey quedaba en segundo plano.

Ese día, el CD Lugo se adelantó en la primera parte, pero acabó sucumbiendo por 1-3 ante un equipo que contaba en su plantilla con futbolistas como Roberto Soldado, Juanfran Torres, Valdo o José Manuel Jurado. De todos modos, aunque el Lugo hubiese conseguido el triunfo, no habría conseguido la permanencia. Por tanto, mi primera visita al Anxo Carro se saldaba con la consumación del descenso a Tercera División.

_MG_4005

Mi última visita al feudo albivermello fue el pasado sábado, casi un lustro después de la anterior. En esos cinco años, el CD Lugo ha vivido su mejor época: consiguió el ascenso a la Liga Adelante y se asentó en ella, siendo la presente la cuarta campaña del club en la división de plata. El status del equipo no es lo único que ha cambiado en esa media década transcurrida entre mis dos últimas visitas. El estadio ha sido modernizado: se han añadido varios techos, la grada del fondo sur (antes era bastante habitual que dos o tres balones por partido acabasen en el río Miño) y se ha incorporado un diseño mucho más vistoso y acorde a un club de segunda división. Además, sólo dos futbolistas de la plantilla de aquella temporada 2010/11 continúan en el club: el capitán Manu y el centrocampista Carlos Pita.

_MG_4158

Pese a los múltiples cambios, en mi reciente visita pude percibir que ciertas cosas siguen exactamente. Había algo, cierta esencia en el ambiente, en el clima que generan los partidos: los cánticos de los Siareiros, el sonido trascendental de los tambores en las gradas, la cercanía de la afición, los niños que se dejan el aliento tratando de apremiar a los suyos, la incondicionalidad de los señores que llevan décadas apoyando al equipo…

_MG_4219

Han pasado casi trece años desde mi primera vez en el Anxo Carro hasta la última, y si algo me ha quedado claro es que Lugo disfruta del fútbol más de lo que lo ha disfrutado en toda su historia. Y quiere seguir haciéndolo.

_MG_4031 _MG_4034 _MG_4302