La Superliga Europea y la esencia del fútbol
Estas últimas semanas ha vuelto a salir al escenario, con más fuerza que nunca, la idea de crear una futurible Superliga Europea. Lo ha hecho de la mano del estadounidense Charles Stillitano, uno de los promotores de la International Champions Cup (un torneo de pretemporada que junta en Norteamérica a varios clubes europeos). La intención de este empresario consiste en diseñar una competición liguera que reúna a los mejores equipos del Viejo Continente. Se ha filtrado un listado de los conjuntos que lo integrarían, estando adscritos exclusivamente clubes de Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia. Además, la clasificación para esta “liga” no estaría determinada por la posición clasificatoria: se dejaría de lado la meritocracia para tener en cuenta, primordialmente, el potencial económico y la masa social de los equipos.
El señor Stillitano ha sido noticia después de haberse reunido con los cinco conjuntos británicos más poderosos (Manchester United, Chelsea, Manchester City, Arsenal y Liverpool) y tratar de convencerles de que apoyen su [demoníaco] proyecto. Uno de sus argumentos, quizás el más indicativo acerca de cuál es el verdadero afán de los promotores de la Superliga, es que la Champions League no convence como competición continental, ya que hay equipos como el Gent o el PSV, y esos equipos no son, al parecer, lo suficientemente atractivos en términos de rendimiento económico a través de la venta de derechos televisivos.
“Esto sonará arrogante, y es lo más lejano a eso… pero de pronto, cuando ves los equipos que tenemos este verano en la International Champions Cup, piensas, ‘¿No es esto la Liga de Campeones? No, en la Liga de Campeones están el PSV y el Gante” – Charles Stillitano
Que sea el lector quien actúe de intérprete de dichas declaraciones, y que cada uno decida si está de acuerdo o no con el punto de vista del señor Stillitano, pero lo que es una verdad innegablemente apodíctica es el hecho de que los máximos dirigentes del fútbol mundial están trasladando el foco de lo deportivo a lo estrictamente comercial. No es esto algo nuevo, pero se están traspasando fronteras que desvirtúan absolutamente el deporte, que derrumban irrevocablemente su esencia. Da la sensación de que quieren convertir el fútbol, que desde su nacimiento ha sido un reconocible reducto de las clases populares, en un oscuro reflejo de la sociedad: los más poderosos tratan de apropiarse del control y de crear unas nuevas normas que potencien y perpetúen su posición ventajosa. No entienden que el fútbol va más allá de un Barcelona – Real Madrid batiendo cuotas de audiencia, va más allá de televisiones pagando millones de euros, va más allá de merchandising y va más allá de empresarios lucrándose a costa de deportistas. El fútbol, pese a quien le pese, también es el Éibar soñando con entrar en Europa. El fútbol también es el Leicester City liderando la Premier League. El fútbol también es el Carpi o el Frosinone (ciudades que rondan los 50000 habitantes) luchando por mantenerse en la Serie A. El fútbol también es un Oporto – Mónaco en la final de Champions, el Dnipro llegando a la final de la Europa League o Grecia ganando una Eurocopa. Las historias más memorables del fútbol, las que permanecen indelebles ante el paso del tiempo, son aquellas que rompen con las previsiones, aquellas que muestran que con menos recursos también se puede llegar lejos. Y sí, que el Gent llegue a los octavos de final de la máxima competición europea también forma parte de la esencia del fútbol.
Lo novedoso quizás es que no existe ningún intento de enmascarar que el verdadero objetivo de esta Superliga consiste en ingresar ingentes cantidades de dinero. El propio presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, criticaba el escaso rendimiento económico que se le saca a la competición europea, comparando los 1’5 millones euros que genera la Champions League en términos de derechos televisivos con los 7 millones que produce la NFL, teniendo en cuenta que el número de aficionados al fútbol es mucho mayor. Está claro que el modelo estadounidense (aplicado en la NFL o NBA) es mucho más productivo económicamente, pero es un sistema que choca frontalmente con la cultura deportiva europea. A este lado del Atlántico entendemos el deporte como algo mucho más abierto a la sociedad, con una capacidad comunitaria mayúscula, y no como un mero espectáculo.
El presidente de la ECA, Karl-Heinz Rummenigge, también hizo hincapié en las aparentes ventajas de la Superliga Europea, diciendo que sería un campeonato con una competitividad superior al de la Champions. Además, dejó caer la posibilidad de que algunos encuentros se podrían disputar en América o en Asia, dando un paso más en la consecución de eso que erróneamente llaman globalización futbolística, pero que realmente es puro imperialismo cultural.
Los dirigentes de varios clubes europeos importantes ya han manifestado que la creación de la Superliga sería buena para el fútbol, tanto en términos deportivos como económicos
Esperemos, por el bien del deporte, que este engendro maquiavélico no salga hacia delante. Por ahora son todo conjeturas, pero la base estructural del proyecto indica que los partidos se disputarían los fines de semana, algo que devaluaría sustancialmente el interés general por los campeonatos nacionales. La UEFA, con su nuevo presidente, Gianni Infantino, al frente, ya ha mostrado su desacuerdo con la creación de ese campeonato, afirmando que no será partícipe de él. La ECA baraja dos opciones: crear el torneo de forma independiente (esto es, separarse del organismo europeo) o, al menos, lograr que el formato de la Champions League cambie para conseguir que haya más equipos de los países más potentes y menos de aquellas naciones con menor coeficiente en el ranking. La competitividad aumentaría, lógicamente, pero también se seguirían acrecentando significativamente las diferencias entre ambos extremos.
Su objetivo es conseguir que el fútbol sea un colosal negocio propiedad de un coto privado. Y no, señor Stillitano, el fútbol es de todos.
Fotografía de portada: © Claro Sports