Crónica del antiperiodismo (III)
La camiseta más cara del mundo. Lewandowski elige al Madrid. Estas dos frases son titulares de los dos diarios deportivos más vendidos del país, llevadas a portada como noticia principal el mismo día en el que Javier Fernández se convertía en campeón de Europa de patinaje sobre hielo por cuarta vez. Marca, As y Mundo Deportivo le guardaron un diminuto espacio a lo que es un logro deportivo histórico: la primera vez en cuarenta y tres años que un patinador gana cuatro europeos seguidos, además de ser el primer español en lograrlo. En Sport ni se acordaron: Arda Turan, Dybala y Cristiano Ronaldo se llevaron el protagonismo de la primera plana. Tras el viernes de triunfo en patinaje, el fin de semana también estuvo marcado por el sexto Open de Australia de Novak Djokovic y por la plata en el Europeo de balonmano de la selección española. Y no, ninguno de los dos casos ha robado su espacio a la Liga.
El patinaje sobre hielo español va a llevar para siempre el nombre de Javier Fernández. Cuatro campeonatos de Europa y un Mundial, cada uno con más esfuerzo y superación sobre los patines y con la deportividad de ser amigo de Yuzuru Hanyu, su máximo rival y compañero de entrenamiento. Bratislava es la última ciudad en la que Javier ha conquistado el cuarto europeo consecutivo, subiendo a un pedestal sólo ocupado por otros cuatro patinadores: Willy Böckl, Karl Schäfer, Emmerich Danzer y Ondrej Nepela. Al ritmo de Malagueña en el programa corto y de Guys and Dolls en el libre, el español batió el récord europeo y superó en más de sesenta puntos a Alexei Bichenko. Todavía con la resaca de su nueva medalla, él ya ha comentado que tiene la cabeza puesta en el quinto Europeo y en el segundo Mundial.
Novak Djokovic venía de perder la cuenta de títulos en 2015 y empezó 2016 de la misma forma. Pese a no batir a Wawrinka en el Roland Garros, el tenista serbio se llevó los otros tres torneos del Grand Slam. A esto le sumó el año pasado seis triunfos en Masters 1000, veintiséis en total y a uno de Nadal, y otra victoria en el ATP 500 de Pekín. Ahora se ha convertido en ganador por sexta vez del Open de Australia tras una final en la que venció a Andy Murray en tres sets (6-1, 7-5 y 7-6). Este es su undécimo Grand Slam, situándose al nivel de Björn Borg y Rod Laver; recortando la diferencia con Rafael Nadal y Pete Sampras a tres coronas, y a seis de Roger Federer.
Un sabor más amargo tiene el de la final del Europeo de balonmano. La selección española, dos veces campeona del mundo, volvió a toparse con su talón de aquiles. No consiguió el oro en las tres ocasiones anteriores en las que había llegado a la final del campeonato de Europa, la última hace ya una década (1996, 1998 y 2006). En 2000 y 2014 se quedó con el bronce a las puertas de la final. El seleccionador, Manuel Cadenas, reconocía ayer tras la derrota ante Alemania por 24 a 17 que los españoles no jugaron a su mejor nivel y que falló el estado anímico. Pese a esto, Raúl Entrerríos fue elegido como mejor jugador del Europeo y Valero Rivera fue el más goleador. Ahora, el equipo tendrá que esperar al preolímpico para hacerse con una plaza en Río.
Ojalá no queden más crónicas del antiperiodismo por escribir. Algún día igual se pueda acceder a la información de patinaje, tenis o balonmano sin ir a la sección de ‘otros deportes’, frutos de una jerarquía injusta en la que hasta el precio de una camiseta tiene más valor noticia. Una jerarquía en la que una final de Champions ocupa las suficientes líneas de texto como para que nadie la olvide, mientras que una final de balonmano con el equipo nacional como protagonista no merece en las portadas más que un pequeño paquete de texto de un tamaño menor al de la publicidad de Vodafone.
Fotografía de portada: ©Marca