Deportistas del año (I): Lucas Pérez

Riazor ya tiene a su nuevo referente. A un jugador que es la prolongación del sentimiento de la grada en el campo, un profesional que no se conforma con vestir la camiseta, la siente. Un chaval que no hace tanto jugaba en las calles de la ciudad de A Coruña, y que ahora hace vibrar al respetable con sus goles. Lucas Pérez ya se ha ganado un hueco en el corazón de su afición, sus tantos, sus desmarques, la garra que transmite en cada encuentro. El cóctel perfecto para forjar una unión que parecía predestinada al final feliz, pero sin olvidar que vino precedida por un camino lleno de dificultades.

El jugador coruñés no ha tenido fácil llegar a ser el ídolo de la parroquia blanquiazul. Tras emigrar a Ucrania y Grecia para vivir del fúbol, el curso pasado le llegaba su gran oportunidad, una cesión para jugar en el club de su vida. Pero la mala situación blanquiazul en la clasificación y las lesiones, sobretodo en la rodilla, impidieron que mostrara lo mejor de si mismo. A pesar de los contratiempos, se las arregló para debutar en Riazor anotando un tanto ante el Valencia, e incluso consiguió un diana en el Camp Nou que sirvió como primer paso a una remontada que a la postre sirvió para lograr la salvación. Por el camino se dejó ver un carácter muy fuerte, que a veces le llevaba a desesperarse en el césped, con si mismo, con el árbitro y hasta con la pelota. La situación del Deportivo no era buena, con el descenso pisando los talones casi toda la temporada, Lucas se vió envuelto en una situación que por momentos parecía superarle. Y que amenazaba con transformar su sueño de jugar con sus colores en una pesadilla. Pero tras lograr la salvación todo cambió. La opción de continuar un año más en su ciudad se hacía real. No fue fácil, la negociación con el PAOK  fue larga, tanto que el atacante coruñés tuvo que volver a Tesalónica donde consiguió anotar dos goles en Europa League. Pero la voluntad pudo más que las dificultades, finalmente y con el esfuerzo de todas las partes, por un precio 1.5 millones de euros, le llegaba la oportunidad de completar lo que había dejado a medias.

Lucas Pérez durante un partido. Imagen sacada de marca.com

Lucas Pérez durante un partido. Imagen sacada de marca.com

Porque ya nada es igual en A Coruña. Por primera vez en años Riazor vuelve a disfrutar con sus jugadores, pero sobretodo lo hace con Lucas. El delantero, ya liberado de las dificultades que se encontró en su vuelta a casa, ha pasado a liderar al mejor Dépor del último lustro. Su temperamento cada vez se pierde menos en protestas, o en gestos vanos, todo su genio sirve a la causa del equipo, y sobretodo le guía a la meta rival. Sin que haya terminado la primera vuelta de La Liga el coruñés ya ha logrado la nada desdeñable cifra de 12 tantos. Guarismos que recuerdan a los años de gloría de principios de siglo, a atacantes del nivel de: Tristán, Makaay o Bebeto. Tal es el nivel de acierto de Lucas que ha logrado igualar la marca de seis partidos consecutivos marcando que tenía en su poder el brasileño.

Y lo que es más importante, parece que lo mejor está por llegar. En el mundo del fútbol no se puede dar nada por sentado, pero si nada se tuerce este puede ser el año del “Neno” de Monelos. El sueño cumplido de casi cualquier niño, triunfar en el equipo de tus amores, escuchar a la afición coreando al unisono tu nombre. Eso ha logrado Lucas Pérez y parece solo el principio de algo todavía más grande.

Fotografía de portada: ©lavozdegalicia.es