Cuando aprendimos a escribir “Tsipras”

Llevamos unos meses sin noticias de Grecia. Tan sólo la apertura de un café para perros callejeros lo ha devuelto a la escena mediática. Sin embargo, no podemos cerrar el 2015 sin volver la mirada al país heleno y a su líder, Alexis Tsipras. Nos ha dejado muchas portadas y él mismo ha vivido y hecho vivir a Europa el año más movido desde el juicio de Sócrates. Dos victorias en las urnas en nueve meses, sumado a un referéndum, un corralito, un tercer rescate y muchos coches quemados en Exarquia. “Es bueno y fiel, se casó con su primera novia”, comentaban señoras griegas mientras le gritaban guapo a la salida de su residencia en Megaro Maxinou a finales de enero. Con camisa blanca, el Pedro Sánchez griego ha comenzado el año con fuerza y no ha dejado decaer el ritmo hasta hace muy poco. Éstos son algunos datos y momentos más destacados de uno de los personajes más importantes de este 2015.

Ingeniero y ateniense de nacimiento, Tsipras comenzó a interesarse por la política en los años 80 cuando se afilió a las Juventudes Comunistas. Al mismo tiempo que terminaba sus estudios en planificación territorial y ejercía de ingeniero, fue profundizando su interés por temas más sociales. En 1991 se alistaría a por entonces Synaspismós (coalición en griego) que aglutinaba los partidos de izquierdas y ecologistas. Pero su poder no hizo más que aumentar. En 2006, Tsipras se presenta a la alcaldía de Atenas por Synaspismós y con el apoyo del recién nacido Syriza. Eran tiempos de fuerza para los viejos Pasok y Nueva Democracia por lo que recibe el tercer puesto. El siguiente paso era el salto al Congreso y no tardaría en llegar. A partir de las elecciones de 2009, ya como dirigente parlamentario de Syriza, vería desde la oposición la caída de su país. Dejaría para las siguientes, en 2015, su coronación.

Grecia ha hablado, y así seguiría haciéndolo el resto del año

Comienzo del 2015 y primera victoria

Muy cerca de la mayoría absoluta, enero marcó la primera victoria del año. Tan sólo necesitaba dos escaños, pero se vio en la obligación de pedir ayuda a la derecha nacionalista. El líder de Griegos Independientes, Panos Kamenos, le robaba su minuto de oro y anunciaba que ya había gobierno, pero Tsipras salía a saludar. Se hablaba de memorándums y de liberar a Grecia costase lo que costase. Salida del euro incluida. No habría contemplaciones con Europa. Grecia ha hablado, y así seguiría haciéndolo el resto del año. Veinte días de preparación habían tenido las adelantadas elecciones. Los griegos no dudaron un instante y era el momento de poner el punto sobre las íes o iotas.

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En este año también aprovechó para hacerse íntimo del líder de derechas Panos Kamenos © El Mundo

No hay dinero, ¿qué hacemos con Dijsselbloem, Schulz y Merkel?

“Pero, ¿para qué pregunta si hace lo que quiere?”, me comentaba mi casera en un pago rutinario en negro. “Menos mal que tengo mi dinero fuera de los bancos desde enero, si no a ver cómo te devolvía la fianza”. Como quien abandona el hundimiento del Titanic en los botes mal contados de salvamento, dejé Atenas en pleno corralito. OXI, OXI alla NAI, o lo que es lo mismo NO, NO pero SÍ. Filas en cajeros y racionamiento del dinero durante tres semanas. La Bolsa, en una montaña rusa desde enero, cerraba sus puertas un mes. No había circulación más que de pancartas. El 63% de los griegos votaron NO. Dijeron basta a Europa y le pidieron al dracma que volviera a casa. Sin embargo, no pasó de ahí. Dentro de la propia izquierda griega hay muchos que consideran a Tsipras como un traidor por haber aceptado firmar un acuerdo con los acreedores del país que contempla nuevas medidas de austeridad. Y por aceptar más tarde, un tercer rescate.

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Las calles de Atenas perdonaban al Dracma ©Jorge Pan

Tercer rescate. ¿Quién se lo pide?

Dimite, convoca elecciones y se vuelve a presentar

Volvemos a las urnas en septiembre. Se acepta un tercer rescate para Grecia. No hay dinero, y el cierre del comedor universitario que da comida gratis a los estudiantes durante agosto no dio para ahorrar lo suficiente. Pero, ¿quién gestiona el rescate? Tsipras dimite el 20 de agosto, tras ocho intensos meses de primer ministro. Muestra su lado más débil y pide papas, aunque muchos apuntan a que buscaba una renovación de su partido. Dimite, convoca elecciones y se vuelve a presentar. Syriza se frisura y del ala más radical nace Unidad Popular. De nuevo se habla de los principios de enero, salida del euro y no aceptación de las medidas de austeridad. Varoufakis, el exministro de Finanzas más guerrero, les da su apoyo. Él mismo encabezó las negociaciones con los acreedores hasta el referéndum que se celebraba el 5 de julio. Tras la victoria del NO, Varoufakis dimitía. Aún con estas aventuras de última hora y con los rumores de un crecimiento rebote de Nueva Democracia, Tsipras celebra de nuevo una victoria. Pierde cuatro escaños, pero su viejo aliado, Griegos Independentistas, lo vuelve a dotar de la mayoría absoluta mientras que Unidad Popular se queda sin representación. Un éxito que fue interpretado como la satisfacción por parte del pueblo griego con todo lo vivido en este año.

Tres meses han pasado ya desde ese 21 de septiembre y hasta el momento no hay noticias de nuevas elecciones. Un silencio que no puede hacernos olvidar que el 2015 fue un año griego.

Foto de portada: The Washington Post