10 animes para 12 meses
Para cualquiera que escriba de forma habitual sobre el mundillo de la animación nipona, la realización del inevitable artículo recopilatorio sobre los mejores animes del año al llegar por fin diciembre es tan obligatoria como el inevitable capítulo recopilatorio de Friends tras siete temporadas. Así que aquí os vengo con ello. 2015 ha sido un año colmado de diversidad y, en general, bastante equilibrado. No ha caído una santa trinidad de maravillas, como en el mítico 2011, cuando salieron, una tras otra, Madoka Magica, Fate/Zero y la enorme Steins;Gate, pero el nivel medio ha sido muy aceptable. Huelga decir que esto va a estar lleno de opinión personal, así que pido disculpas si alguno de los animes favoritos de algún lector o lectora no aparece en este artículo.
Antes de comenzar con esta pequeña lista, una anotación, bastante necesaria. La nueva temporada de Haikyuu!! está levantando unas opiniones más que favorables, tanto entre la crítica como entre su amplio público. No aparecerá aquí porque lleva aún una decena de episodios emitidos de un total que, según se ha anunciado, será de 25, por lo que aún no ha llegado al ecuador de su transmisión. No obstante, si su calidad final está al nivel de la primera temporada, que estuvo entre lo mejorcito de 2014, no solo entraría a este top 10, sino que probablemente se haría un hueco entre las tres primeras posiciones sin apenas esfuerzo. De verdad, y a título personal, nunca hubiera imaginado que el voleibol pudiese ser, no sólo entretenido, sino extremadamente emocionante. Y todo gracias a esta serie. Sin más prolegómenos, aquí queda la lista. Un pequeño compendio elegido a gusto personal con los animes más memorables del año que está por terminar.
10 – Digimon Adventure Tri: Saikai
Vale que no sea la producción mejor animada del año. Ni la de guión más sólido. Ni la de personajes mejor desarrollados. Pero es que Digimon Tri ha sido, como dije no hace demasiado, un retorno en toda regla a nuestra infancia, construido de una forma muy digna (mucho más que la infame Dragon Ball Super, por supuesto). Una OVA que se cuela aquí simple y llanamente por apelar a la nostalgia de forma tan descarada como efectiva, por removernos por dentro y recordarnos que, por muchos años que cumplamos, siempre tendremos un niño dentro.
9 – Prison School
Habitualmente se argumenta, en ciertos sectores “especializados”, que el ecchi (vamos, la aparición o sugerencia del busto femenino en pantalla, u otras partes de su anatomía) está matando el anime. Lejos de ser cierto, pues no hay una proliferación exagerada de series de este tipo (y bueno, si insinuar sexualidad arruina una obra entonces tenemos que renegar del 80% de las películas norteamericanas de la última década), lo que es innegable es que habitualmente sí recurren a los mismos gags, el mismo humor simplón y a tramas casi igual de repetitivas. Prison School rompió bastantes moldes. La premisa es sencilla, un prestigioso colegio femenino se abre por primera vez a estudiantes varones, los cinco primeros en matricularse cometen una grave falta y son encarcelados en la escuela, tras lo cual pondrán en marcha sus desquiciadas mentes para intentar fugarse. Lo bueno es que el humor de este anime es bastante más bestia, negro y escatológico de lo que podíamos esperar, superando el habitual “oh, Dios, estaban cogidos de la mano y el viento le levantó la falda” (que oye, para los años 50 estaba muy bien) y rebasando en muchas ocasiones el que se creía límite de lo establecido en una producción cómica para adolescentes. Por supuesto, siendo un ecchi, no faltó su necesaria ración de sostenes, tangas y situaciones comprometidas.

Prison Break + Tetas + un tío igual a Buda y sin la dramática que luego fue a The Walking Dead. ¿Qué puede fallar? / Nicegamer
8 – Arslan Senki
Cuando Hiromu Arakawa, creadora de Fullmetal Alchemist, uno de los mejores shōnen jamás habidos y por haber, y del cual podría vivir de rentas toda su vida, se embarca como diseñadora (e ilustradora del consecuente manga) de la nueva adaptación audiovisual de una ambiciosa serie de novelas fantasía heroica que comenzaron su andadura editorial hace casi 30 años, cargadas de reminescencias a la historia persa, la cosa no puede dejar de llamar la atención de cualquier aficionado al mundillo. Arslan Senki es la historia del joven príncipe Arslan, heredero al trono de Pars, quien ve como los ejércitos del belicoso país vecino de Lusitania invaden y subyugan a su pueblo. Desde el exilio, en la sombra, Arslan intentará recuperar su tierra y liberar a su gente, rodeado de algunos de los mejores soldados y de las mentes más brillantes de su nación (incluyendo al general Daryun, un auténtico badass). Como historia de aventuras resulta por momentos épica, pero sin dejar jamás esa cercanía y humanidad que nos transmiten sus protagonistas. Por ponerle una pega, sus fallos de animación son evidentes y su uso del CGI más bien torpe, pero aún así no empañan las grandes señas de identidad de esta serie: una ambientación cautivadora, acción a raudales e intrincadas conspiraciones políticas que a buen seguro engancharán a cualquiera.
7 – Parasyte
Siendo simplista, Parasyte no deja de ser otra cosa que Tokyo Ghoul bien hecho. Hablando en serio, Parasyte nos muestra la contienda entre dos colectivos totalmente antagónicos y qué ocurre cuando un individuo se queda justo en el medio de ambos. Sinichi es el típico pardillo del anime que, una noche, se encuentra con un extraño parásito intentando colarse por sus fosas nasales mientras duerme. Consigue impedirlo y el terrible ente invertebrado queda escondido en el interior su mano, pasando a controlarla. Descubre entonces que estos inverosímiles seres están adueñándose de los cerebros humanos para colonizar Japón y alimentarse de sus habitantes. Sinichi y su parásito, Migi (que demuestra entonces tener la capacidad de hablar y razonar), se verán envueltos en esta cacería y lucharán por su propia supervivencia y la de sus conocidos. La serie está cargada de combates trepidantes, una pizca de gore y mucha, mucha tensión e intriga. No llegó a adaptar correctamente el manga del que provenía, debido a las prisas por terminarla y a ciertos cambios en sus personajes pero aún así, se convirtió en una más que excelente producción.
6 – Binan Koukou Chikyuu Bouei-bu Love!
Si me permitís el neologismo que aún no recoge la RAE, esto es… la trospidez. No tengo absolutamente nada que añadir al artículo que escribí en febrero sobre esta bendita joya. Disfrutadla en toda su hombría. ¿Sabéis lo que es el patriarcado?. Patriarcado es el conglomerado de majestuosos, viriles y ubersexualmente machirulos protagonistas. Pase lo que pase y os parezca lo que os parezca, vedla entera. Disfrutadla hasta el final.
5 – Death Parade
Estamos ante un anime que engaña un poco. Los alegres y creativos diseños de los protagonistas y su embaucadoramente fiestero opening no nos preparan en ningún momento para uno de los planteamientos más dramáticos y tremendistas de la temporada. En cada capítulo dos personas llegan, sin apenas recuerdos, al Quindecim, un bar en el que se les dice que acaban de fallecer y que a partir de ahora se jugarán su ingreso en el cielo o el infierno (o, en otro concepto, el vacío y la reencarnación) en función de su resultado en diversas partidas de juegos populares (dardos, bolos, cartas), donde deberán competir uno contra el otro. Los juegos pondrán al límite la psique de cada uno y sacarán a relucir sus demonios internos, teniendo incluso repercusiones físicas momentáneas. Una serie para reflexionar sobre las buenas y las malas acciones de la vida, para verla con un buen tazón de Paladín entre tus manos y llamar después a tu madre para, entre lágrimas, confesarle que realmente fuiste tú quien rompió aquel jarrón cuando tenías 12 años y no tu hermana pequeña y pedirle perdón por ello.

Spoiler: Saitama se quedó calvo de tanto entrenar. Como Gravesen / Reyanime
4 – One Punch Man
“Eh, no la ha puesto de primera, vaya artículo más paupérrimo“. “Seguro que prefiere a Goku antes que a Saitama”. Tranquilos,chicos, tranquilos. Bien sabido es que One Punch Man está acuartelando un base de fans tan grande como Shingeki no Kyojin y tan intransigente con los críticos como Sword Art Online (palabras mayores). ¿Es el mejor anime de la historia, como muchos claman a los cuatro vientos, la panacea del género? Ni de lejos, OPM tiene, objetivamente, muchas limitaciones, y quizás la mayor de ellas sea que es una serie que parece siempre a punto de despegar, de causarte la carcajada o el asombro definitivo, pero sin llegar a hacerlo del todo, quedándose a veces a medio camino. ¿Es una buena serie? Por supuesto que lo es. No es buena, es buenísima. Tiene una animación alucinante (el estudio Madhouse se dejó los yenes en hacer un trabajo más que notable), sus personajes son todos entrañables y la historia mejora por momentos (cada pequeño arco es mejor que el anterior), además de tener situaciones realmente divertidas. Esta serie ha recuperado el viejo arte del anime de conseguir que cada semana estemos expectantes frente a la pantalla, esperando ansiosos el nuevo capítulo a estrenar. One Punch Man nos muestra las desventuras del pobre Saitama, un superhéroe que se ha vuelto tan poderoso que puede derrotar a cualquier oponente de un único golpe, lo cual causa una gran desazón en nuestro alopécico protagonista, incapaz de encontrar un rival a su altura.
3 – Jojo’s Bizarre Adventure: Stardust Crusaders 2nd Season
Esto es EL SHONEN. Con mayúsculas. El genuino arte de la violencia, la acción, la testosterona y los músculos de acero. Tras una primera temporada tan prometedora en sus inicios como repetitiva de cara al final, la segunda parte de Stardust Crusaders aportó una mayor variedad a la trama (que pecaba demasiado de centrarse únicamente en los combates), añadió necesarias dosis de humor absurdo y un final épico como pocos. Jotaro Kujo y sus acompañantes continúan con su viaje a Egipto para derrotar al malvado Dio (tan fabuloso que entraría en cualquier compilación de maromos sexys del anime), que continuará enviando secuaces cada vez más terribles para impedir su avance. Imprescindible gritar ORA ORA ORA ante cualquier enfrentamiento, especialmente el final.
2 – Fate/stay night: Unlimited Blade Works 2nd Season
Al igual que con el puesto anterior, nos encontramos con una serie que continua una primera parte estrenada en 2014 y a la cual mejora con creces. Tras los sucesos acaecidos en Fate/Zero, la Quinta Guerra del Santo Grial estalla diez años después y, en esta ocasión, nuevos combatientes invocarán a nuevos héroes de la antigüedad para conseguir el preciado cáliz. Las alianzas, las traiciones y los combates espectaculares se sucederán de forma constante. El problema de Unlimited Blade Works es ser una secuela directa de la inapelable y trágicamente maravillosa Fate/Zero, haciendo gala, además, de un tono más juvenil y desenfadado, más acorde a la visual novel en la que se basa, lo que, a ojos de mucha gente, aparentemente hace que parezca peor. Bien es cierto que Shirou Emiya no es el protagonista más querible del mundo (temerario, poco inteligente, bastante sobreprotector e incluso algo machista en ocasiones) y que su servant Saber parece incluso menos carismática que en la precuela (barra de pan bonita, pero sin sal, para entendernos), pero el resto de personajes (especialmente Rin Tohsaka, el brabucón de taberna Lancer y, sobre todo, el inefablemente soberbio Gilgamesh, uno de los mejores y más temibles villanos vistos recientemente por tierras niponas) levantan bastante el nivel. En cuanto al apartado técnico hay que decir que el estudio de animación Ufotable ha logrado que Fate/stay night luzca, suene y se mueva mucho mejor que cualquier otro anime actual. Qué demonios, a veces hasta luce mejor que la vida real. Los combates hacen gala de un detalle alucinante, no sobra ningún frame y, para colmo, hasta la dirección artística ha mejorado enteros, logrando sucesiones de planos dignas de los mejores directores. Por si fuese poco, también tiene el mejor opening de la temporada.

Cuando digo que Owarimonogatari es arte no me quedo corto / wrongeverytime
1 – Owarimonogatari
Me confieso y declaro fan acérrimo de las Monogatari Series. La adaptación de las famosas novelas de Nisio Isin por parte de Shaft es arte. Sin más. Es menester decir primero que no es una serie para todo el mundo. Lógicamente, no existe ningún producto diseñado para gustarle a todo el mundo, pero cuando algunos de los capítulos de una serie se basan exclusivamente en un diálogo entre dos personajes, como enfrascados en un peloteo de ping pong, aderazado todo esto con cambios de planos tan sustancialmente lentos algunas veces como fugaces otras, pero siempre artísticamente vanguardistas, escenarios minimalistas y una banda sonora hipnótica e inquietante, pues es de esperar que a los del (a riesgo de sonar elitista y sin ánimo alguno de ello) “Goku le puede” no les llame mucho la atención, al menos de primeras. No obstante, cualquiera que le de una oportunidad a Owarimonogatari (preferiblemente tras ver sus temporadas anteriores: Bakemonogatari, Nisemonogatari y el resto, para enterarse de algo, principalmente) se encontrará con una grandísima producción de intriga sobrenatural, con personajes inolvidables (es obligatorio amar a Shinobu y, sobre todo, a Senjougahara, pese a que salga menos de lo habitual), conversaciones ácidas y entretenidas que parecen heredadas del mejor Quentin Tarantino y una alta carga de simbolismo narrativo, apoyada por un apartado artístico colosal, con un estilo de dirección único e inigualable. ¿Mejor serie del año? Siendo totalmente subjetivo, para mí por supuesto que lo es.
Hasta aquí esta pequeña selección de todos los animes que los estudios japoneses nos han ido brindando desde enero hasta ahora. Si no conocíais alguna de las citadas, os recomiendo encarecidamente visionarlas, porque os harán pasar un buen rato. Por simple disponibilidad temporal (y lógica) no he visto todos los animes del año así que si echáis de menos alguno, estáis invitados e invitadas a comentarlo.
(Imagen destacada de technotaku4)