De una favela a campeón de Europa

Hace tres años, durante la temporada que el Villarreal pasó en el erebo de la Segunda División, tuve la oportunidad de ver jugar en persona a Marcos Senna. Yo, que me había pasado la vida viendo al CD Lugo entre el tercer y el cuarto escalón del fútbol español, lo flipé en colorines disfrutando en el Anxo Carro con el juego de un tío que un lustro atrás había sido campeón de Europa con la selección española. Mediada la segunda mitad, Marcelino García Toral decidió sustituir al hispano-brasileño. Los aficionados que habían bajado al estadio se pusieron en pie y dedicaron a Senna una atronadora ovación en forma de aplausos. Él, sonriente como de costumbre, agradeció el detalle con el mismo gesto.

Utilizo ese recuerdo para llegar a una conclusión: todo el mundo quiere a Marcos Senna. O bueno, quizás la humanidad es demasiado extensa como para poder aseverarlo con total convencimiento, pero lo que está claro es que el ’19’ del Villarreal siempre ha sido un futbolista que ha generado simpatía entre el espectador medio.

El hispano-brasileño destacaba tanto en la distribución del balón como en su gran capacidad física, que le permitía abarcar mucho terreno en la medular, así como en los disparos de largo distancia

Senna se crió en las favelas de São Paulo, factor determinante a la hora de entender su carácter humilde. Comenzó destacando en divisiones inferiores del país carioca, hasta llegar al Corinthians, con quien consiguió ganar la liga brasileña. Sus destacadas actuaciones provocaron que el Villarreal se interesase en él, y el mediocentro no dejó escapar la oportunidad de jugar en Europa. Allí, Senna vivió los mejores años de la historia del club castellonense, contribuyendo en gran medida al éxito conseguido: la tercera posición en Liga en la 2004/05, el subcampeonato de la 2007/08 y varias participaciones europeas, destacando especialmente aquella semifinal frente al Arsenal en la 2005/06. El submarino amarillo encandiló a Europa durante años con un juego atractivo en el que el ’19’ jugaba un papel fundamental como motor del equipo. El hispano-brasileño destacaba tanto en la distribución del balón como por su gran capacidad física, que le permitía abarcar mucho terreno en la medular, así como en los disparos de largo distancia, pues su excelso golpeo le hizo marcar goles de gran belleza.

La idiosincrasia del exfutbolista del Villarreal provocó que Luis Aragonés se interesase por él. Así, Marcos Senna fue convocado para el Mundial de Alemania en 2006 y la Eurocopa celebrada en Austria y Suiza en 2008. En ambos torneos la importancia del mediocentro fue capital, pues fue un fijo en el once titular pese a la gran competencia. Sin embargo, con España cumplía un rol más posicional, y su principal función era dar estabilidad al combinado nacional: iniciaba el juego y se mostraba intenso en tareas defensivas. Además, cumplía otro cometido esencial: permitir que Xavi Hernández, abanderado del estilo de juego del equipo, tuviese la suficiente libertad para llevar la batuta de la selección. El bajón de rendimiento derivado por la edad (en esa Eurocopa tenía ya treinta años) y la aparición fulgurante de Sergio Busquets, que jugaba en su misma posición, provocaron que las puertas de la selección se cerrasen para el hispano-brasileño después de alzarse con el campeonato de Europa.

Sport Genside ©

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A pesar de su notabilísima importancia en ese histórico Villarreal y en el combinado español, da la sensación de que la figura de Marcos Senna está infravalorada, futbolísticamente hablando, por la opinión pública. Su buen hacer en Castellón le habría permitido fichar por equipos con mayores aspiraciones, pero el ’19’ siempre tuvo claro donde estaba su hogar: permaneció once años en el submarino, en una muestra de sentimiento y gratitud. Incluso cuando el club descendió a Segunda División, Senna permaneció en él con el objetivo de devolverlo a la máxima categoría del fútbol español. Lo consiguió con 35 años, y luego abandonó el equipo para disfrutar del retiro deportivo en Estados Unidos.

Ahora ha llegado el momento de colgar las botas. En Villarreal siempre será un mito.

Fotografía de portada: Sexto Anillo ©