Un Tour para recordar

El ‘Tour de Froome” titulaban los periódicos después de los Pirineos. Después de una exhibición de equipo, vatios y pedaladas. Después de una Pierre de Saint Martin que borró las esperanzas de muchos y nos dejó a otros con la miel en los labios. Sin embargo, los Alpes demostraron que este pudo haber sido el Tour de Nairo Quintana y de Alejandro Valverde, de los Movistar, de una exhibición en Alpe d’Huez como la que Carlos Sastre fue capaz de hacer en 2008. De una exhibición para la historia que no se vio truncada por la Pierre de Saint Martin, si no por el viento, el agua y los abanicos del primer domingo en las carreteras de Zélande.

Esta podría ser la crónica de los “y si…”. Y si….Nairo Quintana hubiese movido la carrera más en Alpes, y si….no hubiese llegado el abanico de la primera semana, y si….Vicenzo Nibali no hubiese sufrido la avería en la última etapa de montaña. Pero todos los “y si….” se quedan en el ciclismo de ciencia ficción y en los debates estériles, ya que este Tour ha vuelto a levantar a los espectadores del asiento y también a las audiencias que parece que por fin vuelven a amar al ciclismo. 

“El Tour de Froome”…y de Sky

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Chris Froome levanta los brazos en la Pierre de Saint Martin – ©Libertad Digital

Llegaba exhausto pero contento, sabedor de que una vez cruzada la meta de Alpe d’Huez nadie le podía birlar su segundo Tour de Francia. Una victoria difícil,  cimentada en los Pirineos y sufrida hasta el último segundo en los Alpes, una victoria de equipo. Por eso, por primera vez en toda la etapa, el maillot amarillo levanta la vista de ese ordenador que siempre aporta todas las respuestas y busca en la carretera a uno de sus mejores escuderos. Ese es Richie Porte y junto con Geraint Thomas y el resto de compañeros del Sky también acaban de ganar este Tour de Francia.

Porque el Sky ha funcionado como una máquina engrasada desde el primer día, protegiendo en el llano, realizando una contrarreloj por equipos de nota y no fallando ningún día en montaña. Thomas, Poels, Konig y Porte han sido los nombres más repetidos en Alpes y Pirineos, corredores que han aguantado hasta la saciedad y que nunca han dejado a su líder solo. Un trabajo de equipo encomiable que bien vale una victoria en París.

Valverde y su victoria más deseada

Ha ganado todo. En cualquier época del año y en cualquier circunstancia. Contra rivales que venían descansados y que preparaban esa cita con mimo. Al sprint, a lo campeón o a lo “perro”. Así es Alejandro Valverde, el corredor más completo del pelotón internacional. Sin embargo, hay dos cosas que se le resistían: el amor en París y el maillot arcoíris.

El pódium de París se la ha resistido a Valverde como una chica inalcanzable. Y, justamente, cuando no lo ha buscado es cuando lo ha conseguido

Valverde ha querido al Tour con locura. Ha sacrificado objetivos, ha descartado victorias y se ha centrado en esa chica que nunca le hacía caso. Una chica irresistible, pero imposible para el ‘Bala’. Una chica que ha conquistado cuando menos la buscaba. Porque sin el rol de jefe de filas Valverde ha logrado subirse al pódium de París, un lugar deseado, pero que parecía imposible antes de comenzar el Tour de los cuatro fantásticos.

Trabajando como el que más y haciendo un Tour de nota, por fin el murciano podrá lanzar besos desde el Arco del Triunfo. Un  triunfo que le hace especial ilusión como demuestran sus lágrimas en la llegada de Alpe d’Huez. Ojalá Valverde vuelva a llorar pronto, en septiembre, y que sus lágrimas mezcladas con un tarde soleada acaben creando un maillot arcoíris que pondría el broche a una carrera ciclista maravillosa.

Nairo Quintana y su amor por París

Nairo Quintana y Alejandro Valverde han logrado un doblete en el pódium inolvidable para el equipo Movistar - ©El Universal

Nairo Quintana y Alejandro Valverde han logrado un doblete en el pódium inolvidable para el equipo Movistar – ©El Universal

Si a Valverde el Tour se le resistía, a Nairo Quintana parece que le pone las cosas fáciles. Lo hizo en 2013, cuando consiguió un segundo puesto que nadie esperaba y lo ha vuelto a hacer este año.

Nairo se ha vuelto a reivindicar como el mejor escalador del pelotón internacional, pero se queda sin su Tour por falta de colocación en la etapa de Zélande y, quizás, por falta de ataques de entidad en los Alpes. Nunca sabremos que hubiese pasado con un poco más de ambición, pero lo que está claro es que Quintana ha estado cerca de llevarse este Tour. Mucho más cerca que en 2013, lo que supone otro paso de gigante en su aprendizaje forzoso.

Recordemos que el colombiano también subirá al pódium para recibir el maillot blanco como el mejor joven de la carrera. Eso, por lógica, quiere decir que el amarillo le llegará más temprano que tarde.

Más valentía que piernas

Nada se le puede achacar a Vicenzo Nibali y a Alberto Contador en ese Tour de Francia. Caballeros en la victoria y también en la derrota, que han reconocido desde el minuto cero en este Tour de Francia.

No fue una gran vuelta para Contador, ya que duplicaba los rivales en la carretera con respecto al Giro. Rivales, a los que él duplicaba en número de kilómetros en sus piernas. Eso, en esta época ciclista moderna significa cavar tu propia tumba y llegar a la última semana sin fuerzas. Aún así, Alberto lo ha intentado hasta el último momento en un Tour que tampoco (y ya van muchos años) ha sido el suyo.

No ha sido el Tour de Nibali y de Contador, pero a ninguno de los dos se les puede achacar que no lo haya intentado. Ciclistas valientes en la victoria y en la derrota

La explicación al paso de Vicenzo Nibali por los Pirineos es más complicada. Ni su entrenador, ni su director deportivo se lo podían explicar. Había hecho exactamente la misma preparación que el año pasado, pero en este caso las piernas no iban. Además esta vez sí que estaban todos los gallos. Aún así, en defensa del italiano, diremos que el año pasado aventajaba en más de cuatro minutos a Alberto Contador cuando el pinteño tuvo que dejar ese Tour.

Pero las piernas de Nibali retomaron su pulso en la parte final de la carrera y con su victoria en la Toussuire hizo soñar a muchos con el pódium. Sin embargo, una avería y una mala estrategia le regalaron un merecido pódium a Alejandro Valverde en la última etapa alpina.

Su Tour no ha sido bueno, pero ha sabido arreglarlo en los Alpes como los franceses Bardet y Pinot, los otros grandes derrotados en este Tour si hablamos de la clasificación general.

Sagan, ese segundo que tanto nos gusta

Peter Sagan hace segundo por detrás de Greg Van Avermaet - Eurosport

Peter Sagan hace segundo por detrás de Greg Van Avermaet – Eurosport

Apúntese el chiste de este Tour de Francia: “llegan dos a la meta y Sagan hace segundo”. Una crueldad, una maldad ante un maillot verde al que parece que ya le pueden poner nombre propio para los próximos años.

Peter Sagan es un súper clase, y lo saben en las fugas, en los sprints o en cualquier escaramuza que llegue a meta. Peter Sagan es un súper clase y ese es su problema. Pero seguro, que muy pronto volverá a ganar en este Tour de Francia.

Han sido once tops cinco en este Tour de Francia. Una cifra récord que puede aumentar en París donde, en principio, ‘solo’ vestirá de verde. Quizás mañana llegue su día de suerte y pueda subir dos veces al pódium. O quizás tenga que esperar al año que viene, pero de lo que no tenemos dudas es que ciclistas como Sagan son imprescindibles en el pelotón internacional. Y que ojalá existiesen más como él.

El mono de Tour

Ha sido un Tour para el recuerdo y nos quedaremos con el mono. Lo mejor, pensar que en nada llegará la Vuelta

Se acaba un Tour bonito, con emoción hasta el último día y agradecido con las expectativas de ASO de llegar con la carrera abierta hasta las faldas del Alpe d’Huez. El ‘modelo finales de etapa tipo Vuelta’ ha funcionado bien en el Tour y nos ha permitido disfrutar de tres semanas para el recuerdo.

Llegan los días de mono y de vacío existencial a la hora de la siesta. Así que de momento, toca disfrutar del paseo por los Campos Elíseos de París y pensar que, por suerte, en nada estaremos hablando de una Vuelta a España que también se presenta apasionante.