Por qué Łódź

 El Museo de Historia de la Ciudad de Łódź está en un palacio que en su momento fue la vivienda de Izrael Poznański, un industrial del algodón fundamental en la historia de la ciudad. Dicen que cuando encargó el palacio los arquitectos le preguntaron en qué estilo quería que fuese. Les contestó que era rico y que lo quería en todos los estilos.

En este palacio de todos los estilos (todos), uno puede aprender un poco sobre la historia de Łódź. Cómo la ciudad pasó a ser un pequeño asentamiento de base agrícola a un centro industrial textil en el siglo XIX. Aumento de población, éxodo rural, ferrocarril, emigración desde otras ciudades, crecimiento industrial… Łódź llego a ser un centro de producción textil clave tanto mientras fue parte del Imperio Ruso como de Polonia. Hasta la Primera Guerra Mundial fue una de las ciudades industriales más pobladas del mundo. Todo habla del esplendor, el crecimiento, la prosperidad de la ciudad de Łódź. 

Edificio en Piotrkowska 86 | Sabela Porto

Edificio en Piotrkowska 86 | Sabela Porto

Uno no puede evitar mirar por la ventana del palacio hacia el hormigón de la calle Zachodnia y preguntarse qué salió mal. Porque Dolores, quién te ha visto y quién te ve. Pensar que las fábricas y espacios industriales que pueblan la ciudad tuvieron más habitantes que cristales rotos y más actividad que ninguna es un ejercicio de imaginación intenso. Igual que encontrar razones por las que alguien podría querer llegar a la ciudad y no salir de ella. Si Łódź fue en algún momento el sitio del que habla el museo poco dice de ello su imagen hoy.

“Qué hago aquí” es una pregunta recurrente durante los primeros días en la ciudad. “Qué haces aquí” y “por qué Łódź” también. Habitantes de otras ciudades polacas (que siempre considerarán su lugar de origen como un sitio infinitamente mejor) no entenderán qué puede llevar a alguien a la ciudad del país con más muertes por negligencia médica, más violaciones o el bulo que esté en la calle en ese momento. Los locales querrán saber qué lleva a alguien a una ciudad que consideran fea y donde no hay mucho que hacer. Pero hay muchos por qués.

Entrada a un patio en Więckowskiego 16  | Sabela Porto

Entrada a un patio en Więckowskiego 16 | Sabela Porto

El primer contacto con esta ciudad puede ser un poco desconcertante, y es necesario un periodo de adaptación. Łódź es un caos al que hay que acostumbrarse: la sensación de desconcierto que produce la ciudad nunca llega a desaparecer. Uno aprende a no preguntarse por qué muchas cosas pasan como pasan (que de repente todo el mundo se baje del tranvía, que haya muchos sitios cerrados los miércoles, que rompan una silla en un bar porque qué bien lo estamos pasando) y aceptar las pequeñas dosis de caos cotidiano que la ciudad ofrece. Tienen su aquel. Nunca dejó de sorprenderme que la ciudad siguiese en pie y andando, pero tengo que reconocer que tiene una forma única de hacerlo.

Hospitalidad y hostilidad están separadas por una fina línea. Excepto en un par de zonas especialmente turísticas, y no estamos hablando de una ciudad turística en absoluto, en Łódź el inglés no sirve de mucho. En general a sus gentes no les interesan demasiado los turistas o extranjeros, no se desvivirán por ayudar o facilitar las cosas con el idioma y en más de una ocasión la actitud que muestren será directamente desagradable. No les gusta ser molestados. Pero mientras ellos no lo sean, respetan toda distancia: en esta ciudad la gente se preocupa de sus asuntos a no ser que alguien pida lo contrario. Una vez uno intenta aprender el idioma y conocer las costumbres del lugar, esta hostilidad inicial desaparece: la gente se esfuerza por enseñarle lo fantástico que es el sitio en el que vive, y en Łódź hay muchas cosas que solo se llegan a conocer con ayuda de sus habitantes. No es raro que una familia polaca invite a alguien a su mesa.

Edificios en la calle Rewolucji 1905 | Sabela Porto

Edificios en la calle Rewolucji 1905 | Sabela Porto

Esta ciudad es un viaje en el tiempo. Uno tiene la impresión de haber llegado a 1989, y no solo porque mucha gente vaya vestida como un videoclip de Cindy Lauper como colmo de ir a la última (hay gente que incluso va como en los primeros de Britney Spears). El transporte, las camas, los bloques de hormigón, las salas de fiestas, la publicidad o los bar mleczny que quedan ayudan a formar la atmósfera pre perestroika de la ciudad.

Pero el caos y decadencia son los que le dan encanto a Łódź. De ciudad industrial venida a menos. De fachadas grises a las que sus habitantes da un poco de vida con balcones imposibles o murales espectaculares. De saber que en la siguiente curva el conductor del tranvía va a tener que bajar con una palanca para hacer el cambio de dirección a pulso. De lavadoras que funcionan con monedas que parecen de cinco duros. De que en una facultad se pudiese haber rodado El quimérico inquilino. De dudar si el patio en el que estás entrando te depara una muerte brutal o tu próximo restaurante, pub o tienda favoritos.

Balcones aleatorios en Piotrkowska | Sabela Porto

Balcones aleatorios en Piotrkowska | Sabela Porto

Łódź (pronunciado “uuuch”, “bote” en polaco) es un poco perturbadora, pero también encantadora. Cuando uno se hace a la idea se aventura a descubrir lo que la ciudad tiene que ofrecer, que es mucho. Aquí conjugan dos factores. El primero es que si uno es de fuera el złoty sale muy bien al cambio. El segundo es que por alguna razón que no entiendo pero por la que no dejo de estar agradecida el tiempo allí pasa muy despacio. Tiempo y dinero, aparte de para desarrollar una adicción a la heroína, son los factores perfectos para disfrutar de todo lo que una ciudad como esta tiene para ofrecer. Teniendo en cuenta que el escenario no es muy distinto al de un barrio industrial de Reino Unido en los ochenta, puede que heroína sea precisamente una de las cosas que tenga que ofrecer.  El caso es que en Łódź a uno le sobra el tiempo para muchas cosas.

Comer
La comida de la tierra de Lech es muy variada y Łódź ofrece desde restaurantes muy bien puestos a verdaderos antros donde disfrutarla. Para la comida polaca mi recomendación personal son los sitios tirando a antro en los que la comida compensa trato y pinta. En la calle Narutowicza están el Pyzunia (nº 83) y el Sznycelek (nº 75A), un restaurante minúsculo donde estudiantes y trabajadores van a comer en su descanso y que por la noche (solo por la noche) prepara pizza. En ambos sitios el inglés no es una opción por lo que para la carta hay que tirar de google translator o arriesgarse. En una perpendicular a la misma calle (Piramowicza nº 10) está un restaurante donde tienen unos pierogui espectaculares: Teremok.

En la ciudad hay restaurantes de todo tipo de comida (chino, vietnamita, turco, italianos para parar un tren) y restaurantes corrientes muy recomendables. En la zona del centro (calle Piotrkowska y alrededores) el inglés es más común. Por citar algunos sitios, uno no puede dejar Łódź sin probar un bagel en Breadnia, la pizza de In Centro, los pierogui al horno de Pozytyvka, las hamburguesas de Mitmi, las tortitas de Jerry’s o todo lo que hay en Manekin. Para desayunar Breadnia, Pozytyvka o especialmente el desayuno inglés de Drukarnia, que da para comer tres días, son la mejor manera de empezar a vivir.

Aquí tenemos el monopolio de la persiana, pero no controlamos poner en una cafetería algo menos incómodo que una silla. En Łódź una posibilidad es ir a tirarse en un sofá a un bar y leer o gorronear wifi a la hora de la merienda. Quiero recomendar especialmente las tartas de Yellow, Niebostan, Poczekalnia o Owoce i Warzywa.

Muro en Off Piotrkowska | Sabela Porto

Muro en Off Piotrkowska | Sabela Porto

Museos y otras visitas culturales
La miríada de museos que hay en esta ciudad permite a uno estar ocupado una buena cantidad de tardes. Algunos son muy interesantes y otros son muy poco interesantes sin un guía que explique qué puede tener de apasionante una colección de monedas o sellos. Los museos de arte contemporáneo MS1 y MS2 tienen colecciones permanentes que merece la pena ver, y los edificios de ambos museos también valen una visita. Łódź fue una ciudad clave en el desarrollo del arte contemporáneo polaco y estas instalaciones recogen su historia.

Esta ciudad es también la capital del cine polaco. Cineastas como Roman Polanski, Andrzej Wajda o Krzysztof Kieślowski estudiaron en la Escuela de Cine de Łódź, que se puede visitar y en la que se proyectan trabajos de los alumnos. El museo de Cinematografía tiene una exposición curiosa con aparatos de rodaje, decorados y vestuario que perteneció a diferentes producciones. Los festivales de cine, ciclos y proyecciones son constantes en la ciudad.

Fábrica que ahora alberga el Museo Central de Industrial Textil | Sabela Porto

Fábrica que ahora alberga el Museo Central de Industrial Textil | Sabela Porto

Otros museos en la ciudad son el Museo Central de Industria Textil, Museo Arqueológico y Etnográfico o Muzeum Fabryki (sobre el Łódź industrial) entre otros. También abundan espacios que constantemente ofrecen festivales de diseño, exposiciones o conciertos como Art Inkubator, en lo que fueron espacios fabriles.

Łódź, como cualquier ciudad polaca, permite hacer una visita a la historia del siglo XX. En la ciudad se encuentra la estación de Radegast, desde la que se deportaba a los judíos de la ciudad a campos de concentración. También se puede visitar el gueto de Łódź (Litzmannstadt). El cementerio judío de la ciudad es uno de los más grandes de Europa.

Pasear
En esta ciudad está bien perderse. No es que sea fácil: es una cuadrícula y todos los tranvías pasan en algún momento por Plać Wolności, el centro de la ciudad. Pero dar un paseo es siempre un buen plan. Es la manera de descubrir ejemplos de arquitectura industrial muy bien conservados, o curiosos ejemplos de constructivismo al lado de edificios neoclásicos de totalmente reconstruidos a muy mal conservados. El paisaje urbano de la ciudad está creado por el caos arquitectónico. Pero es un caos que a ella le queda bien y del que saca partido: ver cómo se pone el sol no es tan impresionante en el parque de Rudzka Góra como entre las obras y estructuras de la calle Piłsudskiego. En los últimos años se ha tratado de aprovechar los espacios de las omnipresentes fachadas de hormigón gris para pintar murales (esa era mi facultad). Estas explosiones de color sobre gris son ya parte de la fisionomía de la ciudad y están empezando a constituir un atractivo turístico. Perderse en la ciudad buscando los mejores ejemplos de arte urbano es siempre un buen plan para una tarde. Esta es una de las principales iniciativas respecto a muralismo, y permite ubicar diferentes obras.

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Detalle de mural en la calle Roosevelta | Sabela Porto

Hay calles o zonas, incluso cerca del centro, en las que incluso los locales os dirán no vayas solo de noche, como la calle Gdanska, Wschodnia o  Zachodnia. A mí nunca me pasó nada pero tampoco es cuestión de hacer aquí apología de jugarse el tipo. Son zonas que a pesar de estar cerca del centro están mucho menos cuidadas, pero en las que también se pueden encontrar muchas cosas interesantes: desde murales a las mejores tiendas de segunda mano. De los patios ya hemos hablado, siempre son sitios que explorar. Para los amantes de lugares abandonados también aparecen en cada esquina. Siempre hay un solar, fábrica o edificio que explorar. Uno nunca se cansa.

En la ciudad abundan parques a los que ir a pasear y dar paseos en bicicleta o resbalar cuando nieva (a pesar de que nieva cada invierno el caos propio de la ciudad incrementa cuando pasa). Incluso hay un parque forestal, Łagiewnicki, uno de los más grandes de Europa. La ciudad es totalmente llana así que la bicicleta siempre es un medio de transporte económico y sano (y se puede comprar de segunda mano a un precio muy bajo). El problema es que el robo de bici es deporte local. De todas formas el precio del transporte público también es ridículamente bajo y recorrerse la ciudad en tranvía es otro plan interesante: uno puede llegar al final de una línea (como la 3 destino Lodowa) y encontrarse un domingo por la mañana en un mercado al aire libre donde encontrar desde armas a los pasteles más ricos del mundo.

Parque Źródliska | Sabela Porto

Parque Źródliska | Sabela Porto

Salir
Entre los sitios más conocidos y frecuentados por turistas para salir están Bedroom, Lordi’s o Czekolada: para fans de Apolo será sentirse como en casa. Pero en Łódź hay lugares de todo gusto y variedad. Respecto a pubs para beber y charlar frecuentaba Grzałka, The Bear Pub, The Eclipse Inn, Biblioteka, 6 dzielnica o Z Innej Beckzi. Para bailar DOM, Niebostan, Łódź Kaliska o Spaleni Słoncem. Las fiestas y conciertos son muy frecuentes, especialmente en Granda, Niebostan, 6 dzielnica, Art Inkubator, Bajkonur o DOM. En el número 138 de la calle Piotrkowska está Off Piotrkowska, un espacio con bares, restaurantes, tiendas y donde suele haber eventos y conciertos, y explorar los patios es clave para encontrar nuevos sitios. La vida cultural y nocturna de Łódź da mucho de sí.

Patio en Piotrkowska | Sabel Porto

Patio en Piotrkowska | Sabela Porto

Łódź no será amor a primera vista, pero uno se enamora. El desorden es su principio vital, y cuando uno piensa que ya es parte de su mecanismo la ciudad le demuestra que no. Que no va a dejar de llevarse sorpresas. Pero es su forma de decirle que está en casa.

Urban Explorers, Łódź in your Pocket. 

Gracias Virginia, Riikka y Robert por hacer de una ciudad algo más que un sitio.