Amanecerá

Ellos. Con sus ilusiones, sus maletas preparadas, sus despedidas o sus futuros reencuentros. Sus acompañantes o su soledad dispuesta a amenizar las horas hasta el fin del trayecto. El viaje hacia la tierra natal donde esperaban los que acabarían odiando ese verbo. Las ganas por descubrir una noche mágica, con sonrisas y colores. La rutina del regreso tras el trabajo realizado. El trámite de un papel a entregar. O el placer. El placer de una visita completada y la pared de tranquilidad que ofrece la vuelta al hogar conocido. Todos ellos, pasajeros del destino, con sus motivos para subir a ese tren. Aquellos que sólo querían llegar y a los que se les privó de tan humilde deseo. Los que ahora piden justicia. Y los que ya no pueden hacerlo, pero sobrevivirán para siempre en voces que nadie logrará callar.

Y los otros. Con su plaza, su bar y su vida. Las huertas al lado de las casas, los caminos de cemento y hojas, los paseos bajo la luz ingrávida del atardecer. La calma de una lejanía a la vez cercana a la ciudad, a veces con la quietud del silencio y en ocasiones con el despertar del bullicio. Una noche más, la víspera de un día de celebración. Poco después, las luces de artificio iluminarían muchos tejados. Condicional. Esa noche, nunca lo harían. Allí, de repente, como un estallido, un estruendo, un tren. Sólo quedaría la fe recuperada en la fuerza humana. Ellos, sin pensarlo, en pie. Obligados a prepararse para el horror. Lo peor vendría después. El dolor constante y la paradoja de olvidar recordando. La mañana posterior que no era sino un negro anochecer. Una oculta aurora que se repite sin tregua.

Para todos, amanecerá. Cuando la justicia llegue, cuando lo humano no sea lo único culpable de la desdicha. Cuando los obligados a pagar su culpa descosan su indigna indiferencia. Sólo, en ese momento, la memoria se teñirá de un tono sonrosado. Los presentes vislumbrarán un tenue brillo al final del oscuro letargo. El Día de Galicia se levantará con una calurosa bienvenida. Ese día, amanecerá de nuevo.

Para vosotros. En el recuerdo.