Viento de cambio y marea
El pueblo ha pintado el mapa de Galicia y España con una nueva paleta de colores. Desde distintos puntos del mapa, nuestros compositores nos cuentan cómo han vivido la jornada electoral más intensa de los últimos tiempos.
A Coruña, por Alejandro Pardo
Cada voto cuenta en unas elecciones tan reñidas como históricas. Cuatro votos han permitido la llegada de Marea Atlántica, una candidatura vecinal, a María Pita para llevarse por delante al alcalde del PP, Carlos Negreira. De poco le sirvieron los grandes proyectos como la Smart City o la reforma de la Marina al regidor popular. Aquel que inauguró la Tercera Ronda bajo su mandato se vio superado por una candidatura cuyo denominador común es la izquierda y el hastío de varios años de gobiernos municipales. Atrás quedaron los años del “vazquismo” con un PSOE en horas bajas y un BNG que entra por poco. Xulio Ferreiro es el elegido para liderar un proyecto que ponga en el centro las cuestiones sociales, las cuales, según expresó la ciudadanía en las urnas; no han sido debidamente atendidas en estos últimos cuatro años. En A Coruña, ha ganado una nueva izquierda.
Compostela, por Darío Domínguez
O serán comezaba en Santiago cunha sorpresa maiúscula: a enquisa da TVG non só adiantaba que o PP perdería a maioría absoluta na capital (algo que outras sondaxes viñan contando nas últimas semanas), senón que a Compostela Aberta de Martiño Noriega apuntaba a ser a lista máis votada. Comezou entón o que a alcaldesa in pectore de Barcelona chama “run run” polas rúas da zona vella. Cun goteo de visitantes, antes da final da conta de papeletas, a zona de maior peregrinaxe de persoas da cidade trasladouse uns metros, desde a Catedral ata a a sede da candidatura, símbolo dunha campaña electoral brillante que será digna de estudo (e que quizá debullaremos nesta páxina nos próximos tempos). Noriega saiu a saudar cunha mestura de aires de estrela do rock e de libertador, disposto a “facer historia” na cidade. Se se me permite a valoración, ao abeiro do éxito municipal, quizá a historia o lembre como Martiño I “O breve” se decide que Compostela lle queda pequena e decide candidatarse á Xunta o ano que vén.
Ferrolterra, por Marta R. Suárez
Voté en mi colegio de Narón. Después, emulando a los candidatos en la jornada de reflexión, dediqué el día a la familia y luego seguí los resultados desde una sede confortable, el salón de mi casa. Se me quedó corto el fenómeno de la segunda pantalla, móvil, televisión y ordenador fueron necesarios. Ni UPyD ni Ciudadanos sedujeron con su idea de unir Ferrol y Narón. En el año del cambio, en Narón seguirán gobernando los mismos. Terra Galega obtiene mejor resultado y se queda a un concejal de la mayoría absoluta. El partido derrotado es el PP, que pierde tres concejales. En cuanto a Ferrol, Rey Varela no consigue revalidar su histórica mayoría. Se avecina un gobierno tripartito encabezado por Ferrol en Común y apoyado por BNG y PSOE. Más allá de que entran algunos nuevos, se coaligarán con algunos viejos. Ferrol no se rompió en un día, se lo cargaron entre todos los que aquí gobernaron. Que las palabras se conviertan en hechos, que Ferrolterra se lo merece.
Vigo, por Carolina Neira
Aínda estando fóra de Vigo, non era difícil imaxinar como espertaríamos hoxe: de vermello e con Abel Caballero frente á cidade. O noso alcalde logra revalidar o seu posto. Mais, lonxe de precisar ao BNG como compañeiro de remo, faise con toda a artillaría e senta no seu trono de espadas cunha confortable almofada de maioría absoluta. Non hai Alfageme que se lle resista. Faga o que faga, #SeguenOsFeitos. Nun panorama político no que os pactos e a fragmentación conforman a primeira plana dos xornais, Caballero sorrí como só el sabe facelo ante un electorado vigués rendido aos seus pés. Pero non debería sorprendernos. Nunca na vida tivo Vigo un dinosauro. Temos todo o que unha cidade pode precisar. E Abel ten todo o que un alcalde debe ter por tradición: carisma, un localismo exacerbado e uns votantes contentos. Iso sí, agora que o feudo é todo para el, esperemos que non caia estrepitosamente nunha deriva caciquil que xa asoma as fauces de cando en vez. Os meus parabéns ás novas forzas políticas, como o Obama gallego ou o Partido Democretácico. Outra vez será… Ou non.
Ourense, por Aida González
Mi vecino lo tenía claro. “Si voto por primera vez, será al que va montar el parque acuático. El que ponía la MTV por la tele, ¿sabes cuál te digo?” Ambos reímos. “¿Quieres que te timbre para bajar a votar?”, le pregunté. “Bah, no. No voy a ir. Me da pereza y total, votar al pavo este para que no gane es una pérdida de tiempo.” En su particular partida de Pokémon Oro, el PSOE cae en combate. No tan fulminado como sus antiguos colegas del Bloque Nacionalista Galego, pero adelantado por el pavo este, el del parque acuático, el que ponía la MTV, ese que no corre porque le espeten un huevo. De nombre, Gonzalo Pérez Jácome, líder de la actual segunda fuerza en la vieja Auria (en Auria TV ya lo es desde hace tiempo). Mientras tanto, Jesús Vázquez se quita las gafas, las limpia y las vuelve a poner. Necesita agudizar la vista para buscar un socio de gobierno. En tiempos de viento y marea, a esta altura del Miño nos ha dado por nadar contracorriente.
(Doce de la noche, con el voto prácticamente escrutado. “No va a ganar, ¿no?”, me pregunta. “Te has quedado a dos ediles de tener un parque acuático”. “¿Qué dices? Mierda. Tenía que haber ido”.)
Pontevedra, por Alberto Escobar
Pontevedra es una paradoja a orillas del Lérez. La ciudad de las puestas de largo y Pontevedreses de Toda la Vida es la misma que ha mantenido 16 años al BNG ocupando la casa consistorial de la Plaza de España. Y va para 20 años, que no es nada. Apoyado por muchos pontevedreses que se acercaron a los colegios al salir de misa de 12, Miguel Anxo Fernández Lores alcanzó ayer 12 ediles. Una mayoría simple pero suficiente para gobernar una villa premiada mundialmente por su modelo de ciudad y criticada localmente por mantener un Plan Xeral de Ordenación Municipal que data de 1989.Las mareas que golpearon con fuerza las Rías Altas se quedaron en calma chicha al llegar a Lourizán, obteniendo Marea Pontevedra tan solo dos concejales.Es una paradoja, pero no una sorpresa, que los galos sigan gobernando Roma.
Madrid, por Javier Sánchez Álvarez
Pongamos que hablo de Madrid. En mi caso, el ejercicio requería del doble de atención: autonómicas por un lado, municipales por otro. Las dos con motivaciones para el electorado muy distintas –tan significativas como las diferencias en las competencias entre una autonomía y un ayuntamiento– y con candidatos muy diferentes –tan diferentes como Cifuentes, que me gusta cuando calla porque parece como ausente, y Espe, que es Espe–. Las encuestas parecían vaticinar un resultado que después no fue, y la mayor sorpresa –agradable para Carmena, no tanto para Espe– se dio en el ayuntamiento de Madrid. Veinticuatro años de pasado Popular que dejan lugar a un Ahora con nuevos métodos de hacer política y, parece, con nuevas y mejores intenciones. Ya veremos si se materializan en algo más. Pero si hay algo claro, es, sin duda, que actualmente hablar de Madrid es más interesante que nunca.
Barcelona, por Paula Pérez Fraga
Que esta no es una Ciutat Morta, que somos la otra capital del país… Oye, ¡que estamos muy vivos, si no, no produciríamos tanta pasta! Pero no tan vivos como para convertir a Barcelona en el parque de atracciones de alemanes gorditos y rusos extremadamente quemados por el sol de la Barceloneta. Estamos despiertos. Tanto como para habernos dado cuenta de que se necesitaba el cambio que por fin nos hemos dado. Las encuestas lo anunciaban pero mejor no ilusionarse que después se lleva el chasco y es peor. Ay, qué nervios con el escrutinio. ¡Que al final va a ganar Barcelona en comú i tot! Al final resulta que sí se podía. ¿Pero a quién íbamos a votar? ¿A Can Trias? ¿Al Partido “Socialista” de Catalunya? No fotem. El recuento de votos finaliza y Ada se alza como la salvadora de esta gran y grande ciudad. Ay, CiU, parecía que estarías en el poder cuatro años más. Lo sentimos, pero te la hemos Colau.