Kentucky, Calipari y el arte del ‘one-and-done’
En Compostimes hemos hablado mucho últimamente de deporte universitario. Mientras que Andrea Oca nos explicaba las bondades del sistema francés, un servidor profundizaba en los claroscuros de las becas como forma encubierta de explotación en Estados Unidos. Pero no todo es negativo al otro lado del Atlántico: cada año salen de la universidad jugadores de un potencial extraordinario, capaces de sacudir los cimientos de las ligas profesionales. El ciclo universitario es de cuatro años, pero cada vez son más los jugadores que deciden dar el salto a la NBA tras el primero de ellos. Al final se convierte más en una cuestión de especulación que de aprendizaje: muchos deciden esperar más de una temporada para alcanzar una posición mejor cuando la remesa de futuros rookies es particularmente prometedora. Si hablamos de la formación que reciben, es de esperar que evolucionen más en su primera temporada como profesionales que en un ciclo universitario completo.
El one-and-done, este paso visto y no visto por la universidad, siempre había sido más una decisión individual. Sin embargo, hay un equipo que ha dado una dimensión más a esta práctica: los Wildcats de la University of Kentucky, dirigidos por John Calipari. El prestigioso entrenador y su equipo técnico hacen un trabajo de scouting encomiable, buscando por todo el país a los jugadores más NBA-ready, esto es, preparados para dar pronto el salto al profesionalismo. Calipari ofrece una garantía: aquellos que haya elegido para pasar un año junto a él y presentarse al Draft saldrán elegidos en Primera Ronda. De este modo, la universidad consigue hacerse con muchos de los jugadores de mayor talento de cada generación. ¿Quién podría negarse a tener tal seguridad de cara al futuro?
John Calipari y su equipo técnico hacen un trabajo de scouting encomiable

Dos de los mejores productos de Kentucky en los últimos años: DeMarcus Cousins y Anthony Davis | Fuente: Crystal LoGiudice, USA TODAY Sports
Para tenerlo más claro, veamos las cifras: Calipari desembarcó en Kentucky en la temporada 2009-2010. Desde entonces (a partir del Draft de 2010), 42 jugadores han hecho un one-and-done. Doce de ellos procedían de Kentucky… y los doce salieron elegidos en Primera Ronda. La mayoría de ellos son ahora titulares indiscutibles en sus respectivas franquicias. Otros, como Anthony Davis, incluso apuntan a convertirse en MVPs en un futuro. Los fracasos son anecdóticos: Daniel Orton y Marquis Teague, que actualmente juegan en la D-League. Todo apunta a que este año serán tres jugadores más los que engrosarán esta lista de éxitos: Karl-Anthony Towns (que compite por el primer puesto del Draft con Jahlil Okafor), Trey Lyles y Devin Booker. En resumen, y dando por hecho la elección de estos tres últimos jugadores, Calipari ha conseguido colocar a quince rookies en Primera Ronda del Draft en cinco años.
Siguiendo con los fríos números, el PER (siglas en inglés de valoración de la eficiencia del jugador) ratifica el éxito del modelo de Calipari. Este dato, que intenta aúnar todas las estadísticas en una sola, es superior en los doce one-and-dones de Calipari: 12.8 en su año de rookies, frente al 9.4 de los demás. Si vamos más allá del primer año, las cifras siguen mostrando lo mismo, 14.8 de Kentucky y 11.7 de todos los demás.

Eric Bledsoe, John Wall y DeMarcus Cousins: de la NCAA a la NBA por la puerta grande | Fuente: Ed Reinke, Associated Press
El análisis nombre por nombre es incluso más arrollador: a pesar de su juventud, John Wall y Anthony Davis han sido los principales responsables de que sus equipos hayan alcanzado los playoffs. Por su parte, DeMarcus Cousins es uno de los pívots más completos de la NBA (si no el que más) y tan solo su temperamento, una plantilla floja y la dureza de la Conferecia Oeste lo mantienen alejado de la postemporada. Mientras, Eric Bledsoe, Brandon Knight, Nerlens Noel y Michael Kidd-Gilchrist se han convertido en titulares en sus respectivos equipos. Pronto se les unirá Julius Randle, número 7 del pasado Draft. A pesar de que una lesión acabó con su temporada tras tan solo catorce minutos como profesional, todo hace indicar que será uno de los pilares de los Lakers la próxima temporada. Habrá que esperar para valorar a Archie Goodwin y James Young (20 y 19 años respectivamente), que han jugado menos de 35 partidos esta temporada. Tienen potencial y aún es posible que lleguen a desarrollarlo. Eso sí, podemos afirmar sin paliativos que Daniel Orton y Marquis Teague han sido dos fracasos estrepitosos.
Como no podría ser de otra manera, no hay consenso sobre si esta moda del one-and-done es positiva. Hasta 2005 los jugadores tenían derecho a presentarse al Draft directamente desde el instituto. La normativa cambió a pesar de no haber un acuerdo, subiendo el listón de edad necesario para convertirse en profesional. Algunos hablan de implantar el modelo de la MLB (Major League Baseball), donde los jugadores pueden elegir si pasar del instituto a las Grandes Ligas o pasar por la universidad. Eso sí, los que elijan la segunda opción tendrán que pasar allí al menos tres años. El propio Calipari afirma en su libro Players First: Coaching from Inside Out (“Los jugadores primero: el mundo del entrenador desde dentro”) es contrario a la política del one-and-done impuesta por la NBA. Según él, lo óptimo sería que se obligase a los jugadore a permanecer dos años. Está claro que su disconformidad no le impide seguir explotando al máximo los beneficios del one-and-done… ni nos impide a nosotros disfrutar de los jugadores que cada año salen de su fábrica de talento.