El Valverde que todos queremos

Todo comenzaba un domingo cualquiera. Aunque seguro que no era un domingo cualquiera para el aficionado ciclista, que esperaba con ansias la primera clásica de las Árdenas: la Amstel Gold Race. Allí, el campeón del mundo Michal Kwiatkowski fue el mejor. Atacó, lo alcanzaron, pero acabó recuperando fuerzas y ganando tras un sprint estratosférico en el que tuvo que remontar muchas posiciones. El último al que superó fue Alejandro Valverde. Otra vez, decían las malas lenguas. Otra vez ese Cauberg en el que nunca gana y en nunca sabe medir sus fuerzas. Otra vez un gran ciclista al que le falta cabeza y táctica. Otra vez esas malas decisiones que le han robado tantas clásicas y tantos mundiales. Las mismas críticas de siempre y el mismo razonamiento estúpido. Siete días después, las bocas están cerradas y las voces discrepantes escondidas debajo del pódium. Alejandro Valverde ha vuelto a demostrar que a los 35 años sigue siendo un ciclista de otro mundo y uno de los mejores corredores del momento.

Alejandro Valverde levanta los brazos tras ganar en Lieja - ©La Vanguardia

Alejandro Valverde levanta los brazos tras ganar en Lieja – ©La Vanguardia

O quizás el mejor, porque es de los pocos que puede ganar en cualquier mes del año. Capaz de estar con los mejores en las grandes Vueltas (o incluso de ganar una Vuelta a España en el año 2009) y de triunfar en cualquier clásica que se precie y tenga cotas en su recorrido. Quizás, si Alejandro Valverde fuese belga, holandés o francés sería un héroe en su país. Ocuparía portadas y sería respetado, incluso cuando se equivocara, porque todos tenemos derecho a hacerlo. Aquí, país de pandereta y de grandes vueltas lo más fácil es criticarlo. Por intentar abarcar todo,por intentar ganar demasiado o quizás porque nos tiene tan malacostumbrados a triunfar que el día que no lo hace, aparecen todos aquellos que le tienen muchas ganas.

Si Valverde fuese belga o francés sería un héroe. Aquí, en un país de pandereta y de grandes vueltas, parece que solo estamos esperando a que falle

Quizás haya sido un cambio de mentalidad, pero desde la aparición de Nairo Quintana como jefe de filas del Movistar para las grandes vueltas, el “Bala” ha sabido reinventarse y empezar a pensar seriamente en que su terreno debe ser el de las clásicas. Algo que muchos pedíamos, y algo a lo que seguro que el ciclista murciano le dio muchas vueltas tras su cuarto puesto en el pasado Tour de Francia. Las tres semanas ya se quedan grandes para un ciclista así y quizás ha perdido demasiado tiempo en ellas y olvidándose de su época del año favorita: abril y las grandes clásicas.

Valverde ganando en el Muro de Huy, sumando su segunda Flecha Valona - ©MARCA

Valverde ganando en el Muro de Huy, sumando su tercera Flecha Valona – ©MARCA

Muchos factores han influido en ello, pero Valverde gana este año como lo hacía en juveniles. Abusando, dominando y viendo a los lados con una superioridad inaudita. Así gano en el muro de Huy el miércoles, vigilando a todos los rivales hasta su arrancada final. Un ataque digno de su tercera Flecha-Valona. Y el domingo solo el Katusha pudo hacerle frente en la decana de las clásicas, la Lieja-Bastoña-Lieja. Dani Moreno atacó y como capo de la carrera tuvo que buscar llegar a su rueda cuando antes. A seiscientos metros el “Bala” arrancó con Purito a rueda. Valverde guardó fuerzas y pudo rematar a los dos Katusha al sprint. Un sprint donde se coló Allaphilippe, segundo también en Flecha y futuro de las clásicas. Pero el francés tendrá que esperar, porque todavía queda Valverde para rato.

Valverde gana como lo hacía en juveniles. Dominando y abusando. Quizás, sabe que ha llegado la hora de centrarse en su terreno favorito: las clásicas

Tres Liejas, tres Flechas, seis pódiums en los campeonatos del mundo, dos clásicas de San Sebastián, cuatro etapas en el Tour, ocho etapa en la Vuelta…un palmarés interminable que se corona con una Vuelta a España en el año 2009. Una carrera que muchos valoran por encima del resto, pero en realidad el resto es mucho más increíble para un ciclista español. Porque pasarán años hasta que España encuentre otro corredor como Valverde. Por lo tanto, ya va siendo hora de comenzar a disfrutar de él y dejar de lado las críticas. Porque Alejandro, cuando te vayas, cuánto te vamos a echar de menos.