El adiós de David Cal

El pasado 25 de marzo estallaba la noticia, fulgurante e inesperada: David Cal, máximo medallista español en los Juegos Olímpicos, dejaba el piragüismo. Un par de días después, y tras la polémica creada por la filtración de la noticia, el propio palista gallego confirmaba su retirada anticipada. Un punto y final precipitado, envuelto en un ambiente enrarecido y un tanto caótico que no hace justicia al cinco veces medallista olímpico.

La noticia fue inesperada porque el piragüismo es un deporte minoritario, y como tal, sólo despierta interés entre la población española cada cuatro años, en la cita olímpica. Sin embargo, para aquellos que siguen dicho deporte con cierta frecuencia, la retirada del gallego se veía venir.

Para entender la situación, debemos conocer las condiciones en las que entrenaba David Cal. Desde el año 2007, el cangués se adiestraba en soledad, en una ciudad como Pontevedra, donde entrenar en invierno es especialmente duro debido a la adversa climatología. Pasarse horas dando paladas en la ría para obtener a cambio unos pocos minutos de gloria cada cuatro años (eso sí, únicamente en caso de que finalice entre los tres primeros clasificados en los JJOO). Porque no nos engañemos, aunque cuando David consigue una medalla olímpica todos nos mostramos orgullosos de tener a un gallego entre los mejores del mundo, luego la mayoría nos olvidamos de él y no mostramos interés alguno en el resto de competiciones en las que participa. Muy pocos son conocedores de sus cinco medallas en campeonatos del mundo, u otras tantas en europeos. Esto es, lamentablemente, lo que sucede cuando uno se dedica a deportes minoritarios.

David Cal, durante los JJOO de Pekín 2008 | El Confidencial

David Cal, durante los JJOO de Pekín 2008 | El Confidencial

El caso es que debido a estas condiciones de entrenamiento, es lógico y coherente que haya momentos en los que uno piense en la retirada. Más aún cuando las instituciones ayudan entre poco y muy poco. Las federaciones española y gallega no podían garantizarle una aportación económica suficiente para poder realizar una preparación olímpica en condiciones, y esto es algo que últimamente estamos viendo en muchos deportes. La actualmente mejor futbolista española (la compostelana Vero Boquete) juega en Alemania, los mejores jugadores de balonmano nacionales pertenecen a equipos del norte del continente, etc. El problema radica en que, muchas veces, los que están al mando del desarrollo de estas competiciones no tienen ningún interés en el deporte y sí en lucrarse a costa de éste.

“Antes de ir para Londres habíamos dicho que si no conseguía una medalla en esta Olimpiada no continuábamos. Si con 29 años no consigo una medalla pues con cuatro años más, menos voy a conseguir. Y después de haberla conseguido quedaba la duda de si seguíamos o no. Ya hemos tomado la decisión, vamos a continuar hasta Río de Janeiro.” David Cal, enero de 2013

Sin embargo, la idea de la retirada es una opción que estaba ahí mucho antes. Hace ya más de dos años, en enero de 2013, un compañero del Compostimes tuvo el honor de poder entrevistar a David Cal. En esta entrevista, el cangués afirmaba que “antes de ir para Londres habíamos dicho que si no conseguía una medalla en esta Olimpiada no continuábamos. Si con 29 años no consigo una medalla pues con cuatro años más, menos voy a conseguir.” En los propios JJOO de Londres, el entrenador del palista desde sus inicios, Suso Morlán, recibe una gran oferta de la Federación Brasileña. El país sudamericano, con vistas a las próximas Olimpiadas que ellos mismos albergarán, busca a los mejores preparadores en todas las disciplinas para así poder aspirar al mayor número de medallas posibles en Río 2016, por lo que contactan con él. Suso convence a David para que se una a la aventura, y ambos hacen las maletas rumbo a Brasil.

Aquello supone un plus de motivación para un David Cal que todavía tenía tres años y medio por delante hasta los JJOO de Río de Janeiro. Un ambiente propicio para adecuarse al país carioca, un clima idóneo para remar y la motivación de contar con la compañía de otros piragüistas en los entrenamientos. Parecía que era el punto de inflexión que necesitaba un David que ya se había mostrado un tanto desencantado con el deporte en el que había conseguido hasta 15 medallas entre olimpiadas, mundiales y europeos.

 

David, junto a su rival y compañero de entrenamientos, Isaquías Queiroz | Twitter

David, junto a su rival y compañero de entrenamientos, Isaquías Queiroz | Twitter

Sin embargo, Cal ya no era aquél joven que con 21 años se convirtió en campeón olímpico, y el gallego era consciente de que pronto llegaría la etapa de declive de su carrera deportiva. Su único objetivo era alargarla un ciclo olímpico más para despedirse en Río luchando por su sexta medalla. En Brasil se encontró con Isaquías Queiroz, un palista muy joven, descarado y ambicioso, la mayor promesa del piragüismo del país amazónico. David llegó al Nuevo Continente en mala forma física (él mismo reconoció en la entrevista a este medio que estaba pasado de peso), pero con mucho tiempo por delante y con la ilusión de comenzar en un sitio nuevo.

A pesar de que el ambiente era mucho más adecuado para llevar una preparación óptima, David no asistió al mundial del 2013, disputado en Alemania, en el que Isaquías conseguiría un oro y un bronce. Al año siguiente, esta vez en Moscú, el brasileño volvía a hacerse con un oro mientras que David Cal realizaba una discreta séptima posición.

Era más que evidente que el estado de forma del gallego distaba mucho del que le había llevado a conseguir cinco medallas olímpicas. La ilusión y la motivación propiciadas por su llegada a Brasil fueron decayendo progresivamente al ver que los resultados no eran los deseados. A finales de año, su propio entrenador y amigo, Suso Morlán, en un email a la Federación Española, afirmaba que David no se encontraba en condiciones mentales ni físicas de preparar los JJOO, y en una entrevista en un medio brasileño, comenta que el piragüista cangués debía perder 20 kg para afrontar la cita olímpica al máximo nivel.

Y así llegamos hasta el pasado día 25, cuando se filtra la noticia de la retirada de David Cal, luego se desmiente y posteriormente es confirmaba por el palista. La razón principal, la falta de motivación por lograr el sexto metal. Las ganas que le había infundido el proyecto brasileño no fueron suficientes como para durar cuatro años, y David comprendió que era el momento de volver. A su vuelta a Galicia, se planteó la posibilidad de seguir trabajando allí por llegar a Río 2016, ya sin su entrenador, pero finalmente desechó la opción y optó por colgar la piragua.

Cal anuncia su retirada el pasado 27 de marzo | Federación Española de Piragüismo

Cal anuncia su retirada el pasado 27 de marzo | Federación Española de Piragüismo

Quizás habría sido mejor haberse retirado después de los JJOO de Londres, pensarán algunos, dejar el piragüismo en lo más alto y no ahora, ya en declive y envuelto en polémica. Yo pienso que quizás todo habría sido diferente si el deportista español más laureado de la historia de los JJOO no hubiese tenido que emigrar al otro lado del Océano Atlántico, lejos de su familia y entorno, para poder realizar una preparación adecuada para afrontar una nueva competición olímpica.

Luego la gente dirá que España consigue pocas medallas en los JJOO. ¿Cómo vamos a tener a los mejores deportistas si pretendemos que entrenen en condiciones precarias, si les obligamos a buscarse la vida por su cuenta y si no hacemos nada para facilitarles la preparación a los que aspiran a llegar al podio? Nos dicen que el cambio debe estar en los deportistas. Yo creo que el cambio debe de estar en los mandatarios, en los dirigentes, en los toman las decisiones sobre el deporte, curiosamente, sin tener ni idea de deporte.