Vísteme como uno de tus militares alemanes
El mundo empresarial, como muchos otros, sigue uno de los paradigmas principales de la teoría evolutiva de Darwin: adaptarse o morir. Sea cual sea la naturaleza de las condiciones a las que se enfrente el animal, o la empresa en este caso, tendrá que apañárselas para sobrevivir. En unos casos estas circunstancias pueden ser adversas, pero en otras pueden formar la conjunción perfecta que lleven a la firma al éxito absoluto.
Hugo Boss fue el diseñador oficial de los uniformes del ejército nazi
Podemos decir que algo similar a la última de las opciones le ocurrió a Hugo Ferdinand Boss, fundador de la casa de moda Hugo Boss AG, conocida actualmente por sus perfumes para hombre y mujer. Hugo Boss fundó su propia compañía textil en Metzingen entre 1923 y 1924 y vivió el ascenso del Partido Nazi en sus carnes. Era una época de gran depresión económica debido a las consecuencias de la guerra y Boss fue uno de los alemanes en los que el discurso nacionalsocialista caló hondo. De esta manera, amparado en su firme convicción por el ideario nazi, consiguió ver negocio donde nadie más lo vio. Hugo Boss se convirtió en el diseñador oficial de los uniformes del ejército nazi. Pasó de confeccionar ropa de trabajo para la industria alemana, ropa deportiva, impermeables y atuendos de policía a diseñar los uniformes de las Waffen SS (un cuerpo de élite creado por Hitler para su protección, entre otras funciones), las SA (una organización paramilitar del partido nacionalsocialista), y las Juventudes Hitlerianas, según explica el historiador y periodista Jesús Hernández en su libro “100 Historias secretas de la Segunda Guerra Mundial”.

Fuente: sienteamerica.com
En 1931 las ventas comenzaron a incrementarse y los anuncios que ponía en los diarios locales no pasaban desapercibidos. Los pedidos aumentaron tanto que el sastre decidió dedicarse exclusivamente a la confección de uniformes. La demanda que había era altísima y él sería el encargado de cubrirla. El vestuario del Tercer Reich era de una variedad notoria, y existían distintas vestimentas según la función: el uniforme de guardia, de presentación, de paseo, el deportivo, el de sociedad y un largo etcétera.
Como cabe esperar, la mano de obra –muchas veces forzada- empleada por el diseñador estaba formada por prisioneros judíos que vivían retenidos en campos de concentración cercanos a sus lugares de trabajo. Las trabajadoras eran en gran parte mujeres que vivían en condiciones muy precarias. La alimentación y la higiene eran muy escasas, y las jornadas de trabajo resultaban agotadoras. En 1944, un año antes de terminar la guerra, la calidad de vida de los trabajadores había mejorado por petición expresa de Boss. Cuando Alemania se rindió, el modista pasó de ser un empresario reconocido a ser acusado por el nuevo gobierno de colaborar con el nazismo. Jesús Hernández revela que por todos estos hechos, Hugo Boss perdió el derecho al voto y recibió una multa de 80.000 marcos.

Fuente: abc.es
El modista pasó a ser acusado de colaborar con el nazismo
A los pocos años Boss murió, y sus herederos se hicieron cargo de todo. En los años 60 cambiaron su producción hacia la fabricación de trajes, lo que que llevó a la marca Hugo Boss a obtener la categoría de firma de nivel mundial. A pesar de las represalias que el diseñador sufrió durante el proceso de desnazificación, el gobierno le permitió continuar con su actividad productiva.
El pasado del fundador de Hugo Boss AG no es desconocido para la firma. Es más, en un intento de esclarecer todo lo tocante al pasado del diseñador alemán, la propia casa de moda promovió una investigación al respecto. Fue llevada a cabo por Roman Koester, profesor de historia militar en la Universidad de Mónaco, y plasmada en el libro “Hugo Boss, 1924-1945”.