Resurrección y caída del Pressing Catch
Las modas son uno de los aspectos más curiosos de la humanidad. De un día para otro algo que no conocíamos, algo a lo que no le prestábamos la menor atención, o incluso algo que hace tiempo habíamos olvidado pasa a ser una parte más de nuestras vidas.
El conocido en España como Pressing Catch es un gran ejemplo. Sin ir más lejos este espectáculo ha vivido una montaña rusa en este país, ya que ha pasado de ser un autentico éxito a quedar en el anonimato en distintos periodos. Quizá a alguno esto de la WWE le suene a chino, pero hace no tanto, ni tan siquiera diez años este divertimento tuvo un nuevo auge, con bastantes paralelismos al éxito que hace un par de décadas cosecharon Hulk Hogan, El último Guerrero o MR. Perfect, nuevos rostros como John Cena, Edge o El Rey Misterio pasaron a formar parte de los personajes que los niños imitaban en los recreos.
Esta reaparición llegó de la forma más inesperada. Corría el año 2006, la recién creada cadena cuatro necesitaba rellenar huecos en su parrilla y consiguió un filón cuando comenzó a programar la emisión del Pressing Catch a horas intempestivas, algo así como a las 3 de la madrugada, pero algo inexplicable sucedió. La audiencia poco a poco dejo de ser residual, y de forma inesperada un buen número de fans comenzó a seguir el programa. ¿El resultado? En poco tiempo su popularidad subió como la espuma y colocó al programa en un lugar mejor de la parrilla, pasando a ocupar un hueco en los sábados y domingos por la mañana. Y se desató la locura. De un día para otro personas de todas las edades, pero sobretodo jóvenes y adolescentes pasaron a ser grandes aficionados. Cada uno tenía su combatiente favorito y sus movimientos preferidos. Una suerte de fiebre que llegó tan rápido como poco después se fue.
Gran parte del mérito de esta sorpresa lao tuvieron Héctor del Mar y Fernando Costilla. La pareja de narradores que ponían voz a los comentarios en español. Con una mezcla casi perfecta de humor y seriedad, su estilo inconfundible ayudó a captar nuevos seguidores, su fama llegó a ser importante, tanto que lograron incluir algunas frases que todavía siguen vivas en el imaginario colectivo. Entre ellas: el “Makelele, que si te golpea te da el telele” o “Aqui estoy porque he venido….” entre otras.
Dentro de este fenómeno destacó la gran relevancia que alcanzaron todas las cuestiones relacionadas con el marketing. Ya fueran los anuncios de televisión, las camisetas, juguetes etc.. en un abrir y cerrar de ojos era complicado no ver por la calle la imagen de alguno de los luchadores del espectáculo de entretenimiento de lucha libre americana. Tal fue el éxito que incluso llegó a realizarse una gira de la WWE por diversas ciudades españolas en el año 2007 y las entradas estuvieron muy solicitadas.
Y como no podía ser de otra forma el videojuego también formó parte de toda esta historia. No solo por la popularidad que logró, sino por la facilidad con la que encontró, y rápidamente perdió, un hueco en la estantería de tantos y tantos hogares. Sobretodo porque este título saca una nueva versión cada año, de la misma forma que hacen otros como FIFA o Pro. A pesar de esto, el Smackdawn vs Raw(título real del juego) solo logró verdadero éxito durante el boom de su homologo televisivo. En este periodo de gloria los títulos que mejor resultado lograron fueron seguramente los de los años 2007 y 2008. Y la verdad es que para los entusiastas de este tipo de entretenimiento el producto no defraudó.
Basado en una mecánica simple. El objetivo es derrotar a tu rival, o rivales, logrando eliminarlo con una cuenta de tres segundo u obligandole a rendirse tras aplicarle un candado, puede parecer muy sencillo, lo que sucede es que antes de terminar con las hostilidades antes es necesario aplicarle el castigo físico suficiente para que al personaje virtual no le quedaran ganas de seguir combatiendo. Para lograr este fin cada luchador contaba con un repertorio de golpes, patadas puñetazos, agarres, contraataques etc… a imagen y semejanza de los utilizan cada vez que se suben al cuadriláteros los hombres y mujeres que tiene en nómina la WWE. Y lo cierto es que esto da unas posibilidades amplias, un repertorio de movimientos extenso y que permite imitar los más espectaculares de cada combatiente. También incluye arsenal propio para este tipo de eventos: sillas, palos con pinchos, martillos, escaleras o mesas. Todos los clásicos de uno de los entretenimientos más famosos en la patria del tío Sam.
Aunque una de sus mayores trabas era el tiempo de carga. Ya fuera entre los distintos menús, pero sobretodo antes de comenzar los combates, la espera se hace casi eterna con el único consuelo de las imágenes de los distintos luchadores para amenizar. Pero para compensar tenía un modo multijugador, sin grandes alardes, pero capaz de permitir horas y horas de diversión junto a tus amigos. Con eso y el modo de creación de personajes más de uno soñó con convertirse en una estrella de la lucha libre por unas horas.
Y de misma forma que llegó se fue. Sin casi tiempo para pestañear pasó del éxito al olvido, pero es muy probable que no tarde en volver a estallar un fiebre que parece haber encontrado el gusto a saltar de generación en generación.
Imagen de portada sacada de wrestlingopinion.com