Dos meses de Hassan Whiteside

Cada cierto tiempo, la NBA nos deja alguna historia sorprendente: equipos que se hunden, equipos que exceden por mucho las expectativas, jugadores que decepcionan… y otros que revolucionan la liga. Los Knicks o los Lakers podrían ser un ejemplo claro de lo primero. Si hablamos de un equipo revelación, pensamos irremediablemente en Atlanta Hawks: fueron capaces de ganar todo sus partidos (17) durante el mes de enero, un récord absoluto en la historia de la NBA. Sin embargo, el equipo ya había estado dando señales de que podían llegar a lo más alto. La verdadera sorpresa del mes de enero tiene nombre y apellido: Hassan Whiteside.

A pesar de que ésta es su tercera temporada en la NBA, hasta ahora su papel había sido totalmente residual. Aterrizó en la mejor liga de baloncesto del mundo en 2010, pero no de la forma que él habría esperado, ya que cayó hasta la Segunda Ronda del Draft. Las expectativas que había despertado durante su único año en Marshall, una pequeña universidad de West Virginia, eran altas: sus 5.4 tapones por partido eran, evidentemente, la cifra más alta de la NCAA. El problema fue que toda la expectación se le había subido a la cabeza. En las entrevistas con los equipos dispuestos a draftearlo, la mayor parte no consideraron que estuviese mentalmente preparado para la NBA… y tenían razón.

Los Sacramento Kings utilizaron con él la elección número 33. Visto el rendimiento que ofreció en los dos años que pasó en la franquicia, esta selección fue un desperdicio. En su primera temporada en California jugó la friolera de dos minutos con el primer equipo. El resto del tiempo lo pasó en D-League, con los Reno Bighorns, hasta que una lesión en la rodilla izquierda le obligó a pasar por el quirófano. No volvió a las canchas hasta enero de 2011, pero su suerte no cambió demasiado. Disputó 18 partidos esa temporada, aunque con números muy discretos. Terminaría siendo cortado al final de la temporada. Ahí daría comienzo su travesía por el desierto, una travesía que transformó a aquel Hassan Whiteside en el jugador que conocemos a día de hoy.

Whiteside lucha de igual a igual con los mejores pívots de la NBA | Fuente: Scott Halleran, Getty Images.

Whiteside lucha de igual a igual con los mejores pívots de la NBA | Fuente: Scott Halleran, Getty Images.

Hasta el pasado 2014, Whiteside militó en tres equipos de D-League, dos en Líbano y dos en China, uno de ellos en segunda divisón. Más allá de los kilómetros recorridos, nada parecía haber cambiado en el pívot. Sin embargo, los Memphis Grizzlies decidieron darle un voto de confianza, no en vano estamos hablando de una bestia de 2.13m de altura y 2.31m de envergadura. No hubo suerte: Whiteside tampoco consiguió encontrar su hueco en medio del pobladísimo juego interior de la franquicia de Tennessee.  Pero todo cambió un 24 de noviembre: Miami decidió contar con él después de que los Grizzlies lo cortasen. Disfrutó de pocos minutos mientras duró el proceso de adaptación, pero había algo diferente en él.

“Parece que el equipo técnico cree en mí”. Ése es el cambio que Whiteside se encontró desde su llegada a South Beach. Hasta entonces, tan solo él creía en sí mismo, pero algo cambió de la mano de Erik Spoelstra. Al fin y al cabo, un pívot dominante era justo lo que le faltaba a Miami Heat. Y un pívot dominante apareció en 2015. El 4 de enero, frente a Brooklyn Nets, Whiteside dejó claro que había un gran potencial en él: 11 puntos, 10  rebotes y nada más y nada menos que 5 tapones. Por si había dudas, siete días más tarde acabó por estallar en una victoria contra los Clippers: 23 puntos y 16 rebotes. No eran sólo las cifras, sino la forma de conseguirlas. Parecía un hombre jugando contra niños… y eso que estaba compitiendo contra DeAndre Jordan. Pasaban los días y Whiteside dejaba algo claro: si jugaba más de 20 minutos, el doble-doble estaba asegurado.

Una lesión hizo que se perdiese dos partidos a mediados de enero. ¿Sería ése el fin del momento dulce de Whiteside? Pues todo lo contrario. Regresó un domingo frente a Chicago Bulls, probablemente el equipo con la rotación interior más poderosa de la NBA… y dominó. Completó su actuación más llamativa de su carrera: 14 puntos, 13 rebotes y 12 tapones que fueron vitales para sellar la victoria de los suyos. Lo sorprendente es que no parecía tan solo un defensor de primer nivel, sino que en ataque tampoco había nadie capaz de detenerlo. Spoelstra empezó a dibujar jugadas para él, algo que ni el propio Whiteside se hubiera imaginado un par de meses atrás.

Es el center que Miami había estado buscando durante tantos años

Terminó el mes de enero con 24 rebotes ante Dallas, pero en febrero se confirmó esa dualidad: pasó a ser el eje de la defensa del equipo y a disfrutar de más de 10 tiros por encuentro. Whiteside cumplió: en lo que va de mes, el pívot ha promediado 15.8 puntos, 12.4 rebotes y 2.4 tapones con un acierto en tiros de campo del 62.3%. Es el center que Miami había estado buscando durante tantos años. Parece que no hay techo para un jugador que, tras completar una actuación magistral, afirmó que lo único que pretendía era aumentar su valoración en el NBA 2K. Si ése es su objetivo, va por buen camino.

El problema está en si ese camino podrá estar mucho más tiempo ligado a Miami Heat. Suponiendo que todo esto no haya sido un espejismo, estamos ante un pívot con un altísimo valor en el mercado. Ahora mismo su salario es el mínimo, por lo que es una ganga para la franquicia de Florida. Sin embargo, en 2016 se convertirá en agente libre y Miami no podrá hacer nada para evitarlo: la NBA impide prorrogar contratos con una duración inferior a cuatro años. De este modo, los Heat tendrán que competir en un mercado inflado por la llegada del nuevo contrato televisivo. Puede que la alegría no les dure demasiado. Mientras tanto, tanto los aficionados del baloncesto en general como los de Miami en particular tenemos la oportunidad de seguir la evolución de un pívot que ha roto todos los esquemas desde que empezó este año.

Foto de portada: Kelley L Cox | USA TODAY Sports.