Tiempos duros al norte del Mersey

Han sido unas Navidades difíciles en Merseyside. Y es que en este condado de Inglaterra conviven las aficiones de Liverpool y Everton, los dos equipos más importantes de la región, y por lo visto hasta la fecha, ninguna de ellas tiene motivos de celebración, futbolísticamente hablando.

Curiosamente, tanto los Reds como los Toffees vienen de realizar una de sus mejores temporadas de los últimos años, a pesar de que ambos se quedaron finalmente con un sabor agridulce. El Liverpool, segundo en la última Premier, perdió el título debido a dos tropiezos consecutivos en la recta final de la campaña (vs. Chelsea y Crystal Palace), mientras que el Everton luchó en vano por clasificarse para la Champions League, acabando finalmente en la quinta posición.

En la presente 2014/15, una vez superado el ecuador de la competición, cualquier parecido de ambos conjuntos con el año pasado es pura coincidencia. El Liverpool se encuentra en la octava posición, a siete puntos de los puestos de Champions League, y el Everton es decimotercero a una distancia de la cuarta plaza (quince puntos) que parece insalvable. Por tanto, ambos conjuntos, vecinos y rivales, están pasando por una dinámica similar. Sin embargo, ambos casos son notablemente diferentes. Analicemos cada uno de ellos pormenorizadamente.

Goodison Park (primer plano) y Anfield (al fondo), estadios de Everton y Liverpool.

Goodison Park (primer plano) y Anfield (al fondo), estadios de Everton y Liverpool | World Soccer Talk

El Liverpool llegaba a la presenta campaña con cierta desilusión tras perder la liga cuando más cerca la tenía, pero al mismo tiempo con ganas, ya que la 2014/15 significaba su regreso a la máxima competición continental. El hecho de disputar un campeonato más, con la exigencia propia de jugar en Europa, implicó la necesidad de formar una plantilla más amplia, pues el año pasado hubo momentos puntuales de la temporada en los que el físico le falló a los de Brendan Rodgers.

Así, la marcha de la gran estrella y goleador de los Reds, Luis Suárez, dejó en las arcas del club una buena cantidad de dinero que los dirigentes del conjunto de Merseyside decidieron invertir en varios jugadores de segunda fila. Una opción coherente en su momento, pero que desde la perspectiva actual no parece haber sido la mejor de las ideas. Para completar el equipo llegaron Dejan Lovren, Alberto Moreno, Javi Manquillo, Emre Can, Adam Lallana, Lazar Marković, Rickie Lambert y Mario Balotelli. Fichajes, la mayoría, de jugadores jóvenes, todavía en fase de crecimiento, y no de futbolistas ya consolidados en la élite. Pero las cosas no han salido como se pensaban, y el Liverpool se encuentra octavo, hundido en mitad de la tabla, eso sí, todavía con margen de maniobra. Los motivos son varios. El principal es que el Liverpool es un equipo que no se sabe muy bien a qué juega: sale con la idea de proponer, pero le cuesta hacer frente a defensas bien organizadas, y con frecuencia pierde el control de los partidos.

El Liverpool lleva años siendo un conjunto defensivamente endeble, a pesar de que han pasado diversos jugadores por la zaga Red. Incluso el año pasado, cuando estuvieron cerca de ganar la Premier, recibió una cantidad de goles (50) impropia de un equipo que pretende aspirar a alzarse con el título de liga. Sin embargo, lo compensó con unas cifras anotadoras muy altas: 101 tantos marcados.

La explicación de que la temporada actual del Liverpool esté siendo muy discreta es sencilla: siguen defendiendo mal y ya no marcan tanto como antes. La marcha de Luis Suárez rumbo a Barcelona y la lesión de Sturridge (entre ambos marcaron la pasada campaña 52 tantos en Premier) ha mermado notablemente la capacidad goleadora de los Reds.

Liverpool en la T13/14 (38j): 101 GF, 50 GC = 84 ptos.

Liverpool en la T14/15 (20j): 28 GF, 27 GC = 29 ptos.

Y si a eso le añadimos que los fichajes hasta ahora han aportado más bien poco… pues ahí tenemos la explicación de lo que es el Liverpool este año: un equipo defensivamente débil, con dificultades para crear juego y sin acierto de cara al gol. El fichaje estrella de los de Merseyside este verano, Mario Balotelli, ha supuesto la enésima decepción del punta italiano y la confirmación de que el bueno de Mario es un jugador sobrevalorado. Su tendencia a aislarse de los partidos (no aporta nada en la presión, se ha mostrado errático de cara a portería y no ha habido rastro de esos pequeños detalles de genialidad que sí dejaba en Milán) ha derivado en que haya perdido la titularidad, a pesar de que la competencia en la delantera no sea excesiva.

En el extremo opuesto nos encontramos con Raheem Sterling, sin lugar a dudas el mejor jugador Red esta temporada, la de su confirmación como uno de los extremos con mayor potencial de Europa. Veloz, eléctrico y habilidoso en el regate, este joven de 20 años se ha erigido como la estrella del equipo en la 2014/15.

Mención aparte se merece, negativamente hablando, la zaga del Liverpool. No son pocos los puntos que han perdido esta temporada los Reds por fallos individuales o errores de bulto de sus defensas. Dejan Lovren está a años luz del nivel exhibido en el Southampton la pasada campaña, y actualmente Brendan Rodgers ha tenido que recurrir a jugar con tres defensas, haciendo gala de su habitual tendencia a cambiar de esquema varias decenas de veces en una misma temporada. Por si el nivel de la defensa del Liverpool este año (actualmente conformada por Skrtel, Sakho y Kolo Touré) no fuese ya suficientemente lamentable, el guardameta Simon Mignolet también ha sido duramente criticado durante los últimos meses, debido a la intranquilidad que transmite a sus compañeros y a su deficiente juego aéreo.

Diferencias entre el sistema de juego del Liverpool en septiembre y el actual

Diferencias entre el sistema de juego del Liverpool en septiembre y el actual

En cuanto al centro del campo, la bajada de rendimiento ha sido evidente. El físico del capitán Steven Gerrard no le permite realizar la tarea de centrocampista llegador que desempeñó durante sus mejores años en Liverpool, por lo que ahora debe ocupar un rol más posicional. Jordan Henderson está rindiendo a peor nivel que la pasada campaña, y los jugadores de tres cuartos como Coutinho o Lallana no entran lo suficientemente en juego como para ser todo lo resolutivos que acostumbran. Por otro lado, contrataciones que venían con la vitola de destacar en sus anteriores equipos no han conseguido mostrar el nivel previo a su llegada a Anfield, como es el caso de Lazar Marković, procedente del Benfica, cuyo rendimiento en Liverpool ha sido, hasta ahora, francamente decepcionante.

Por tanto, no son pocos los problemas del conjunto Red en esta primera mitad de la 2014/15. Con el objetivo de evitar encajar tantos goles como al inicio de la temporada, Rodgers ha cambiado su sistema habitual (un 4-3-3) a un 3-4-2-1 con tres centrales, dos carrileros y dos mediocentros posicionales (Gerrard y Lucas Leiva) que aporten más fiabilidad defensiva al Liverpool. A pesar de que repetir la hazaña del año anterior es utópico, los puestos europeos no están demasiado lejos. Luchar por la cuarta posición debe ser el objetivo de un equipo que ha experimentado una mejoría, con 7 de los últimos 9 puntos disputados en Premier. Mantener cierto rigor táctico, que los jugadores que están rindiendo por debajo de sus posibilidades vuelvan a resurgir y la inminente reaparición del jugador con más gol del equipo, Daniel Sturridge, son las claves que necesita el Liverpool para poder escalar puestos en la tabla.

Casi más preocupante es la situación de un Everton absolutamente irreconocible. El equipo que el año pasado maravilló y encandiló al aficionado neutral de la Premier League (entre el cual me incluyo) está realizando una temporada francamente discreta, muy lejos de las posiciones a las que, a priori, debería aspirar. Al contrario que en el caso de sus vecinos, los Toffees apenas han experimentado cambios en su plantilla. Roberto Martínez afrontaba su segundo año al frente del Everton con el apoyo de la afición, muy satisfecha con su trabajo y con el estilo de juego que había implementado en el club evertonian, muy diferente del de su predecesor, David Moyes.

Everton en la T13/14 (38 j.): 61 GF, 39 GC = 72 ptos.

Everton en la T14/15 (20 j.): 29 GC, 33 GC = 21 ptos.

El Everton cuenta, por tanto, con una plantilla muy similar a la del año pasado, siendo la única baja destacable la de Gerard Deulofeu una vez finalizada su cesión durante una temporada. Por otro lado, se ha fichado a Gareth Barry y a Romelu Lukaku, que anteriormente estaban cedidos en el equipo de Goodison Park, pasando a ser actualmente de su propiedad.

Así, las tres caras nuevas esta campaña son las del extremo Atsu, que apenas ha contado para Roberto Martínez, la del mediocentro bosnio Muhamed Besic, quien personalmente me encandiló en el mundial de Brasil pese a la discreta actuación global de su selección, y la del delantero camerunés Samuel Eto’o, que buscó un club de segunda fila en el cual poder seguir demostrando su entrega ahora que los años comienzan a pesar. Lo que está claro, y quizás explica en parte la mala campaña evertonian, es que la plantilla quizás se antoja un poco corta. Hay 14/15 jugadores que entran en las rotaciones, quedando el resto relegados a un tercer plano y contando con muy pocos minutos hasta ahora.

Cierto es que al Everton, con las mismas señas de identidad de la 2013/14, se le está viendo errático, impreciso, falto de esa chispa necesaria en la última parte de la cancha y muy vulnerable en defensa (es el segundo equipo más goleado). La idea futbolística de Roberto Martínez, basada en combinar y elaborar, comienza a tener ya sus detractores dentro de la afición del Everton, quienes abogan por un estilo más directo.

La aportación de Baines y Coleman, de lo poco destacable en este Everton | ESPN

La aportación de Baines y Coleman, de lo poco destacable en este Everton | ESPN

Los Toffees son un equipo al que le gusta atacar con mucha gente, y que cuenta con diversos recursos: tanto Lukaku como Naismith son delanteros con facilidad para buscarse la vida, Mirallas y Barkley son dos interiores creativos y con buen disparo desde larga distancia, y las subidas por banda de Leighton Baines y Seamus Coleman (sin lugar a dudas dos de los mejores laterales de la Premier League) abren múltiples posibilidades para crear superioridad en las zonas peligrosas del campo.

Pese a todo, las cosas no están saliendo nada bien en Goodison Park, que ya no es el fortín que fue el año pasado. La mala temporada de Barry ha bajado mucho las prestaciones de un centro del campo donde McCarthy (hombre de confianza de Martínez, que se lo trajo del Wigan) es el líder de la medular, pero se ha pasado varias semanas apartado de los terrenos de juego por una lesión. Las imprecisiones en la salida del balón han costado más de un disgusto al Everton, pues ni Jagielka ni Distin destacan excesivamente por tener un manejo del esférico primoroso. Además, jugadores que el año pasado demostraron estar en un gran estado de forma están lejos de su mejor versión, como sucede con Mirallas, Barkley o Lukaku. Especialmente preocupante es el caso de los dos últimos. Ross Barkley, lesionado durante un par de meses, parece que todavía no ha cogido el ritmo este año, y su progresión se ha estancado un poco: no hay rastro del centrocampista imponente del año pasado, con una técnica excelsa y un físico privilegiado para un joven de 20 años. El caso de Romelu Lukaku es similar: el Everton desembolsó este año 40 millones de euros en su traspaso (el fichaje más caro de la historia de la entidad) y por ahora el rendimiento del belga, tanto en cifras goleadoras como en influencia en el juego, no está justificando el precio que se pagó por él.

Resulta sorprendente ver que, en cambio, en la Europa League el Everton sí se ha mostrado eficaz y solvente, clasificándose como primero en un grupo complejo y disputado. Quizás la distancia desde la que los Toffees ven los puestos europeos hagan que focalicen su punto de mira en la competición europea, aunque no pueden despistarse si no quieren llevarse un disgusto. De momento, los rumores sobre una posible destitución del entrenador catalán se alimentan cada semana que el Everton no consigue ganar. Plantilla para acercarse a la zona alta de la tabla hay de sobra, pero revertir la situación no es una tarea sencilla.

Liverpool y Everton. Dos equipos vecinos (sus estadios están a apenas un kilómetro de distancia) que están pasando por un mal momento. Corren tiempos difíciles al norte del río Mersey.