Deporte para acabar el año

El 31 de diciembre, por lo general, es un día para no hacer nada, salvo reservar fuerzas para ingerir cuantiosas cantidades de alcohol una vez pasada la medianoche. Porque no hay mejor forma de comenzar el año que vomitando a las siete de la mañana en cualquier esquina de algún callejón.

Sin embargo, desde hace ya varias décadas, este último día del año es también la fecha elegida para disputarse las San Silvestre, unas carreras populares más o menos competitivas que sirven para dar el broche final deportivo al año. El boom que está experimentando el running en los últimos tiempos ha contribuido en buena medida a que estas carreras se popularicen cada vez más, lo que me ha llevado a interesarme por el origen de este tipo de eventos.

Y para ello tenemos que viajar a París, a 1924. Allí se disputaba, la noche de Navidad, una carrera popular en la cual los corredores portaban unas antorchas, y azarosamente allí se encontraba también un periodista brasileño llamado Cásper Líbero. Este reportero sudamericano decidió emular esta carrera al año siguiente en su país natal, más concretamente en la ciudad de São Paulo, por lo que se puso manos a la obra para realizar este evento, pero con un pequeño cambio: la carrera se disputaría el último día del año, pocos minutos antes de las doce de la noche. Y se prescindiría de las antorchas, claro. Así, los que participaron en aquella primera San Silvestre de la historia comenzaron la prueba en 1925 y llegaron a meta en 1926. Esta particularidad se perdió con el paso de los años, y ahora lo más habitual es que estas carreras populares se disputen en horario de tarde.

Imagen de la primera San Silvestre de la historia, Sao Paulo 1925

Imagen de la primera San Silvestre de la historia, Sao Paulo 1925

La decisión de denominar a estos eventos Carreras de San Silvestre se debe al calendario santoral, que determina que dicho santo es el 31 de diciembre, en honor al Papa Silvestre I, quien falleció precisamente el último día del año 335.

Así se originó la primera San Silvestre de la historia, cumpliéndose hoy mismo 89 años de su celebración. Debido a la popularidad y al éxito de la carrera, se convirtió en tradición, y en los años posteriores se difundió a lo largo y ancho del mundo. El crecimiento fue excelso, tanto en número de participantes como en cantidad de eventos de este tipo, siendo la más famosa y reconocida la San Silvestre Vallecana, que recibe este nombre debido a que la meta está situada en este barrio madrileño. Hoy saldrán a las calles de la capital española más de 41.000 personas para recorrer los diez kilómetros que componen dicha carrera.

En Galicia, son varias las ciudades y pueblos que celebran su particular San Silvestre: Santiago de Compostela, Vigo, A Coruña, Lugo, Pontevedra, Noia, Fene, Cambados, Ribadeo, Allariz, Ponteareas, Quiroga, Sarria… tantas que en la actualidad, algunas San Silvestre se celebran en los días previos al 31, para así evitar que coincidan temporalmente, permitiendo que la participación sea mayor.

Así, miles de corredores gallegos saldrán hoy a las calles a sumar sus últimos kilómetros del año. Cada uno lo hace donde quiere y como quiere: es habitual que la San Silvestre tenga cierto ambiente festivo, y no son pocas las personas que realizan la carrera disfrazados. Como digo, cada uno a su modo, el único denominador común es acabar el año corriendo, con la vista puesta en un 2015 al acecho.

Participantes disfrazados en la SS de Vigo el año pasado | Marta G. Brea

Participantes disfrazados en la SS de Vigo el año pasado | Marta G. Brea