Caída y resurrección de Javier Fernández

La final llegó a Barcelona. El calendario de citas del Grand Prix acabó hace dos semanas con el Trofeo NHK de Japón. Este fin de semana se celebró la final del Grand Prix en territorio español. No se pudo contar con la presencia de la pareja española formada por Adrià Díaz y Sara Hurtado, no clasificados. Así que la bandera española se agarró al nombre del campeón de Europa Javier Fernández, clasificado al ser segundo en el Skate Canada y primero en la Rostecelom Cup rusa.

Javier Fernández durante el programa corto de la final | Fuente: EFE

Javier Fernández durante el programa corto de la final | Fuente: EFE

Javier escribió en su recién estrenado blog que el hecho de competir en España la final del Grand Prix era un sueño, así como una gran responsabilidad que no puede dejar que los nervios amarguen el gran día. Por desgracia, en el programa corto así ocurrió. El recinto estaba lleno de apoyos para Javi, de banderas españolas que aumentaron la presión. Realizó un ejercicio movido, muy rápido pero con dos desafortunadas caídas, como si la velocidad le impidiese realizar los movimientos limpios. Bien la coreografía pero no la técnica. Acabó mejor de lo que empezó, con un triple axel y giros bien ejecutados, aunque su cara de desilusión lo decía todo. El público no dejó de animarlo en ningún momento. Acabó quinto esa ronda, penalizado con dos puntos menos.

Javier cayó pero resucitó en el programa largo. Entró con el traje de gala y música de El Barbero de Sevilla. Clavó el cuádruple toe, el triple salchow, el triple axel… Le dio velocidad a los giros, todo con una cuidadosa coreografía muy apropiada para la música. Toda una lección: primero falló y, después, supo levantarse con más fuerza y seguridad que nunca, para situarse entre los mejores patinadores del mundo. Parecía un patinador distinto, como si se tratase de una comparación entre el junior nervioso y el veterano con plena confianza en sí mismo. Casi alcanzó la excelencia. Todo fue cuidadosamente elegido y bien ejecutado: música, vestuario, interpretación, técnica. Levantó al pabellón, que pudo disfrutar de la mejor versión del madrileño. Y llegó la plata, un segundo puesto en la gran final. El oro fue para el japonés Yuzuru Hanyu, campeón del mundo y campeón olímpico: un patinaje muy fluido con el que no evitó una caída en cada programa. Yuzuru salió contento, a pesar de todo, sabiendo que había hecho unas geniales actuaciones gracias a las que sería el campeón de la final. Javier y Yuzuru comparten entrenador, Brian Orser. Su buena relación quedó demostrada en el podio, fundiéndose en un emotivo abrazo y con el japonés pidiendo el aplauso para Javi.

Levantó al pabellón que pudo disfrutar de la mejor versión del madrileño. Y llegó la plata, un segundo puesto en la gran final

 

Javier Fernández y Yuzuru Hanyu en la entrega de premios | Fuente: David Ramos / Getty Images Europe

Javier Fernández y Yuzuru Hanyu en la entrega de premios | Fuente: David Ramos / Getty Images Europe

La competición femenina se la llevó la rusa Elizaveta Tuktamysheva. Su puesta en escena fue sencilla en música y vestuario, muy visual en los giros por la vaporosidad del maillot. Estuvo correcta en los saltos desde el inicio de la prueba, combinando los elementos rápidamente. No es la patinadora referente del equipo ruso pero ha sabido colocar su nombre en esta gran final, recordemos que ya lo había hecho al ganar la Copa China. Tiene más mérito aún si tenemos en cuenta que estuvo lesionada durante una parte de la temporada. Quedó primera en cada programa, con poca diferencia respecto a Elena Radionova. Más abajo Julia Lipnitskaia, con varios errores que la desplazaron de las primeras posiciones.

Canadá dominó el territorio de las parejas, también en la modalidad de danza. Meagan Duhamel y Eric Radford recibieron una gran y merecida ovación tras el cuádruple salchow en el programa libre. Todos sus saltos estuvieron muy bien controlados. Meagan, muy expresiva en todo momento, no puedo evitar gritar al ver la puntuación final como si no lo acabase de creer. Por su parte, en danza triunfaron Kaitlyn Weaver y Andrew Poje, él vestido de torero en el programa corto, muy rítmico. En el programa libre dejaron un fantástico sabor de boca gracias al precioso final.

Quizás lo más importante de esta gran final no son los resultados. Sí lo es ver las gradas con aficionados portando banderas españolas, japonesas o canadienses. Ver afición al patinaje en nuestro país. En esta tarea, Javier Fernández tiene mucho mérito. Ha conseguido que su deporte salga en los medios, que se hable de patinaje. Esperemos que esta no sea una de esas alegrías pasajeras y que el patinaje sobre hielo no haya hecho más que comenzar su despegue.

Foto de portada: gpf2014barcelona.com