Max Cortés: “No hay porno para hombres y porno para mujeres”

Era el segundo día del Salón Erótico de Barcelona Klic-Klic. En el viaje hacia allí pensaba que ojalá no hubiera problemas para concertar la entrevista con Max Cortés, uno de los rostros más conocidos de esta industria. Y no los hubo. El actor llegó pocos minutos después pero dentro del Salón había exceso de ruido y distracciones, así que salimos fuera del Pabellón Olímpico donde se celebraba. Mientras charlamos de cómo había llegado una gallega ahí y de las cosas que me sorprendieron del Salón, por ejemplo que haber visto a gente de todo tipo: parejas, personas mayores, grupos de amigos, chicas… ‘¿Crees que el usuario de cine porno se ha democratizado?’, le pregunté. ‘Ah, ¿pero empezamos la charla ya?’, me respondió. Y sonriendo le respondí que sí.

Pues es una tendencia de los últimos tiempos, no es que este año haya habido un cambio desde el año pasado. Este Salón se ha consolidado como una opción lúdica más, con sus peculiaridades está claro. Pero creo que ahora mismo el público está ávido de consumir contenidos audiovisuales, y una de las facetas del cine es el porno.

Hoy incluso hay una pareja de 80 años dentro.

Sí, ahora como dices se ha democratizado, el público que visita el Salón es muy dispar, vienen grupos de chicos por supuesto, pero también muchas parejas. El año pasado el titular era que este Salón era de las parejas. Hoy es viernes y temprano, pero ya verás que mañana y el domingo hay mucha gente, y además de una manera muy normalizada. Porque los tabúes de antaño ya casi han desaparecido. Hay un sector de la sociedad que sigue pensando cosas como ‘las mujeres en minifalda, a dónde van esas guarras’, pero por suerte la gran mayoría de la sociedad ya ha dejado atrás esos pensamientos y se ve todo más normal. El hecho de decir ‘no veo porno’ ya nadie se lo cree. Muchas veces casi sin querer apareces visitando estas páginas. Hace años el friki era el que veía porno, que decías ‘este está un poco mal’, y ahora es al revés, el rarito es quien dice que no lo ve.

Tú has vivido ese cambio porque llevas 20 años de carrera. Te han dado casi todos los años un Premio Ninfa, este último el Premio Honorífico. ¿Cómo te lo has tomado? ¿Quizá como un reconocimiento a tu carrera para que dejes paso a los nuevos talentos?

Está claro que llevo mucho tiempo, pero no es que de paso porque el paso se lo hacen ellos solitos, no hace falta que les ayude demasiado. Nos reímos. Pero sí que entiendo que debe haber un relevo generacional. Hay personas que por nuestro historial y por lo que hemos vivido se nos considera un poco como referentes. ¡No es que yo sepa más que nadie! Pero la simple experiencia de haber vivido como actor, productor, expositor en el Salón… te hace tener una serie de conocimientos. Aunque yo ahora poco a poco intento ir haciendo otras cosas, que también me enriquecen y me apasionan.

¿Por ejemplo? ¿Qué hacéis cuando os retirais?

Los que se han permitido ahorrar cuatro chavos montan algo que les permita hacer algo fuera del sector. Creo que los que estamos aquí poco hemos podido ahorrar porque hemos vivido tiempos un poco convulsos. Como en todos lados también nos hemos resentido. En los últimos tiempos hemos tenido que trabajar más para ganar lo mismo o muchas veces menos de lo que ganábamos antes. Estamos intentando lo que llaman los modernos ‘diversificar’, por ejemplo decirte que llevo ya casi once años en el mundo de la música. No me voy a poner a cantar, no huyas. Nos reímos otra vez. Pero sí que la música es un tema que me apasiona desde jovencito. También estoy adentrándome en el negocio del ocio nocturno aquí en Barcelona. Pero nunca he planeado nada, no sé por dónde me llevará la vida. De aquí a un año si nos volvemos a ver igual estoy en otra guerra, pero de alguna manera voy a estar vinculado a nuestro sector. ¡No puedo escapar!

OK DSC_0004 OK

Una sencillita: ¿Cuántas películas y cuántas horas diarias? Aproximadamente.

Horas pocas. Aunque cuando hay producción es un trabajo de día y noche. Casi no se duerme, nos olvidamos de comer… Y las películas no las tengo controladas porque tampoco las pregunto. Voy a rodar una escena para una película, luego otra para otra distinta. Tenía contabilizadas cerca de 3.000 escenas pero es que no sabría decirte. De hecho yo no tengo ninguna película en casa, entiendo que cuando acabo de trabajar ya está, ahí empieza mi vida normal. No sé, son muchas películas, y cualquier número que te diga va a ser una barbaridad. Pero es que llevo muchos años en esto. Si le preguntas a un mecánico cuántos coches ha arreglado te dirá ‘no sé, 10.000’ y dirás ‘¡hala!’, pero es que son muchos años haciendo lo mismo.

Pero aparte de actor eres director también. ¿Tienes referentes o te basas en tu experiencia?

Yo lo que siempre he intentado es adelantarme un poquito a los nuevos tiempos. Cuando estaba trabajando como actor en mis inicios, se rodaban películas con argumento que luego distribuíamos en cines, en VHs, en DVD… Jugábamos a hacer cine. Y yo pensé ‘¿por qué no hacemos un producto más fresco, que implique al espectador con lo que estamos haciendo?’, así que cogí a unos amigos y les dije ‘vamos a grabarnos como si estuviéramos en nuestra vida privada más o menos. No vamos a crear un argumento, no vamos a contar una historia, vamos a ser nosotros mismos’. Sin querer fui el primero que grabé lo que luego se llamó cine gonzo, lo hice casi sin querer porque no tenía un referente.

Jugábamos a hacer cine. Y yo pensé ‘¿por qué no hacemos un producto más fresco, que implique al espectador con lo que estamos haciendo?’

En ese momento una agradable sorpresa interrumpió la conversación. Se trataba de un hombre llamado Francesco. Se saludaron de forma alegre y efusiva. “Joder, veinte años ya cabrón”, se escuchó. Hablaron de quedar antes de que Francesco volviera a Italia y se despidieron con un emotivo abrazo.

Un viejo amigo…

¡Hostia, veinte años! Sonríe con mirada nostálgica. Con este hombre he estado en el Caribe, he estado en África, en Madagascar… En mil sitios. Era de la época de cuando grabábamos películas y pasábamos tres meses fuera de casa. Me ha dado una alegría verlo… Bueno, ¿por dónde íbamos?

Cine gonzo.

Sí. Grabé una película que no se había hecho en España, luego me enteré de que en Estados Unidos ya se estaba haciendo. Intento siempre adaptarme a las nuevas tendencias. Pero la dirección en el cine porno no es igual a la dirección en el convencional. Aquí tú hilas una idea o concepto y, es más, el director en el porno hace más funciones de producción que de dirección. Tienes que controlar las localizaciones, contratar a la gente, llevar la cámara. Es cineíto, todo muy reducido. Después de muchos años… ¿has visto la película REC? Le respondí que sí. Me decían ‘bua es revolucionaria, parece que estás dentro’. Me gustó mucho, pero tampoco es tan revolucionaria. ¡Que llevamos haciendo eso nosotros diez años! Esto de mirar a cámara y buscar excusas para que el espectador se meta dentro… Perdóname, pero nosotros ya lo habíamos hecho.

Ahora que lo pienso, un pequeño inciso… ¿Hay cine en 3D?

Yo rodé cine en 3D pero fue un completo fracaso. Se necesita equipamiento para ver esta película. Ahí es donde está el fallo. Quedan pocas salas de cine X, y en cines normales no distribuimos. ¡Evidente, somos el diablo! ¿Y quién tiene en casa una pantalla 3D? Rodar una película en 3D es mucho más cara, y para que luego se vendan… ¿cien copias? No es rentable. Si todo el mundo tuviera en su casa su televisión, bueno. Pero eso de ponerse las gafas y demás armatoste… Yo creo que va más por la definición que por la dimensión. El 3D se quedará en una anécdota, en un buen intento.

Quedan pocas salas de cine X, y en cines normales no distribuimos. ¡Evidente, somos el diablo!

Volviendo a lo de antes. ¿Has tenido algún problema en los rodajes?

Igual quedarte esperando a las actrices o actores que han estado de fiesta la noche anterior. Y quedarte ahí con la cámara, el equipo, la localización… Habiendo pagado todo el equipo y todo… Y esperas tres, cuatro horas… Te vas a comer solo, triste… Dijo Max con un tono melodramático. Pero problemas problemas no, uno intenta evitarlos. Cuando ya planteas una producción, intentas hacer un casting que más o menos estén bien avenidos entre todos. Así que problemas serios no.

¿Cuál considerarías tu mejor película?

A la que más cariño le tengo porque me ocupó más tiempo y planificación es “Sextasis”. Primero te voy a decir cómo fue para que parezca algo grande y luego te voy a decir cómo lo hice para que después digas ‘qué cabrón’. La película está rodada en Rusia, Miami, Barcelona, Portugal, en el Caribe, en África… La rodé durante todo un año. Pero porque yo tenía que viajar a esos sitios por otras producciones. Entonces les robaba ratitos y rodaba escenas para mi película. Y luego lo junté todo y tiene sentido porque tiene su argumento. Por supuesto el protagonista era yo porque era el único que estaba en todos esos sitios. Teniendo el esquema mental de cómo quería editarla al final quedó una película simpática y le tengo mucho cariño.

He escuchado en otra entrevista que si alguien veía una de tus películas más de 15 minutos, sería un fracaso.

¡Claro! Sí, sí, sería un fracaso. Si alguien se queda mirando la película hasta el final, hasta los créditos y se pone a leerlos… es que menuda mierda he hecho entonces. A los veinte minutos, sí, veinte minutos, ya dices ‘vamos a pararla aquí y mañana ya vemos otro ratito’.

Ahora te voy a decir una lista de estereotipos y tú me vas a decir cuánta verdad hay en ello. El primero es que este trabajo es fácil, que cobrar por follar es fácil.

Dicho así, sí. Es fácil cobrar. Y follar… Es fácil si has nacido para ello, digamos. Si tienes ciertas aptitudes y lo tienes normalizado, es relativamente fácil. Y más ahora con la dinámica que se tiene en las producciones, donde no se requieren grandes equipos. Yo vengo de rodar ahora como actor. Hace unos años era impensable estar en una producción y ahora aquí, antes de las siete de la tarde. Y esta mañana no he madrugado, he estado con la familia, he rodado una escena para una película y ahora estoy aquí. Es relativamente fácil porque se produce de una manera muy rápida.

Que es artificial y no se hace de forma natural.

Eso es verdad. Nadie lo hace como lo hace en las películas. No es natural. Pero yo creo que nadie pagaría por algo natural. Yo si veo las Olimpiadas quiero ver a atletas haciendo cosas que yo no haría. Para ver a gente normal haciendo atletismo así todos asfixiados… Pues no. La gente paga por ver cosas que no están muy alcance en su día a día. Por ejemplo, una fantasía de algunas mujeres es estar con muchos hombres. Igual nunca se plantearían hacerlo en la vida real, pero sí que gusta verlo. Por eso que el sexo en las películas porno no es sexo normal. De hecho yo en casa no hago lo que hago en una película, estaría roto ya.

Max Cortés: “Nadie lo hace como lo hace en las películas. No es natural. Pero yo creo que nadie pagaría por algo natural”

También se dice mucho que no hay respeto hacia la mujer.

Eso es falso. Completamente falso. Y casi que me ofende. Hoy mismo mientras comía estaba oyendo de fondo a una señora de una asociación de empresarios diciendo que los empresarios deberían contratar a mujeres jóvenes o mayores por si se quedan embarazadas. Lo está diciendo alguien en televisión de forma completamente pública y nadie le dice nada. Y más siendo una representante de empresarios. En fin. En nuestro sector tradicionalmente lo que ha vendido ha sido la figura de la mujer. Pero y en la moda también. Ya me gustaría que las películas se vendiesen porque saliera yo, ganaría más dinero. Y es que las chicas cobran más que nosotros. En un rodaje si le dicen a una chica que tiene que trabajar con un chico y ella no quiere, cambian al chico. Si fuera al revés, y dijera que yo no quisiera trabajar con esa chica, sería yo el que me iría a casa y llamarían a otro. Es que es totalmente falso. Sí que es cierto que la figura de la mujer vende. Pero yo no creo que no se respete. Nosotros lo que queremos es vender. Mayoritariamente teníamos un público masculino y por eso se cuida más la figura de la mujer. Pero ahora que la mujer es consumidora activa de cine porno, nosotros vamos adaptándonos. Pasa lo mismo con las películas hechas para consumir en pareja. Vamos a dónde va el mercado, y el mercado nos lo impone el consumidor.

Otro estigma es que esta profesión interfiere mucho en vuestra vida privada.

Sí, porque haces un trabajo público. Se ve. Y ahora en Internet queda online casi para siempre. Estás expuesto a que la gente confunda las prácticas que ofreces en las películas con la privacidad, con la intimidad. Sí que interfiere, sobre todo hacia los sectores más retrógrados de la sociedad pero no por ello tienes que estar condicionado.

A mucha gente le cuesta ver este género del cine como arte.

Nuestra pretensión no es hacer arte, es entretener. Que bastante complicado es. Hacer que la gente pase un buen rato es muy difícil. Si además de eso alguien considera que es artístico, mejor. Pero si conseguimos entretener ofreciendo fantasía ya es suficiente logro. Y al final el cine es eso. Los americanos lo tienen muy claro.

Hay nuevas directoras como Erika Lust que están vendiendo mucho. ¿Es por la relación de la mujer con lo erótico?

Que sea erótico no quiere decir que sea para la mujer, cuidado. No hay cine porno para hombres y cine porno para mujeres. De la misma manera que no hay música para hombres y música para mujeres. Las etiquetas no son buenas en ningún caso. Tú haz tu producto y luego a ver cuánta gente lo ve. Lo que pasa es que a nivel marketing igual queda bien decir que es porno para mujeres. Pero no me gusta esa separación. ¿Hay trabajos para hombres y para mujeres? No debería. ¿Por qué segmentar?

¿Os adaptáis a los gustos del consumidor o creáis nuevas tendencias?

Nos hemos dejado influenciar pero también hemos influido en otras disciplinas. En la publicidad muchísimo, en el cine convencional ni te cuento. También en los videoclips, que tienen texturas y maneras del cine porno. Yo creo que hay una interacción entre todas las disciplinas creativas audiovisuales. En la televisión también hemos influido mucho, en la sociedad incluso. La manera en la que una generación practica sexo, muchas veces es como ‘no te flipes que esto no es una película’. No pude evitar reírme.

¿Y qué se lleva ahora?

Ahora mismo el consumo del negocio está en Internet, y nos hemos tenido que adaptar al lenguaje online, que es mucho más rápido y dinámico. El consumo de contenidos para adultos se acerca más a la comida rápida que a los restaurantes. Nosotros ahora mismo estamos en ese punto, en generar contenidos de forma muy rápida. La sociedad va rápida, Internet va a un ritmo de locura. Y nosotros nos hemos adaptado bastante bien a ese ritmo. Mucho mejor que el cine o que la televisión. Nosotros hemos visto en Internet una oportunidad de negocio, y no un enemigo.

Nosotros hemos visto en Internet una oportunidad de negocio, y no un enemigo

¿Hay actores que pasen del cine convencional al cine porno y viceversa?

Ha habido algún cameo de actores de cine convencional al cine porno. Y sí que ha habido muchos actores porno que han hecho cositas serias muy dignamente. Nacho Vidal por ejemplo ha hecho papeles con buenas críticas. Al final estás bastante encasillado en tu género. Pero sí que es verdad que tenemos mucha capacidad de adaptación. Por ejemplo yo tengo llegado a un rodaje, que me dieran un traje de policía y ‘toma, tú eres el policía’. Y te quedas como ‘vale, un traje no me hace personaje’. ¿Qué le pasa, es malo, es bueno? Entonces me tenía que inventar yo el personaje. Le pregunté por los guiones. Sí, guiones había algunos, pero yo no me los leía. Y lo peor es que nadie lo notaba. Nos reímos.

¿Cuánto vale un rodaje?

Puede ir desde una escena de 600 euros, hasta una película de 200.000, que para la distribución que tenemos es mucho dinero porque nosotros ya te dije, no estamos en los cines, los videoclubs están desapareciendo… Tampoco tenemos plataformas cono Netflix o iTunes, que no admiten cine para adultos. Entonces tenemos que buscarnos la vida. Y no nos la hemos buscado mal tal como está el panorama. Nosotros no tenemos subvenciones ni absolutamente nada. Nosotros para distribuir una película tenemos que pasar por el Ministerio de Cultura y pagar la licencia, pero luego no nos consideran cultura.

O sea que para pagar sois cultura, pero para cobrar no.

Exactamente. Si queremos cobrar tenemos que vender. Con el cine convencional en España pasa que da un poco igual que lo vea gente o no. Ganan de todas formas. Pero nosotros no.

¿Y a nivel jurídico como estáis?

Las distribuidoras y demás son empresas, SL, SA, o lo que sean depende de la estructura que tengan. Y luego los directores, actores, actrices y demás son autónomos en su mayoría, o contratados por la producción por días. Como cualquier hijo de vecino.

¿Y cómo está el mercado fuera de España?

Es bastante parecido. Subvenciones que yo sepa no hay en ningún país. Y luego se gestionan como empresas audiovisuales. Por ejemplo, una productora de cine porno puede producir también publicidad, cine convencional, videoclips… Cualquier producto audiovisual porque a nivel legislativo está igual que cualquiera productora.

Dejando de lado la industria del porno, para acabar esta es una pregunta como ciudadano. ¿Qué opinas del 9N?

Yo no soy especialmente nacionalista, ni catalán ni español. Aunque considero que está bien implicarse con temas sociales, más que políticos. Respecto a esto, algún día el Estado tendrá que ver que pasa algo. Que hay un sector bastante grande de la sociedad que está pidiendo un cambio, que no son cuatro chalados vamos. Y en algún momento el Gobierno español y catalán tendrán que hablarlo y solucionarlo. Pero demonizar a unos y a otros no es la manera. Yo seguramente no veré la consulta, pero en algún momento de la historia se plantearán estas cosas. Yo soy más de un modelo federal, que todos tengamos una nación común pero que tengamos más autonomía, independencia no creo que sea la palabra. Autogestionarnos. Pero no solo Cataluña. No sé, algún invento, pero así está claro que no vamos muy bien.

OK DSC_0001 OK

Imágenes de Paula Pérez.