Cuestión de saber reinventarse
En este verano previo a la temporada 2014/15, el mercado de fichajes en el mundo del fútbol ha movido cuantiosas cantidades de dinero: los 81 millones del traspaso de Luis Suárez al Barcelona, los 80 que ingresó el Mónaco por la venta de James al Real Madrid o los 75 que entraron en las arcas del club madrileño con el fichaje de Di María por parte del Manchester United son buena muestra de ello. La mayoría de los clubs importantes de Europa se mostraron bastante activos y participativos en el mercado de fichajes; quizás por eso resulte sorprendente que el equipo que más dinero ha ingresado en traspasos en el periodo estival de 2014 haya sido… el Southampton.
Situados en el sur de Gran Bretaña, la pasada campaña los Saints dieron un puñetazo sobre la mesa, sorprendiendo a propios y a extraños y confirmándose como equipo revelación del campeonato. El Southampton afrontaba la temporada 2013/14 como su segundo año consecutivo en la Barclays Premier League, después de conseguir el objetivo de la salvación en su regreso a la máxima competición ingles. Un buen inicio de campaña y una cierta regularidad le permitieron finalizar en una cómoda octava plaza, sin pasar ningún tipo de apuros para mantener la categoría. Sin embargo, su buen hacer llamó la atención de los grandes clubs de la Premier, lo que provocó que este verano la plantilla del conjunto sureño se cayese a pedazos. Al igual que el Titanic zarpó dejando atrás Southampton hace ya 102 años, la ciudad y el equipo perdieron a los grandes baluartes de la fabulosa temporada realizada el año anterior.
En primer lugar, el entrenador Mauricio Pochettino, uno de los principales culpables del buen año de los Saints y uno de los precursores del vistoso estilo de juego practicado por ellos, hizo las maletas para fichar por el Tottenham, en busca de retos mayores. Posteriormente, el Southampton perdió a prácticamente la mitad de la plantilla titular durante la 2013/14: el capitán y estrella del equipo, Adam Lallana (cuya actuación en la mediapunta le sirvió para ser convocado para disputar el Mundial de Brasil) fichó por el Liverpool por más de 30 millones de euros. Junto a él le acompañó a la ciudad de Merseyside el veterano delantero Rickie Lambert. Sin embargo, la parcela que más bajas sufrió fue la zaga: el central croata Dejan Lovren se convirtió también en jugador ‘Red’, mientras los dos laterales (probablemente dos de los defensas jóvenes más prometedores del panorama internacional) Calum Chambers y Luke Shaw ficharon por el Arsenal y el Manchester United, respectivamente.
En total, más de 115 millones de euros en ingresos por la venta de estos cinco futbolistas, que sin embargo pudieron ser más. Quizás la grave lesión de ligamentos de Jay Rodríguez, el máximo goleador del Southampton la pasada campaña, fue precisamente lo que provocó que este delantero inglés de origen gallego no fichase por alguno de los grandes de la Premier. Otro de los que sonaron para dejar St. Mary fue el centrocampista Morgan Schneiderlin, a quien Pochettino tentó para llevarse a su nuevo proyecto en el Tottenham. Sin embargo, el francés permaneció finalmente en Southampton, tomando el testigo de los que dejaron la ciudad costera y pasando a ocupar un rol más importante dentro de la plantilla.
Una vez visto el desmantelamiento que sufrió la plantilla de los Saints, era coherente y lógico pensar que el Southampton se vería obligado a volver a construir el equipo prácticamente desde cero, debido a la necesidad de incorporar refuerzos en todas las líneas. Para dirigir el equipo se contrató a Ronald Koeman, cuya carrera como técnico ha sido, hasta la fecha, un tanto irregular, alternando etapas buenas con otras bastante convulsas (para recuerdo de los aficionados españoles está su polémica campaña como entrenador del Valencia).
El Southampton comenzó la temporada con la sensación de que el equipo no estaría a la altura del de la pasada temporada, sin embargo, el equipo supo reinventarse y formar una plantilla competitiva que, tras ocho jornadas, les sitúa en la tercera posición de la Premier
Así, desde la oficina se pusieron manos a la obra para rearmar el equipo y buscar jugadores de garantías que pudiesen ocupar el hueco dejado por los que habían llevado al Southampton a realizar una de las mejores temporadas de su historia reciente (no hay que olvidar que hace cuatro años estaban en la Football League One, la tercera división británica). Los importantes ingresos obtenidos en traspasos permitieron que los Saints pudiesen contar también con un capital interesante para realizar fichajes, incorporando hasta a ocho jugadores y acabando el periodo del mercado con un saldo positivo de +44 millones de euros en relación ingresos – gastos.
Aunque los jugadores incorporados son, sin duda, futbolistas de buen nivel, la impresión general era que se presentaba como una gran incógnita cómo responderían en una liga tan competitiva como es la Barclays Premier League. A principios de temporada, allá por el mes de agosto, parecía que el Southampton iba a necesitar un tiempo para adecuarse a los grandes cambios que se habían producido en su plantilla.
En la portería, llegó el cancerbero Fraser Forster procedente del Celtic de Glasgow (también conocido como el-portero-que-lo-paró-todo en aquel encuentro de Champions League frente al FC Barcelona hace dos temporadas), lo que provocó la cesión de Artur Boruc al Bournemouth. En defensa, se realizó el fichaje del central rumano Florin Gardos (sólo 45 minutos disputados en ocho jornadas), además de conseguir dos cesiones: la del atlético Toby Alderweireld y la del lateral zurdo Ryan Bertrand, sin sitio en el Chelsea debido a la gran competencia en su puesto.
En el apartado ofensivo, destacan fundamentalmente dos fichajes procedentes de la liga holandesa, una dupla que hasta el momento está siendo la gran sensación del Southampton esta temporada: el interior serbio Dusan Tadic, procedente del Twente; y el delantero Graziano Pellè, llegado de la mano de Koeman desde el Feyenoord. El primero de ellos ha conseguido, en pocas jornadas, lo que parecía altamente complejo: hacer olvidar a Adam Lallana. Su calidad y su técnica le han permitido hacerse fácilmente con las riendas del centro del campo de los Saints; mientras Pellè ha contribuido de forma importante en este buen inicio de temporada, con seis tantos en ocho encuentros y un gran estado de forma que le han servido para ser convocado con la selección italiana. Además, los fichajes del senegalés Sadio Mané y del delantero Shane Long dotan a la plantilla del Southampton de un interesante fondo de armario, algo con lo que no contaban la pasada campaña y que probablemente les pasó factura en la segunda mitad de la misma.
A pesar de que los cambios producidos en el equipo sureño han sido muy relevantes, la esencia del equipo revelación la pasada temporada sigue intacta: un juego vistoso y combinativo, basado en la velocidad con el balón. Hasta ahora, la temporada está siendo prácticamente impecable para los hombres de Ronald Koeman, que se encuentran en la tercera posición de la clasificación general, con cinco victorias, un empate y sólo dos derrotas (contra Liverpool y Tottenham). Es evidente que es muy difícil que los Saints consigan clasificarse para jugar competiciones europeas, teniendo en cuenta el gran nivel que hay en la Premier y que únicamente los cinco primeros de la tabla consiguen el pase a Europa vía liga; pero siempre es agradable ver equipos así en los puestos altos de la clasificación. Por ahora, y aunque esto todavía acaba de empezar, parece que el Southampton va en la línea idónea para, al menos, no pasar apuros para conseguir la salvación. El espectacular 8-0 que le endosó al Sunderland la última jornada es un claro indicativo de que en St. Mary se va a disfrutar esta temporada, en la que igualar la posición de la campaña pasada sería todo un éxito para una entidad que ejemplifica como pocos clubs cómo se deben hacer las cosas.
Imagen de portada: goal.com