Septiembre y Melancolía

 

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Patri Yáñez con Bimba y Reina.

 

Llega Septiembre y con él lo que todos ya sabemos. Dulce y cálido verano, te llevas la candela y dejas desnudo el cielo, los ojos y nuestra piel. Se acaban los amores precarios, o al menos eso dicen, que en noches de desenfreno y verbena liberan sentimientos y hormonas durante nueve meses reprimidos. Adormecidos por la lluvia, las espesas nubes y el frío de la piedra de los adoquines de mi Compostela. Otro año. Llegáis unos y otros os vais, eso ya lo he asumido, pero no por ello voy a dejar de despedirme “Hasta la vista”, “te echaré de menos todo el año”.

Llega el manto negro antes de las 6 de la tarde y las heladas vienen a bajarnos los humos de madrugada. Vienen las luces de ciudad, los abrigos, las mantas, sudar con ansia los dos, para llenar de vaho la ventana. Es hora de mirar las fotografías del verano. Recordar qué vamos a repetir y qué es mejor enterrar, con cierta ternura. Porque los errores forman parte de nosotros tanto como los logros. Viene la melancolía a llamar a la puerta,  cómo un recuerdo infantil que nos entristece.

Siento no haber resistido la tentación de despedirme del verano.