El peligro de especular

Dicen que en el deporte los grandes resultados se empiezan a conseguir en la charla previa. Esa charla de míster en el vestuario, ese último aliento entre los componentes de un equipo antes de saltar a la cancha o esa reunión de equipo ciclista antes de comenzar una etapa decisiva. También se dice que buena parte de la guerra psicológica comienza con la palabra, con la rueda de prensa como ring. Quizás eso es lo que piensen muchos de los favoritos a ganar esta Vuelta a España. Pero yo, sinceramente, no los entiendo. Llámenme raro o antiguo, pero la Vuelta se gana en la carretera, y allí parece que algunos juegan a perderla.

Alberto Contador, Purito Rodríguez y Alejandro Valverde; los protagonistas españoles de esta Vuelta - Eurosport

Alberto Contador, Purito Rodríguez y Alejandro Valverde; los protagonistas españoles de esta Vuelta – Eurosport

No me gusta el ciclismo de pancarta, ni el de la especulación y tampoco soy muy amigo de que una carrera se decida a través de las bonificaciones. Quizás por eso, y por muchos otros motivos, estemos viendo una Vuelta Ciclista a España demasiado especulativa, similar a la de 2012, aunque las fuerzas parezcan en ocasiones menores y los ataques sean mucho más escasos y sin calidad.

Estamos viendo una Vuelta de ataques para probar, con la mirada puesta en el rival y no en la carretera. El único que ataca de verdad, cuando tiene fuerzas, es Chris Froome

Ayer por la tarde, en la subida al Monte Castrove, vimos un nuevo ejemplo de que las vigilancias y el miedo no llevan a ningún lado. Purito Rodríguez, Alberto Contador y Alejandro Valverde realizaron numerosos ataques buscando irse y distanciar a sus rivales en la general. Pero todos eran ataques para probar, para ver si alguno de los adversarios fallaba, ya que a la décima pedalada el atacante ya estaba viendo hacia atrás. El único que no levanta la cabeza en esta Vuelta es Chris Froome. Será por ver el potenciómetro, o porque quizás es el que más piensa en él mismo y no en cómo irán los demás. Hoy su demarraje, sin mirar atrás y decidido hasta la meta, tuvo premio. Un premio en forma de segundos que algunos podrán echar de menos en la clasificación general final.

Esta Vuelta podría tener su pódium sentenciado. Sin rencillas, sin ataques y sin mirar hacia atrás. Froome pasó dos malas tardes, en San Miguel de Aralar y en los Lagos de Covadonga. Y en ninguna de las dos sus rivales por el pódium se pusieron de acuerdo para distanciar al rival más peligroso. ¿Por qué el más peligroso? Porque Froome llegaba con la preparación corta y estará bien los últimos días, y porque el británico es el mejor contrarrelojista de todos si pensamos en el desenlace final en Santiago de Compostela.

Froome, el protagonista silencioso de esta Vuelta - Sky Sports

Froome, el protagonista silencioso de esta Vuelta – Sky Sports

Decía Alberto Contador ayer que él no podía salir a los ataques de todos, ni trabajar para los demás. Pedía colaboración de Valverde y de Purito (el cuál parece ya lejos del pódium y solo jugaba por la etapa), pero la colaboración quizás tendría que llegar de él mismo. Decía el de Pinto que podría haber estado con Froome, siempre y cuando no se llevara a sus dos rivales españoles a rueda, y vaya de farol o no, la decisión ha sido un error. También protestaba Valverde, que se ha jugado la carrera a las bonificaciones y prácticamente la tiene perdida. Y Purito se retiraba cabizbajo al hotel sabiendo que, aún sin tantas piernas como otros años, podría haber rebañado una plaza en el cajón si hubiese actuado en esta Vuelta de otra forma que no fuera coger los segundos sueltos que le debaja Valverde en línea de meta.

La Vuelta se decide en tres días. Quizás hoy sea una jornada para la fuga, pero el sábado y el domingo los favoritos a la general volverán a entrar en liza. Ancares dictará sentencia, y a no ser que veamos otro pancartazo, por fin veremos qué ciclista es el más fuerte en esta ronda española. Y también quién ha sido el más listo. Porque las carreras no se ganan en la charla del autobús, ni en las declaraciones posteriores, sino sobre el asfalto con fuerzas, valentía y, por supuesto, con inteligencia.