Not dead is the new zombie

De monstruos devora-cerebros con un villano al mando, como en The plague of the Zombies (1966), han pasado a metáforas de la sociedad consumista dirigidas por George RomeroEran buenos tiempos para el cine de terror. Y entonces llegaron los Furby, Sailor Moon y las Spice Girls. Aquellos maravillosos noventa. Rara vez el público aceptaba a los renacidos en esa década y tuvieron que volver a la tumba, es decir, a las producciones de bajo presupuesto. Pero años después volvieron a renacer. Y se convirtieron en mutaciones genéticas de las que Alice se salva continuamente. O en los rabiosos infectados atletas de 28 Weeks Later (2007), que pueden verse en todo su esplendor cuando Don abandona a Alice (¿por qué las chicas con este nombre están rodeadas de seres que quieren matarlas?). La gran pantalla no había visto un abandono tan trágico desde Jack y el trozo de madera.

Todavía se discute si los de [•REC] 2 (2009) son poseídos infernales, infectados o zombis comunis. Lo que nadie duda es que el ilustre que le puso esa banda sonora al tráiler llevaba al diablo dentro. Lejos de quedarse ahí, los cerebros cineastas trataron de innovar mezclando a estas recurrentes criaturas con otros géneros. Así se consagraron la comedia zombi con Shaun of the Dead (2004), el thriller zombi con The Horde (2009), o el porno zombi con Zombie Strippers (2008), entre otros. Pero ahora la prima fea y tonta del cine se ha convertido en la reina del baile. Las series de televisión son las que mandan. Y al hablar de series sobre personas que vuelven a la vida después de haber estado muertas, hay dos líderes indiscutibles: la británica In the Flesh y y la francesa Les Revenants.

IN THE FLESH

“– Tus padres. Están ansiosos por verte… ¿Por qué no iban a estarlo?

– Porque… soy un zombi. Y he matado gente.

– No. Kieren, ¿qué eres? Mírame, eres un…

– Soy un enfermo del Síndrome del Parcialmente Muerto. Y lo que hago cuando estoy en mi Estado sin Tratamiento no es mi culpa.”

Aunque Kieren Walker no se sienta preparado para irse a casa con su familia, lo está. Precisamente porque siente. Está en tratamiento y vuelve a ser el mismo chico que era antes del Amanecer. Nació, creció y murió en Roarton, un pueblo de Inglaterra. Pero allí no es bienvenido para casi nadie. Los católicos defienden que esa no es la manera en la que deberían haberse levantado los muertos, así que no pueden ser perdonados ni aceptados. Y evidentemente tampoco tienen cabida en el pueblo para los integrantes de la Fuerza de Voluntarios Humanos, un pequeño ejército creado para matarlos. Ellos solo emplean la denominación Síndrome del Parcialmente Muerto para burlarse. Ni siquiera los llaman zombis, hay algo más despectivo: pútridos. Este colectivo luchará contra la discriminación proveniente de la población y la política, además de intentar buscar su identidad. Con tres capítulos en la primera temporada y el doble en la segunda, In the Flesh reproduce los acontecimientos derivados de la reinserción en sociedad de estos no muertos, que no zombis.

El director de esta producción sencilla de la BBC, Jonny Campbell, utiliza su rehabilitación para escenificar algunos problemas todavía presentes en la actualidad. No hay que ser demasiado avispado para darse cuenta de que esta intolerancia es una clara metáfora de otras discriminaciones que se han sufrido realmente. En este mundo ficticio los zombis son como las personas judías, homosexuales, negras, o enfermas del VIH en mundos nada ficticios. Luke Newberry o Emily Bevan son los encargados de encarnar a los protagonistas de esta narración minimalista a la que se le pueden atribuir muchos más adjetivos. Pero por encima de todo In the Flesh es muy británica. En algunos casos sus producciones buscan alejarse del aspecto comercial que por lo general caracteriza las series americanas: caras bonitas, grandes escenarios, espectáculo en forma de violencia y sexo… Y esta serie es uno de esos casos. Aquí como regla general hay gente fea y la acción se desarrolla en un pueblo gris, además el espectáculo se insinúa y no se narra de forma explícita. También es muy británica por su arriesgada y original trama desarrollada en pocos episodios, con actores poco o nada conocidos que sorprenden con excelentes interpretaciones. Aunque evidentemente busca hacer un producto atractivo para venderlo, este no es su único objetivo, sino que persigue claros propósitos de repercusión social. El tiempo dirá si consiguió que la sociedad reflexione acerca de la falsa moral o los estereotipos.

LES REVENANTS

“¿Crees que los muertos pueden volver a la vida?”

Camille y Léna son hermanas gemelas. La segunda fingió que se encontraba mal y se libró de ir a una excursión del colegio. También evitó su trágico final, pues el autobús en el que iban salió de la carretera y se produjo un accidente sin supervivientes. Años después Camille regresa sin saber qué ha pasado, camina hacia su casa y mientras se prepara algo de comer le pide disculpas a su madre por haber llegado tarde. Pero su historia no es la única en Les RevanantsOtras personas vuelven a sus casas sin saber que llevan muertas varios años. Para unos, una bendición y el mayor regalo de sus vidas. Pero para otros estas personas que vuelven a la vida son la imposible materialización de un pasado que luchan por dejar atrás. La serie consta de una primera y de momento única temporada donde los guionistas rompen con los estereotipos del género y provocan que el espectador se cuestione acerca de la existencia.

Cada uno de los ocho capítulos que la conforman profundiza en un personaje. Así consiguieron que la narración fuera en realidad un conjunto de tramas detalladas que se entrelazan unas con otras. Un relato intimista sobre los conflictos que genera el regreso de los muertos. No son fantasmas, no son zombis. Sencillamente han aparecido otra vez como si nunca se hubieran ido. Buscan recuperar el sitio que han perdido y se encuentran con muchos problemas de adaptación. Pero también es difícil para los habitantes de esa localidad en medio de las montañas, nadie les dijo cómo enfrentarse a esas aterradoras pero a la vez hermosas apariciones. La estética impecable, las elegantes metáforas, la elección e interpretación de los actores, esa atmósfera tétrica pero a la vez natural y cotidiana, la música, los planos cargados de fuerza visual… Y los diálogos. En Les Revenants no hay tragedias ni tópicos, tampoco lágrima fácil o miedo forzado. Es un producto europeo (audiovisualmente empieza en los Pirineos y excluye a Inglaterra), con un ritmo y una magia que británicos y americanos no son capaces de alcanzar. Porque por lo general Estados Unidos no suele hacer buenas adaptaciones, pero lo siguen intentando. Resurrection es el nombre que le pusieron a su serie cargada de drama barato, que en España se emite en Telecinco, evidentemente. Las diferencias entre una y otra se ven a leguas. Que las imágenes hablen por sí solas.

Ambas series tratan sobre lo mismo pero tienen una forma muy diferente de ver el regreso a la vida. Mientras que una es fiel a una cultura pop y contemporánea al añadir el elemento zombi y la crítica social, otra recuerda más al romanticismo que invita a reflexionar sobre la existencia, los espíritus y las relaciones familiares. Una práctica, otra sentimental. Lo británico centrado en la convivencia con la comunidad y lo francés ahondando en los conflictos personales. Recapitulando. In the Flesh y Les Revenants son productos que llevan la marca de sus respectivas nacionalidades y a su vez dejan huella en el espectador.

Les Revenants Imagen de GQ Magazine Francia, e imagen de portada de BBC Reino Unido.