La Seu d’Urgell, el respiradero por excelencia
La Seu d’Urgell es el municipio de Lleida más cercano a la frontera. Esto lo convierte en el lugar al que vamos los de Andorra a respirar de vez en cuando. Es el sitio perfecto: tienen un paseo largo y plano por el que andar con toda la calma del mundo. No hay turistas en masa, ni montañas que frustren todo intento de mirar al cielo durante unos minutos sin acabar con tortícolis. Todos y y cada uno de sus rincones son más que envidiables, empezando por el Parc del Segre, una de las zonas más recurridas.

© Andrea Espiñeira. El paseo por la orilla del río Segre tiene unas vistas privilegiadas a la Sierra del Cadí.

© Andrea Espiñeira. A eso hay que sumarle que puedes alquilar una canoa y hacer piragüismo, open- kayac o rafting.

© Andrea Espiñeira. También puedes hacer el recorrido andando, en bici o quedarte sentado en un banco viendo la vida pasar.
A dos minutos del parque olímpico está el casco histórico, repleto de tiendas de las de toda la vida y cafeterías en las que puedes tomarte un señor bocata de fuet (por ejemplo).

© Andrea Espiñeira. Todos los martes y sábados hay mercadillo tradicional en el Carrer Major, la calle principal.
Lo que más llama la atención son los edificios ligeramente inclinados, entre otras cosas para no tener que soportar en invierno todo el peso de la nieve.

© Andrea Espiñeira. A los habitantes de La Seu, que rondan los 12.500, se les llama urgelitanos. He aquí uno.
Con todo esto, es comprensible que muchos de los trabajadores de Andorra decidan irse a vivir a La Seu. Los que no tienen esa suerte, se consuelan bajando cada vez que pueden a estirar las piernas y ver algo de horizonte.