Historia de la música zafia (Vol.2)

El escritor del artículo no se hace responsable de cualquier daño, mental o físico que se pueda producir al escuchar algunas de las canciones recomendadas. De hecho, es mejor que no las escuches.

Ya no quedan buenos billares en Santiago. Los que quedan valen un ojo de la cara generalmente, y están demasiado limpios. Se cuenta que, en tiempos remotos, descendiendo por aquellas grutas pegajosas y humeantes habitaban los jevis, entre panchitos y birras (nótese el uso de jevi, no de heavy). Aquella época en la que todavía no había hordas de adjetivos para describir el estilo de tu banda de garaje y todavía no había salido el World of Warcraft. Pura prehistoria.

A la estela de ese romanticismo melenudo han surgido algunos grupos de una calidad sorprendentemente buena, que, por desgracia, todavía no conoce todo el mundo. Su nombre es un guiño a uno de los episodios viejos de los Simpson, y dieron un concierto hará cosa de un año en la Capitol. Si no has adivinado todavía de quién estoy hablando, escúchales.

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El Reno Renardo parece estar destinado a convertirse en la banda sonora de toda una generación de garitos jevis, y no por falta de motivos. Sus versiones de canciones clásicas remodeladas con un doble bombo machacón, guitarras asustaviejas y letras zafias, escatológicas y con un cierto punto reivindicativo de ese pasado mítico son pegadizas a más no poder, y harán suspirar a más de uno, imaginándose tiempos mejores. Se han atrevido a versionar a bandas españolas como Gabinete Caliglari, Duncan Dhu, Amaral o Barón Rojo. También con algunas bandas del panteón del Metal como Manowar, Blind Guardian Iron Maiden y Rammstein (este último algo jovencito todavía para entrar en esta categoría).  El Reno es un homenaje violento, socarrón y brutal a una época, que, curiosamente funciona muy bien en el presente. Rescatando melodías del coche fantástico, los cazafantasmas o King África, nos transportan a esos tiempos dorados sin móviles, jerséis unisex y los primeros discos de Platero y Extremoduro. En cualquier caso, esta banda de bilbaínos es ideal para disfrutar con unos colegas y unas birras cantando a viva voz, equivocándose en la letra, y olvidarse un poco de la lacrimosa del panorama musical.

Además, sus cd’s se pueden descargar gratis en su página web. Gratis

Algunos clásicos suyos como Crecí en los ochenta o Camino Moria tienen que sonar a cualquier friki principiante, aunque según los más entendidos, es en canciones como No hay huevos o Mis colegas en las que el grupo alcanza las mayores cotas de lirismo costroso. Además, sus cd’s se pueden descargar gratis en su página web. Gratis. Si has vivido en una cueva durante los últimos cuatro años y no los has escuchado nunca, ¡ya estás tardando!

el logo del grupo lo dice todo

Una de las mayores discusiones que tuve en un bar, y que a punto estuvo de acabar en pelea, fue con un amigo jevi cuando yo intentaba defender que había un grupo de rock zafio que tocaba mejor que el Reno Renardo. El rey de los picores escrotales, de letras enrevesadas, unos solos elegantes y unos cambios de ritmo capaces de lesionar a un pulpo guitarrista hasta arriba de anfetas: Mamá ladilla. Estos lozanos muchachos de mejillas sonrosadas y de mentes prístinas y católicas han creado canciones tan pintorescas como Naces, creces, te jodes y mueres, Analfabestia, Cunnilingus post-mortem y Risión imposible, aunque mención aparte merece En el vergel del edén, una delicada balada con una guitarrilla tímida bastante cutre de fondo. ¿Qué tiene esto de absurdo? Pues que han creado una canción coherente de minuto y medio usando sólo la vocal “e”. Prueba, ¡es más jodido de lo que parece!

En mi opinión, las letras están más trabajadas que en el Reno, y enfocado a un público garrulo estándar; no directamente al mundillo jevi. Tiene algo de punk -sobre todo por la duración de las canciones- aunque hay bastantes partes instrumentales y, sobre todo, un nivel técnico muy alto. Si sabes tocar la guitarra o el bajo, pega bien el oído durante una de sus canciones y te dolerán los dedos sólo de pensar lo que están haciendo. No alcanzan el número de notas por segundo del guitarrista de DragonForce (gracias a dios) pero tienen unos cambios de ritmo muy naturales, trabajados y divertidos, cosa que estos grupos de Power Metal parecen usar más bien poco. Mención aparte merece el otro grupo del cantante de Mamá Ladilla, Engendro, enfocada también a versiones de canciones clásicas. Es un oscuro placer escuchar la versión desvirtuada de Moonlight Shadow, rebautizada como Manuel Machado o Libre de Nino Bravo por Lidl. No tiene desperdicio.

Por último, entre esta selecta caterva de galanes y poetas emergen desde Aragón Los Gandules: Un grupo tan vago que se contratan a si mismo como teloneros. Se convirtieron en todo un fenómeno con Obstetricia en Bucarest, popularmente conocida como Ginecólogo rumano. Por desgracia para algunos, y por suerte para gente como yo que llevan durante todo el año los guantes cosidos al abrigo para que no se pierdan, su carrera continuó. Musicalmente mejorables, con voces bastante normalillas y tremendamente ofensivos con su público. Pero son quizás los que alcanzan las mayores cotas de absurdo de entre los tres grupos, con canciones como Ese Loco Material Poliespan (versión del Libertad sin ira tan popular tras el fin del franquismo), Anda y que te ondulen con el Taj Mahal (dedicada al mármol), Polichinela song, Polichinela returns y Polichinela strikes again o Speakers’ Corner del desierto. No recomendable para cerebros sensibles y cultos.

Todos estos grupos comparten en común que han pasado por el Festival Mundo Idiota, que se celebra en Salamanca, convirtiéndose en la meca de la música absurda. En mi opinión, El Reno Renardo, Mamá Ladilla y los Gandules son los más representativos de este incipiente pseudo-género musical, no son ni por asomo los únicos. Quedan por mencionar grupos como Gigatrón, Manolo Kabezabolo (para momentos de gran decadencia), los Petersellers, los Mojinos Escocíos, Putilatex o Lory Money (estos dos sólo para los menos puretas).

Si eres lo suficientemente duro para soportar la estulticia concentrada de todos estos vídeos, te propongo un reto, sólo apto para los más valientes y curtidos mongoles: Virales como Wendy Sulca o la Tigresa de Oriente, que a día de hoy todavía no tengo muy claro si los hacen de broma o en serio. Quiero pensar que es lo primero; así quizás podría conciliar tranquilo el sueño. Dale al play bajo tu propia responsabilidad. Nadie se merece escuchar esto.