Diez canciones que Arias Cañete no tendría en su iPod

Alegría. Verbenas. El aire seco levantando la falda de las muchachas. Las terrazas rebosantes de felicidad pasajera. La luz inquieta pero ya no mancha: es la calma y calina; la cerveza fría y juguetona como un acorde mayor; porque la primavera ya pasó, pero el verano viene aquí. De pronto, yo también soy parte de toda la vorágine estival; bajo al bar de la esquina y por momentos me siento como Albert Pla viendo pasar las chicas que a todas me acercaría, que a todas las besaría… Y en mi ensoñación pienso en ellas cantando a través del verano y entonces ya no las necesito; me basta con su voz, sorprendido y absorto:

1. Fiona AppleOn the bound (When the pawn…, 1999):

La excéntrica cantautora neoyorquina siempre se ha movido entre la polémica y la discreción, tan pronto recoge un premio en medio de incendiarias declaraciones como desaparece de la industria y está la friolera de siete años sin ofrecer material nuevo. De talento innegable, Fiona se descubre entre canciones agresivas y tiernas, llenas de desesperanza y una actitud férrea producto de una adolescencia difícil en la que, una traumática violación cuando tenía 12 años, la dejó marcada de por vida tanto a nivel personal como a nivel artístico. Imprescindible, valiente y genuina como pocas.

2. Gregory and the HawkFor the best (Leche, 2010):

Folk suave y preciosista para las noches incurables sin un alma que llevarse a la boca. Imperceptibles armónicas acompañando la guitarra acústica de Meredith junto a su voz angelical. Minimalista e íntima, con una suave percusión, esta canción nos transporta a la búsqueda de un lugar donde la pureza aún no esté devaluada y la sensibilidad todavía tenga lugar en el mercado. Perfecta para hacer el amor despacio y recreándose; porque la vida es demasiado corta como para andar con prisa.

3. Vashti BunyanTrain song (Train song/Love song, 1966):

Su misteriosa voz estuvo 35 años apagada hasta que en 2005 decidió regresar al mundo de la música con el maravilloso Lookaftering (2005). Talento desaprovechado de una mujer huidiza que en los 60 firmó uno de los mejores discos de la historia del folk; sin embargo, esta canción salió al mercado como single junto a otra maravillosa pieza: Love song. Su cristalina y repiqueteante voz nos transporta por momentos a la música tradicional británica de finales del S. XIX mediante historias universales sobre angustiosas esperas y amores imposibles, siempre acompañadas de una atmósfera con olor andén y a cemento húmedo.

http://b-sidemg.com/

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4. Sibiyle BaierTonight (Colour Green, 2006):

Curiosa historia la de esta mujer alemana que durante los setenta estuvo metida de lleno en el movimiento hippie y la filosofía bohemia. Entre 1970 y 1973 grabó un puñado de canciones que no enseñó a nadie y que, con el tiempo, quedaron olvidadas en un cajón mientras ella abandonaba la exigencias del amor libre para convertirse en una respetable madre de familia . Sin embargo, para los amantes de la música el regalo nos llegó en 2003 cuando el hijo de esta encontró las maquetas y. maravillado por la obra que había construido su progenitora, se las mandó inmediatamente a J. Mascis, líder de Dinosaur Jr., que no dudó en editarlas en cuanto pudo bajo el poético nombre de Colour Green.

5. Lykke LiUnrequired love (Wounded Rhymes, 2011):

Más conocida por los abruptos remixes de algunas de sus canciones (I follow rivers), que inunda la noche moderna y cosmética, la artista sueca también tiene hueco para la intimidad y el desamor. De abrumadora personalidad, se ha erigido en los últimos años como de las representantes más sólidas del Art Pop junto a otras grandes del género como St. Vincent. Perfecta tanto para el desamor como para la fiesta; poética e histriónica; sensible y alocada. La mujer perfecta, vamos.

6. Lucy Rose − Be alright (Like I Used To, 2012):

Esta tímida británica publicó su primer disco con apenas 23 años y, desde entonces, se ha ido abriendo camino en la escena musical de las islas. Sus canciones, generalmente desnudas y de escasos arreglos, nos hablan de la incertidumbre que provocan las relaciones interpersonales y los miedos más íntimos. Nada nuevo bajo el sol, pero sí ofrece una luz que, usada, es de las que deja polvo de mariposa entre las manos. Imposible dejarla escapar.

http://i1.ytimg.com/

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7. Daughter − Run (Smother/Run, 2012):

Elena Tonra, líder del grupo de folk y art pop de nombre Daughter, publicó en 2013, tras innumerables EPs y singles, un interesantísimo disco llamado If you leave. Run pertenece a su etapa iniciática, previa a su primer largo, de búsqueda y aprendizaje. Letrista impresionante con un sentido de la melodía originalísimo que acompaña siempre a la perfección sus profundas historias que versan sobre la pérdida de la inocencia y las relaciones insanas. Artista necesaria, muy humana. Magnífica.

8. Jenny Owen YoungsO God (An Unwavering Band of Light, 2012):

De inicios dubitativos en su carrera, esta cantautora se ha ido asentando en el formato folk/pop de la escena americana en los últimos años. No importa que no innove demasiado porque sus canciones sinceras son motivo suficiente para dejarle hacer. Esta sencilla O God se sostiene en arreglos de viento y armonías vocales que le dan un toque melancólico a cada fraseo que acabar por hacerte revivir al oyente todo lo que ya ha olvidado.

9. Lisa GermanoA guy like you (Geek the girl, 1994):

Respetadísima artista de la escena indie. Pese a no haber transcendido jamás, ha publicado una de las grandes joyas de los noventa: su mítico Geek the girl. Además, ha trabajo en innumerables ocasiones con grandes de la música como David Bowie, John Mellencamp o Eels. De voz rasposa y actitud escurridiza y mucho menos técnica que otras de sus compañeras de generación, pero, sin embargo, mucho más real y transparente que muchas de ellas. Con sus canciones descarnadas siempre merece la pena invertir una retazo de día en escucharla; no te defraudará.

10. Laura MarlingGoodbye England (covered in snow) (I Speak Because I Can, 2010):

Quien diga que todas las rubias son tontas se equivoca; o igual lo son todas menos Laura Marling. Comenzó con un magnífico disco de folk/pop adolescente, pero de gran calado y complejidad, allá por el 2008, para ir madurando después a través de la consolidación de sus más directas influencias: Joni Mitchell, Bob Dylan, Neil Young, Leonard Cohen… Letrista espectacular que ha sabido absorber como pocos toda la grandeza del revival de los 60. Técnica y personal, de escucha obligada para aquellos que aún buscan la literatura en las canciones.