Crónica del antiperiodismo (II): adiós a Teledeporte

El pasado domingo, unas chicas vestidas de corto y con camisetas sin mangas ponían los pies en una pista que convertiría a algunas de ellas en campeonas del mundo. El pasado domingo, la República Checa acogía al baloncesto sub-17 femenino para disputar la final de un Mundial en la sombra. En la misma sombra en la que está el deporte femenino y el deporte minoritario. El pasado domingo, Teledeporte emitía ese partido. Las chicas españolas no superaron finalmente a las estadounidenses quienes, por sólo dos puntos de diferencia, ganaron y se colgaron la medalla de oro. Una española, Ángela Salvadores, fue elegida como la mejor jugadora del Mundial. Ella y Maite Cazorla quisieron destacar el trabajo que hay detrás, desde el club en el que están internas y entrenan. El equipo se quedó a las puertas de la gloria. Y el escaparate que intentó acercar el baloncesto femenino al público se despide de todos sus espectadores.

Quizás muchos se acaben de enterar de dicho torneo. Y quizás sea normal. No es fútbol, es femenino y es sub-17. Parece que tenemos que conformarnos con que las audiencias de los eventos deportivos minoritarios sean también minoritarias. Es difícil hacer de cada deporte un fenómeno de masas. La gimnasia, la natación, el hockey, el patinaje, el atletismo, el esquí, el piragüismo, el triatlón, la vela y un largo etcétera de disciplinas tienen su parcela en Teledeporte. Algunos habrán disfrutado con el Mundial de Natación celebrado el verano pasado en Barcelona, otros con las sucesivas victorias de Javier Gómez Noya o con los deportes de los Juegos de Invierno de Sochi. Cada uno de estos deportes tiene su nombre ligado al de la emisora española.

Como parte del Plan de Eficiencia, Teledeporte se fusionará con La 2 y se mantendrá la opción del streaming en la web para poder seguir los diferentes acontecimientos deportivos

Teledeporte nació como un simple programa deportivo hasta que en 1994 se convirtió en la apuesta polideportiva de la corporación Radio Televisión Española. Desde ese año, ha retransmitido sucesos de gran alcance mediático como los Juegos Olímpicos de Verano y ha visto como los grandes del deporte español escalaban peldaño a peldaño en sus respectivas carreras. La crisis económica y la mala gestión de los presupuestos de la cadena pública han sumergido a Televisión Española en la grave situación de tener que prescindir de cobertura informativa deportiva. Como parte del Plan de Eficiencia, Teledeporte se fusionará con La 2 y se mantendrá la opción del streaming en la web para poder seguir los diferentes acontecimientos deportivos. Ya en febrero de 2012 se sospechaba que el desenlace sería este, debido a los recortes en los presupuestos de TVE y a los descensos en los registros de audiencia.

Se acaban las veinticuatro horas diarias de deporte | Fuente: rtve.es

Se acaban las veinticuatro horas diarias de deporte | Fuente: rtve.es

Este cierre, que limita la oferta de la televisión pública española en la Televisión Digital Terrestre, puede que fuese necesario para poder subsistir. Sin embargo, las consecuencias son negativas. Desde la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras, la Asociación de Usuarios de la Comunicación, la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, pasando por diferentes federaciones deportivas todo han sido críticas negativas hacia la noticia. Que no se escuden los directivos de la cadena en que se seguirá emitiendo en la web, ya que el verdadero negocio para los patrocinadores está en la televisión. Incluso para el público, cada vez más acostumbrado al uso de la tecnología, no es lo mismo disfrutar de un partido de hockey en la televisión que en la red. Pero no nos engañemos. El fin de Teledeporte no será el culpable de los males de los deportes minoritarios. Cada jefe de las secciones de deportes de los periódicos, cuando dedica una ridícula esquina a la última hazaña de David Cal, es culpable. Cada redacción televisiva, cuando inunda la sección con fútbol, es culpable. Cada portada de periódico deportivo, cuando no sabe hacer otra cosa que dedicarse a los cuatro de siempre, es culpable. Cada periodista que llena auditorios hablando de los males del periodismo deportivo actual y de lo que hay que hacer o dejar de hacer sin después actuar para mejorar, es culpable.

Iñaki Gabilondo defendía en El fin de una época el papel de la televisión pública española: “En España aún existe la relativa excepción de la televisión pública que Dios nos concedió, con la que -en consecuencia- tenemos un ritual, algo así como una cita con la labor de Dios”. El periodista veía en la televisión pública la única excepción a la emisión de contenidos-espectáculo y a la dependencia continua del share. De momento, TVE deja de cumplir con el ritual del deporte.