50 cómics que no puedes dejar de leer (II)

Sabemos que la primera parte de nuestra lista (clicad para deleitaros con ella si aún no lo habéis hecho)  sobre aquellos tebeos y novelas gráficas que resultan imprescindibles os dejó con ganas de más, así que os presentamos, por fin, su continuación y culmen, los 25 mejores cómics de todos los tiempos, los únicos e inigualables quijotes del género, por los que pasarán los años y seguirán siendo mencionados por mil y una personas. Muchos se han quedado por el camino, por diversas razones, pero aseguramos que ninguno de ellos será una decepción para el lector. Comenzamos.

25 – V de Vendetta (Alan Moore y David Lloyd)

Olvidaos de la superficial e insulsa película de los hermanos Wachowski, aquí nuestro mago del caos favorito (sí, Alan Moore aseguró no hace mucho que tiene pensado hacerse mago del caos en su retiro en las montañas… es lo que tienen los genios) nos presenta una historia profunda, compleja y revolucionaria. Tan cercana a 1984 como a Robin Hood, esta novela gráfica nos cuenta cómo una futurista y distópica dictadura cae ante el peso del propio pueblo, encarnado, irónicamente, por un solo hombre enmascarado. De lectura obligada para cualquier participante activo del 11-M.

24 – The Authority (varios autores)

Está muy bien que los enmascarados con poderes salven el mundo como favor hacia la gente, y los gobiernos, y las empresas, y que luego coloquen así, cuquísima, la bandera de USA entre los escombros, pero… ¿qué ocurriría si quienes nos salvan el culo se diesen cuenta de que casi todo lo malo que ocurre aquí es por culpa de la propia humanidad? ¿Cabe la posibilidad de que los propios superhéroes mandaran a tomar por saco a los políticos y se erigiesen como máxima autoridad moral ante la que responder? Este grupo superheroico creado por el imaginativo Warren Ellis y el ilustrador Brian Hitch pone por fin los puntos sobre las íes, derroca gobiernos corruptos, termina de un plumazo con neocapitalismos y “métodos de explotación varios”, y, como ellos mismos dicen, nos obligará a “portarnos bien”.

23 – Hellboy (Mike Mignola)

Es un demonio del infierno, es rojo, tiene cuernos, rabo, la llave del Apocalipsis en su brazo derecho y fue traído a nuestro mundo por los nazis. Las tiene todas, eh. Pero por suerte, el buenazo de Hellboy fue rescatado por los aliados siendo un bebé y ahora se dedica a repartir mamporros desde la Unidad de Defensa e Investigación de lo Paranormal. Para los amantes de la acción y el tema fantástico en la actualidad.

22 – Astérix y Obélix (Albert Uderzo y Renée Goscinny)

Es el momento de máximo esplendor de los romanos. Han logrado que la mayoría de las tribus bárbaras europeas caigan bajo su yugo. Toda la Galia rinde pleitesía a Roma. ¿Toda? No, toda no. Una pequeña aldea de irreductibles galos todavía aguanta los envites de Julio César y sus ejércitos. Y esto es gracias a la poción mágica del druida Panorámix, que confiere a los lugareños una fuerza sin paragón. Quizás el cómic europeo más conocido a nivel internacional, con permiso de Tintín.

21 – Conan el Bárbaro (Varios artistas)

Los exitosos y originales relatos de Robert E. Howard dieron paso a una serie de novelas gráficas sobre su personaje más brutal y, al mismo tiempo, más honorable de la cultura popular. Este bárbaro no es un personaje estereotípico, es que él fue el primero, el creador, de los típicos bárbaros de historias de fantasía. En las distintas sagas protagonizadas por el indomable guerrero cimmerio se dieron cita autores tan laureados como Roy Thomas, Stan Lee o, más recientemente, Kurt Busiek, así como dibujantes de la talla de Barry Windsor-Smith o, sobre todo, el enorme John Buscema. Y no os engañéis, este Conan podría estrangular con sus manos desnudas al Schwartzenegger y al panoli de Jason Momoa (sí, ése que lo interpretó en esa bazofia de remake que hicieron no hace tanto) y luego asarlos a fuego lento para comerse sus intestinos. Porque Conan es duro. Es jodidamente duro.

20 – Astonishing X-Men (Joss Whedon y John Cassaday)

Tras interminables líneas argumentales paralelas, crossovers y una bajada de calidad notable, los mutantes predilectos de Marvel estaban de capa caída a principios de los 2000. Pero eso fue hasta que el señor Whedon, un hombre que parece que sabe hacerlo todo bien (sea dirigir la fabulosa adaptación al cine de Los Vengadores, crear Buffy Cazavampiros o guionizar La cabaña en el bosque) se puso a cargo de escribir este tinglado, junto a los lápices de un joven John Cassaday (Planetary). El equipo está ahora dirigido por Cíclope y una reformada (a medias) Emma Frost tras la espantada del profesor Xavier. Lobezno, Bestia y Kitty Pride completan un conjunto que no sólo ayudará a la gente, si no que va a asombrarlos. Guiones frescos, originales y adictivos con un apartado artístico sencillamente impresionante. Lo mejor de los X-Men, probablemente, desde su etapa más clásica.

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Cíclope escoge bien “sus” chicas / marvel.wikia

19 – Marvels (Kurt Busiek y Alex Ross)

Está muy bien saber cómo ven los superhéroes sus problemas, vicisitudes y los diversos dilemas morales a los que se enfrentan día a día pero… ¿alguien se ha parado a pensar en lo que opina la gente de a pie de esos tipos con capa que los destrozan todo a su paso? Kurt Busiek nos presentó en 1994 a un joven reportero llamado Phil Sheldon, quien nos relataba cómo su vida, su trabajo, y su forma de ver el mundo cambiaron con la progresiva llegada de los seres súper poderosos. Y todo esto con el hiperrealista dibujo de Alex Ross. Una delicia.

18 – Corto Maltés (Hugo Pratt)

Nuestro querido Corto Maltés ostenta el honor de haber colaborado con el escritor Jack London, de navegar por todos los mares conocidos (y por conocer) y de haber sido amigo en su juventud del mismísimo Stalin. Casi nada. Y esta es sólo una pequeña fracción de su interminable lista de méritos. Haciendo equilibrio entre el relato histórico y la fábula de aventuras de ficción, el maestro italiano Hugo Pratt deleitó a sus lectores durante 20 años con las aventuras del carismático capitán de La Valetta. Especialmente recomendables resultan volúmenes como La balada del mar salado o Las célticas.

17 – Peanuts (Charles M. Schulz)

Quizás la tira cómica más reconocible y famosa de la historia. El pequeño Charlie Brown, su simpático beagle Snoopy y todos sus amigos protagonizaron una serie de interminables e hilarantes aventuras durante más de 50 años, que sólo finalizaron con la muerte de su autor. Hablando de Peanuts se nos viene inevitablemente otra tira costumbrista protagonizada por niños, la Mafalda de Quino, quien, por desgracia, no ha soportado igual de bien el paso del tiempo. Entrañable e imprescindible.

16 – From Hell (Alan Moore y Eddie Campbell)

La historia de Jack el Destripador y la teoría de que detrás de sus asesinatos se ocultaba una conspiración masónica es sólo una excusa para que Moore se enzarce a gusto con la moral y las costumbres de la Inglaterra victoriana, sus desigualdades socioeconómicas y su enferma sociedad. La imagen propuesta por Campbell, dura, tosca e imprecisa sirve de fabuloso contraste, generando al lector una incomodidad y claustrofobia con las que Moore se siente especialmente cómodo en su relato.

15 – The Spirit (Will Eisner)

Denny Colt es un justiciero que, capaz de burlar a la muerte una y otra vez, recorre las calles cada noche para acabar el trabajo que la policía no logra manejar, vestido con su característico traje, su antifaz y su sombrero. Ningún villano está a salvo cuando la sombra de The Spirit se aproxima. La historia, claramente policíaca, pero llena de grandes momentos humorísticos e incluso románticos encumbró al señor Eisner hasta la fama inmortal, que ya nunca abandonaría.

14 – Akira (Katsuhiro Otomo)

Nunca antes nadie había detallado un futuro tan desesperanzador como apabullantemente realista. El joven e irresponsable Kaneda es un alocado motorista de NeoTokyo (sí, como la del genial anime Neogenesis Evangelion) que se ve involucrado en unos sucesos que le superan, cuando su amigo Tetsuo, tras ser secuestrado por el gobierno, desarrolla unos poderes psíquicos capaces de destruir ejércitos. Argumentalmente es como un puñetazo en la sien. Visualmente es espectacular. En conjunto resulta apocalíptica. Grandiosa

13 – Kigndom Come (Mark Waid y Alex Ross)

Superman se ha retirado del trabajo salvamundos, y con él toda la Liga de la Justicia. Pero los nuevos superhéroes americanos no tienen tan claro el concepto de ayudar desinteresadamente y sin daños colaterales (destruyen toda Kansas en un enfrentamiento, a priori, “normal y corriente”), y el hombre de acero tendrá que volver para enseñarles ciertas lecciones de humildad y comportamiento. Y, de paso, salvar a la humanidad en el proceso. Este trabajo gozó de la máxima inspiración de Alex Ross, donde con tan sólo cuatro pinceladas y otros tantos colores y brillos logró crear a un Superman tan realista y humano como sus versiones cinematográficas. Los guiones de Waid contribuyeron acertadamente a este acercamiento.

12 – Arkham Asylum (Grant Morrison y Dave McKean)

 El Joker se hace con el control del manicomio de Gotham donde están internos todos los infelices a los que Batman ha dado caza durante años, tomando rehenes y asegurando que los matará siempre y cuando el señor Wayne no se comprometa a pasar una noche con ellos, entre los muros de la institución. El hombre murciélago, retratado a través del inquietante dibujo estilo collage de McKean, descubrirá entonces la delgada línea que separa la razón de la locura, se enfrentará a sus viejos fantasmas e intentará sobrevivir a la suma de los ataques de los internos y la creciente oscuridad de su interior. Bienvenidos a Arkham.

11 – The Sandman (Neil Gaiman y varios artistas)

El escritor Neil Gaiman (autor de grandes éxitos novelísticos como American Gods o Buenos Presagios junto a Terry Pratchett), se embarcó en 1989 en un proyecto tan ambicioso como lleno de calidad en su resultado final. Sueño (o Morfeo), avatar personificado de lo onírico, logra escapar de la prisión que le mantiene cautivo tras más de 70 años de encarcelamiento. Intentará recobrar todos sus objetos de poder y se encontrará con personajes tan variopintos como la encarnación de la Muerte o el mismísimo Lucifer.

10 – Calvin y Hobbes (Bill Watterson)

Inteligente. Desternillante. Enternecedora. Existen muchos adjetivos para describir la tira cómica de Watterson, pero todos ellos positivos. Calvin es un curioso e impulsivo niño de seis años, que junto a su amigo Hobbes, un tigre de peluche con vida propia (al menos en la imaginación de Calvin) nos presenta su particular forma de ver la vida cotidiana. No os dejéis engañar, tras su apariencia infantil, este tebeo ostenta un trasfondo sociofilosófico acojonantemente profundo. Estupendo Man.

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Si Hobbes es imaginario… ¿quién ató a Calvin aquella vez? / Howtoarsenio

9 – El Príncipe Valiente (Harold Foster)

¿Crees que dibujas bien? ¿De verdad? Ahora échale un vistazo a los primeros años del señor Foster con las aventuras de Valiente de Thule en la corte del Rey Arturo. ¿A que ya no crees que dibujes tan bien? Antes de fallecer, el dibujante canadiense nos dejó alrededor de medio centenar de tomos con una belleza visual tan inusual como espléndida. Cada personaje es único y reconocible, cada escenario tiene representados hasta los detalles más nimios. Y todo ello aderezado con unas narraciones épicas, brillantes. Foster empezó con su obra en 1937. En 2014 aún no existe quien haya superado su nivel de maestría.

8 –  Las aventuras de Tintín (Hergé)

Probablemente la historieta franco-belga más influyente del siglo. Más de 200 millones de ejemplares vendidos no es moco de pavo. La imaginación desbordante de George Remi (verdadero nombre del autor) y su dibujo sencillo pero resultón dieron a luz a una serie de personajes inolvidables y aventuras fantásticas que se hicieron con el corazón de jóvenes y adultos de todo el mundo. El joven reportero Tintín, su fiel fox terrier Milú y sus viajes por todo el globo.

7 – Sleeper (Ed Brubaker y Sean Phillips)

Holden Carver es miembro de un grupo terrorista dirigido por el misterioso e inteligentísimo TAO, un villano capaz de conquistar y manipular la mente de cualquiera que se proponga. Pero Carver esconde un secreto, y es que es agente doble, infiltrado por el gobierno para destruir desde dentro a TAO. Sólo su superior, y enlace con la fuerzas del “bien”, John Lynch conoce su tapadera, pero cuando éste es tiroteado y queda en coma, Carver se ve en una situación aún más complicada, cuando el bien y el mal empiezan a estar demasiado confusos. Un dibujo expresivo, las dotes justas de “superpoderes” y un guión en el que nunca sabes lo que va a pasar. Es complicado, es profundo, y es, quizás, el mejor cómic de espionaje que puede llegar a vuestras manos. Ah, y con cameos estelares de un simpático personaje de WildC.A.T.S.

6 – Transmetropolitan (Warren Ellis y Darick Robertson)

El desquiciado, insoportable y misántropo Spider Jerusalem nos presenta el manual definitivo de cómo debe ser el periodismo. A lo largo de 60 números, este Hunter S. Thompson posmoderno se adentrará en la futurista ciudad de la que lleva cinco años alejado, retratando con sardónico humor la enferma sociedad y la desastrosa y corrupta política que imperan en la megalópolis, con los únicos medios que proporcionan su ingenio, sus dos ayudantes novatas e idealistas y una pistola que provoca diarrea. No os dejéis engañar, el polifacético Ellis sitúa la historia en un futuro hipotético pero sus problemas, sus críticas y el periodismo de Spider están ocurriendo ahora mismo, en cualquier parte del mundo. Magistral.

5 – Fables (Bill Willingham y Mark Buckingham)

¿Y si los protagonistas de los cuentos de hadas fuesen reales? ¿Y si hubiesen sido expulsados de sus mundos por un terrible Adversario y conviviesen entre nosotros, tranquilamente y sin armar (demasiado) ruido en un pequeño complejo residencial de Nueva York? A partir de esa premisa básica e inocente, Willingham deja correr su imaginación para presentarnos una historia elaborada y llena de matices, plagada de personajes que todos conocemos. Blancanieves es la teniente de alcalde, un reformado Lobo Feroz hace las veces de sheriff, el Príncipe Azul es un trepa de cuidado y Ricitos de Oro una anarquista revolucionaria. No contento con el aplastante éxito de la serie, el autor presentó dos spin-off de igual calidad, Jack of Fables y Fairest. Pasa de cutreces como Juego de Tronos, si quieres una obra coral enrevesada, emocionante e inolvidable, vente a Fables. Hollywood, sé que tiene potencial pero, por favor, no hagas una película de esto.

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Nada de carrozas mágicas. Metro. / Wikipedia

4 – Planetary (Warren Ellis y John Cassaday)

Cuando el tipo que más sabe de cómics de la actualidad se une con el dibujante más prometedor de estos años el resultado tiene que ser satisfactorio por narices. Ya hablé en su momento de Planetary en Compostimes en este artículo pero, para quien no tenga tiempo de leerlo o, simplemente, pase completamente, le diré que esta maravilla de la viñeta le da un repaso a prácticamente todo el entretenimiento del siglo XX. Elijah Snow, Jakita Wagner y The Drummer son tres arqueólogos de lo paranormal que, en sus investigaciones, se encontrarán con curiosas versiones de la Liga de la Justicia, del Llanero Solitario o incluso Tarzán. Apasionante.

Y, tras tantos preparativos, nos vamos con el pódium, con las tres obras comiqueras dignas de marcar una época.

3 – Valerian, agente espacio-temporal (Pierre Christin y Jean-Claude Mézières)

Se llame Star Wars, se llame Independance Day o incluso El Quinto Elemento (de la que Mézières fue diseñador), prácticamente toda la ciencia ficción producida a partir de 1970 ha bebido, en mayor o menor grado, de Valerian et Laureline, catapultada tras más de 40 años de publicación al pedestal de obra cumbre del cómic europeo del siglo XX­. Valerian es un agente de Galaxity, corazón de la humanidad en pleno siglo XXVIII, y se encarga de, como el título de la obra indica, velar por la seguridad del tiempo y el espacio. En su primera misión, en la Francia medieval, se trae consigo a una joven lugareña llamada Laureline, en pago por la ayuda recibida. Y ahí no hacen más que comenzar unas aventuras que les llevarán a enfrentarse con alienígenas que controlan los miedos de la gente, a viajar al interior de planetas huecos que albergan universos en su interior, a participar en pruebas de valor que pocos aguantarían y, por fin, a aventurarse más allá de los mismísimos confines del Cosmos. Valerian no es un héroe típico. Es patoso, vanidoso, dicharachero y tiene tendencia a meterse en problemas de diversa índole de los que es Laury quien tiene que sacarle, tomando siempre el papel de heroína abnegada y valerosa más que de damisela secundaria. La desbordante imaginación de Christin y Mézières se plasma en unos guiones apasionantes, dramáticos por unos momentos y graciosos por otros, pero siempre sorprendentes, y un apartado gráfico que, si bien comenzó acercándose peligrosamente a los derroteros del tebeo humorístico, pronto ganó una profundidad y riqueza difícilmente imitables.

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Una historia eterna como el Cosmos / Norma

2 – Maus: Relato de un superviviente (Art Spiegelman)

Que Maus sea el único cómic, a día de hoy, que ha sido premiado con un Pulitzer es credencial suficiente para que entre de lleno en nuestro top-3, pero, por si alguien alberga aún dudas, le invito a sumergirse en el Holocausto de los roedores. Este maravilloso cómic es la biografía de Vladek Spiegelman, padre del autor, quien relata su juventud, sus años de felicidad junto a Anja, su primera esposa y madre de Art, su entrada en Auschwitz y su increíble supervivencia allí donde muchos otros perecieron. La magia de Maus no radica en el hecho de que los judíos sean representados como ratones y los alemanes como gatos, va más allá. La magia de Maus es que entra en el tuétano de tus huesos y nunca te abandona, se queda ahí, perforándote. Cuando los ratones sufren, tú sufres. Cuando debaten sobre el amor, terminas por llorar. Cuando son liberados del campo de concentración, lo celebras con júbilo, como si tú también hubieses estado atrapado entre sus alambradas, como si hubieses pasado por las mismas penurias y dificultades que Vladek. Este es el relato de alguien que estuvo en el infierno y logró salir, de alguien que sangra historia.

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Gatetes. Gatetes nazis / Wikipedia

1 – Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons)

¿Quién vigila a los vigilantes? Los enmascarados han servido para erradicar el crimen de las calles norteamericanas pero, ¿no es necesario ponerles coto? Pronto, aquellos que se dedicaban a salvar vidas se ven bajo el punto de mira del gobierno, de los medios y, por ende, de la sociedad. El antiguo equipo de los Watchmen se encuentra desarticulado, con sus componentes intentado adaptarse a la vida normal. Dr Manhattan, el ser vivo más poderoso del mundo, lo más cercano a una deidad real que ha conocido el mundo, ha tenido que exiliarse para evitar que, solamente por su poder, la gente le tema y/o intente utilizarle. Entonces comienzan a tener lugar una serie de extraños asesinatos, de los cuales los antiguos héroes son víctimas. Y, a partir de ahí, una trama tan compleja como fascinante. Cuesta creerlo, pero, como muchas otras obras de arte, la historia cumbre de Alan Moore estalló tarde. Los Cuatro Fantásticos se vendían como churros a finales de los 80, pero cuando esta maravilla salió a la luz, la gente pasó de ella como si fuese un relato menor. Pero los años, por suerte, la colocaron en su sitio, como pilar fundamental del mundo del cómic. Watchmen es una bendita pieza de joyería, no tiene igual. El telón es el de una historia de superhéroes, pero el desarrollo es el de una novela negra, el de un drama, el de un análisis político de la Guerra Fría, el de un relato de desamor, el de la ambición y la pérdida desembocando en la mayor desesperanza, donde, pese a quien pese, hay, y siempre habrá, un rayo de sol. Watchmen lo es todo.

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Horteramen, decían algunos / Nadacomercial

Esperamos que hayáis disfrutado de la lista igual que un servidor disfrutó leyendo apasionadamente todos los cómics que le marcaron por dentro. No están todos, claro que no lo están, siempre se quedarán fuera muchos merecedores de entrar (y ojalá pronto aparezcan algunos más que también sean dignos de colarse por aquí), pero ahí entráis vosotros. Comentarios, alabanzas (eso más), quejas (eso menos), todo será bienvenido. Y, como decíamos en la primera parte: ¡Rápido, corred a por ellos!