50 cómics que no puedes dejar de leer (I)
El mundo de la viñeta ya no es un espacio reservado únicamente a los frikis de los trajes de lycra. Hoy en día cualquiera puede encontrar una obra que le satisfaga, sean las aventuras de All Star Superman, con el hombre de acero salvando el mundo por enésima vez, la traumática historia autobiográfica de Joe Sacco en Palestine o incluso la surrealista final de la Champions League ganada por el PSG con Eric Castel (sí, amigos, incluso eso existe). Entre tanta producción, obviamente, siempre se alzan algunas obras maestras dignas del recuerdo y la inmortalidad como pilares del género, así que presentamos una lista de aquellos 50 cómics (o novelas gráficas) que se han vuelto imprescindibles con el tiempo, ya sea por un dibujo maravilloso que nos hizo temblar por puro síndrome de Stendhal, por unos guiones absolutamente sorprendentes que jugaron con nuestros sentimientos e ilusiones para luego destrozarnos o porque, simplemente, nos han hecho desternillarnos de la risa hasta que nos dolieron las tripas. Como tal vez sean demasiados de un tirón, presentamos de momento la primera (o última) mitad, desde el 50 al 26.
50 – El Incal (Alejandro Jodorowsky y Moebius)
Una de las novelas gráficas de ciencia ficción europeas más reconocidas a nivel internacional e histórico. Una saga épica donde la metafísica, la acción y la filosofía se mezclan por igual. John Difool es un detective de poca monta que se verá dentro de un evento cósmico, mucho más grande de lo imaginado, donde entrarán en juego fuerzas fuera de su comprensión. Todo el misticismo que destila por sus poros el psicomago chileno y un Moebius pletórico a nivel visual son las cartas ganadoras de esta obra.
49- 20th Century Boys (Naoki Urasawa)
Quizás el manga para adultos más laureado en Europa y Estados Unidos. El autor de Monster nos trae una obra, cuanto menos, tan original como ambiciosa. Un número de personajes que ríete tú de Juego de Tronos y una extensión temporal de casi 50 años en el argumento son las credenciales de una historia que, borrosa al principio, como las infantiles profecías de sus protagonistas, comienza a encajar de forma inquietante según avanzan las páginas.
48 – Groo the wanderer (Sergio Aragonés)
¡Abran paso, porque Groo no va a dejar títere con cabeza! Bueno, eso si el bárbaro más patoso y tontorrón del mundo consigue salir de los infinitos problemas en los que se mete día sí y día también en sus viajes. Gracias a sus desventuras y tribulaciones, Aragonés fue uno de los primeros dibujantes españoles en triunfar al otro lado del charco.
47- 300 (Frank Miller)
Detrás de la maravillosa adaptación al cine por parte de Zack Snyder hay una novela gráfica aún más grande. Miller toma un hecho histórico tan famoso como la Batalla de las Termópilas y lo usa a su antojo para todo tipo de situaciones espectacularmente violentas, con un estilo visual y narrativo tan directo como sorprendente. Al igual que con Sin City, Miller estuvo a sólo un paso de revolucionar por completo el género.

300 acaba como la presidencia de Rajoy. Mal. / tierrademercenarios
46 – Moomin comic strips (Tove y Lars Jansson)
Aquí conocimos en nuestra infancia las aventuras de estos entrañables… ¿trolls? gracias a su serie de animación, pero en tierras norteñas son unas tiras cómicas que se publicaron durante casi 30 años y se convirtieron en el mayor exponente del humor infantil escandinavo. Bienvenidos a la máxima expresión de la adorabilidad.
45 – Y: The Last man (Brian K. Vaugham y Pia Guerra)
¿Y si fueses el último hombre vivo de la tierra en un mundo poblado por mujeres? Terrible pesadilla para unos, una vida llena de posibilidades para otros (oh, venga, llamadme machista, lo estáis deseando ¿verdad?). El afamado guionista Brian K. Vaugham planteó esta idea poco antes de meterse en ese anodino pozo de tópicos llamado Saga y que está a punto de llevarse todos los Premios Eisner del mundo mundial. Porque los Eisner no son un premio amañado. Para nada. Jamás. Pero vayamos a la historia: el joven Yorick, acompañado de su mono Ampersand y sus peripecias en un mundo sin varones. Curioso, por lo menos.
44 – Strangers in Paradise (Terry Moore)
La pobre Francine está enamorada de Freddie, que es un putero y sólo le interesa, digamos, mojar el churro. Katchoo es una lesbiana violenta y adicta a los revólveres y está enamorada en secreto de Francine, con quien comparte piso. Y el pobre David es un hipster sentimental e intimista que cree poder conquistar a Katchoo. O a Francine. O quizás ninguno lo tiene claro. Y tras todo este telón, algunos asesinatos. El hilarante Terry Moore nos presenta el mejor intento de sitcom plasmada en papel, añadiéndole un plus de suspense en segundo plano. Entrañable.
43 – Los Invisibles (Grant Morrison y varios artistas)
Nuestro querido guionista escocés tiene un número inusual de pedradas infumables a lo largo de su carrera, como The Authority: El año perdido, pero, afortunadamente, cuando está en plenitud de facultades se vuelve un contador de historias prácticamente imparable. La premisa esta vez es sencilla. Una organización secreta que lucha entre las sombras contra la dominación alienígena usando magia, viajes en el tiempo y hostias, hostias como panes.
42 – Juez Dredd (varios artistas)
Creado por John Wagner y Carlos Ezquerra. El lema de “juez, jurado y verdugo” nunca ha tenido tanto sentido como en los futuristas escenarios en los que Dredd y sus compañeros aplican la ley, sea por las buenas o por las malas. Quizás uno de los mejores ejemplos de la ciencia ficción británica en los últimos tiempos en el mundo viñetístico.
41 – Gen 13 (varios artistas)
Admitámoslo, si unos simpáticos e inadaptados adolescentes adquieren poderes sobrehumanos tras unos traumáticos experimentos y, tras esto, se les suelta en plena California dudo mucho que se comporten como los Teen Titans y defiendan la bondad, la justicia y la castidad. Al menos no todo el tiempo, ¿no? Jim Lee, también conocido por los pasillos de su empresa como “el sacacuartos de DC” (donde dicen que cobra hasta por darte la hora), lo sabía de sobra y se sacó de la manga, junto a su amigo Brandon Choi, una serie fresca, descarada y que adaptaba los jóvenes superhéroes al estilo de vida de la generación MTV. Las sagas finales, guionizadas por el genial e irreverente Adam Warren y dibujadas por Ed Benes son una auténtica delicia.

Ed Benes enseña cómo dibujar muslos / DC.wikia
40 – Bone (Jeff Smith)
Diez Eisneir y once Harvey son pocos premios para Bone. Un cuento fantástico tan oscuro como desternillante, dependiendo de la ocasión, y protagonizado por una de las razas más maravillosas jamás creadas, llena de personajes originales y carismáticos. En la revista Time han llegado a decir de Bone que: “es tan absorbente como El Señor de los Anillos pero mucho más divertida”.
39 – Fullmetal Alchemist (Hiromu Arakawa)
Quizás uno de lo shonen más laureados de los últimos años, tanto por calidad de guión como por cantidad de hype surgido a su alrededor. Edward y Alphonse Elric son dos hermanos alquimistas que, afectados por un hechizo malogrado que dejó a Edward sin un brazo y una pierna y a Alphonse con su cuerpo destruido y su mente confinada en una armadura de metal, vagan por el mundo intentando encontrar la Piedra Filosofal para recuperar la normalidad. Drama, aventura, unas dosis de acción bastante altas y unos personajes (especialmente los secundarios, como el Coronel Mustang) totalmente encantadores.
38 – Bienvenidos a Tranquility (Gail Simone y Neil Googe)
Los superhéroes también se hacen viejos, sí, y cuando llega tal momento, lo único que les interesa es cobrar su pensión, dejarle el trabajo a los jóvenes y retirarse a un pequeño pueblecito llamado Tranquility, donde crían y educan a sus hijos y nietos. Pero, obviamente, con tanto superpoder junto, empezarán los problemas. Fantástico y desternillante guión de Gail Simone, que logra engancharte y sumergirte irremediablemente junto a los atractivos diseños del ilustrador Neil Googe.
37 – La Liga de los hombres extraordinarios (Alan Moore y Kevin O’Neill)
Imagínate a todos los héroes de la época victoriana juntos. Allan Quatermain, el Capitán Nemo, el doctor Jekyll (con Mr. Hyde) o el Hombre Invisible son sólo algunos de los protagonistas de una obra que fue adaptada no hace tanto al cine que resultó vapuleada por crítica y público. Como siempre, Alan Moore no sólo te plantea aventuras, si no que te hace reflexionar sobre las mismas.
36 – Predicador (Garth Ennis y Steve Dillon)
Un sacerdote de poca monta es poseído por el espíritu de una criatura mitad ángel y mitad demonio. Acompañado por su ex novia, cargada de secretos, y por un irreverente y alcohólico vampiro irlandés, Jesse Custer decidirá usar sus nuevos poderes para, esta vez literalmente, buscar a Dios, de quien hace mucho que nadie sabe nada, y de paso cantarle las cuarenta por toda la porquería que ocurre día a día en el mundo. Una habilidosa mezcla de western y fantasía religiosa llena de acción a raudales y chorros de humor negro.

El del medio es cura. Lleva alzacuellos / enepisodiosanteriores
35 – The mighty Thor (varios artistas)
¿Quién no conoce al Dios del trueno? Para que os hagáis una idea, no hace muchos años, un viejo amigo del instituto me dijo un día, cuando le hablé de la mitología nórdica: “ah, ¿pero a Thor no lo inventó Stan Lee?” Entrando en materia, nuestro poderoso rubio, ex integrante de Los Vengadores, combate las artimañas interdimensionales del maquiavélico Loki armado con su infalible martillo Mjolnir. Tras más de 400 capítulos (y casi tantos autores), nos quedamos con los guionizados por Michael Strazynski y, sobre todo, con los más clásicos de Walt Simonson y Sal Buscema.
34 – Animal Man (Grant Morrison y Chas Truog, entre otros)
Que el limitadísimo Steve Dillon sea el dibujante más virtuoso que ha pasado por una colección no debería ser síntoma de un buen apartado artístico, pero es que Animal Man siempre ha destacado más por sus historias y diálogos que por el arte visual, cosa que quedó patente con las intimistas e interesantes aventuras que le proporcionó el señor Morrison a un personaje, hasta entonces, sumido en el olvido comiquero. Buddy Baker es un tipo que puede asumir las capacidades de cualquier animal de la tierra. Y, a veces, del universo.
33 – Persépolis (Marjane Satrapi)
“¿Una autobiografía de una mujer iraní que relata cómo el fundamentalismo islámico se hace con el control de su país tras el fin del sha de Persia y comienza a oprimir a la población? No, gracias, prefiero a Daredevil saltando por ahí en sus mallas rojas de látex como un mandril en celo” Pero lo cierto es que Persépolis es una historia tremendamente conmovedora. Dividida en cuatro partes, los recuerdos de Satrapi terminan por hacer mella en el lector y por convertirlo en parte de la propia historia. La autora huyó del régimen, pero quien empieza Persépolis no la abandona hasta la última página.
32 – Astro City (Kurt Busiek y Brent Anderson)
La propuesta es similar a la de Bienvenidos a Tranqulity, sólo que los superhéroes que van a esta urbe no están precisamente jubilados, si no en plenas facultades. Kurt Busiek nos enseña su proyecto más personal y exitoso, con el que llegó a ganar tantos premios que tenía que meterlos en el retrete para hacer espacio en su casa. Y desde no hace mucho ha vuelto a publicarse como serie regular. Muy recomendable.
31 – Mortadelo y Filemón (Francisco Ibáñez)
No podía faltar en esta lista el mayor y más famoso exponente del humor patrio. Los dos agentes más chalados y adorablemente incompetentes de la T.I.A. llevan publicándose desde el principio de los días (o desde 1958, si queréis que exagere menos). Y en todos esos años nunca han mostrado síntomas de fatiga, pese a que viñeta sí y viñeta también les aplasten pianos caídos de azoteas, les exploten cócteles molotov en las narices o el pobre Superintendente Vicente pierda la paciencia de una vez por todas con sus empleados más catastróficos.
30 – WildC.A.T.S. (varios autores)
Cuando los estudios Wildstorm (fundados por nuestro viejo amigo Jim Lee) desafiaron la hegemonía superheroica de Marvel y DC, uno de sus mejores argumentos fue este equipo de operaciones encubiertas, que defendía la tierra de amenazas de otro mundo. Tras muchas aventuras y vicisitudes diversas (hasta una etapa escrita por Alan Moore y dibujada por Travis Charest, con el grupo encabezado por el poderoso Mr Majestic), los Wildcats se convirtieron ni más ni menos que en una empresa distribuidora de tecnología punta, intentando cambiar el mundo desde el liberalismo. El androide líder, Spartan, bajo el alter ego del multimillonario Jack Marlowe, y el pistolero más ingeniosamente encantador del mundo, Grifter, refundaban el conjunto superheroico y le daban un nuevo enfoque gracias a los geniales guiones de Joe Casey. Por supuesto, ni siquiera así se librarían de los locos homicidas interespaciales ni de sus viejos enemigos, y el liberalismo y los precios baratos en baterías para coches de duración eterna estaban acompañados de los consiguientes enfrentamientos. Y menos mal. Uno de los equipos de metahumanos con más personalidad, humor y mala leche.

Así como los X-Men en plan moderneo / dinamo.art.br
29 – La cosa del pantano (Alan Moore y varios artistas)
Originalmente era una serie de los 70, creada Len Wein y Berni Wrighton. Un científico resulta atacado por unos malhechores y se quema vivo entre un interminable sufrimiento. Pero no muere, si no que, aún agonizante, se arroja a un lago cercano y los productos químicos con los que trabajaba le proporcionan una curiosa simbiosis con las planta acuáticas, convirtiéndolo en un monstruo poderoso y sediento de venganza. Pese a su calidad, la serie pasó sin pena ni gloria hasta que la rescató unos años después ése ermitaño melenudo (y genial) llamado Alan Moore, quien la renovó y le aportó un plus de profundidad. Y por cierto, aquí apareció por primera vez el protagonista de nuestro próximo cómic de la lista.
28 – Hellblazer (varios autores)
John Constantine es un hechicero oriundo de Liverpool, adicto a la nicotina, cínico y manipulador donde los haya, capaz de sobrevivir a mil y un peligros de forma a veces inexplicable. Es un detective de lo sobrenatural en un mundo moderno, donde lo místico está obsoleto por la confrontación con lo que consideramos realidad. Sus oscuras y literarias reflexiones y su ácido sarcasmo son el mejor antídoto contra los demonios del averno. Aquí han coincidido guionistas tan reputados como Warren Ellis o Brian Azzarello. Vale la pena su etapa clásica.
27 – Batman, la broma asesina (Alan Moore y Brian Bolland)
Hay veces en las que para comprender mejor a un héroe, tenemos que acercarnos a sus viejos y más temidos fantasmas. En esta ocasión, nuestro escritor de Northampton favorito profundiza como nunca antes la malvada némesis de Batman, el jocoso y delirante Joker. Conforme avanzan las páginas no podemos dejar de observar, con profunda y creciente desazón, que pese a las malvadas intenciones y la locura inherente de la que hace gala, tal vez el desquiciado malhechor no sea tan distinto al hombre murciélago que protege Gotham City.
26 – Dragon Ball (Akira Toriyama)
EL manga, así, con mayúsculas. El único e inimitable. Tras casi lograrlo con Dr Slump, el señor Toriyama consiguió con Dragon Ball marcar un antes y un después en el noveno arte procedente del país del sol naciente. Nunca las historietas japonesas volverían a ser iguales. Una serie de personajes carismáticos, una historia atrayente, la cantidad justa de gags humorísticos y, sobre todo, el sencillo (y resultón) arte de la gresca por la gresca. Sería realmente complicado analizar objetivamente cómo nos marcaron a todos las interminables aventuras de Goku. Su continuación, Dragon Ball Z, fue aún mejor, introduciendo nuevas tramas, más profundidad y, por supuesto, más luz, fuego y destrucción.

El mejor recuerdo de tu infancia. / dragonballwikia
Y hasta aquí la primera parte de este ránking. Es un ránking, sí. Y nadie va a estar completamente de acuerdo. También. Así que, como autor, os comino al debate y el aporte por vuestra parte, queridos lectores, de obras que se me hayan quedado en el tintero (obviamente hay un millar de ellas). Próximamente tendréis oportunidad de disfrutar de los siguientes 25 títulos, aquellos que, ahora sí, son los más imprescindibles entre los imprescindibles, los que, si tenéis dinero suficiente (bueno, hay bibliotecas) y sois amantes del noveno arte (y si no pues también, que total Alan Moore es bastante mejor escritor que Hemingway y Paul Auster juntos, qué demonios) debéis correr a la librería más cercana para haceros con ellos. Y como dirían en cualquiera de estas obras… continuará.