Cómo escoger al nuevo rector

Con las elecciones a rector a la vuelta de la esquina, cabe hacerse preguntas sobre qué le pasa a la universidad compostelana. Como vimos, la USC atraviesa un momento crítico. Desde la incapacidad para aprobar unos presupuestos, hasta la aplicación de un Plan Bolonia que no acaba de asentarse del todo, la universidad tiene unos problemas que pocos pasan por alto. Es en ese punto donde entra la figura decisiva del rector. Encargado de la dirección, gobierno y gestión de la universidad, el rector busca en teoría la autonomía en todos los campos de la Universidad, aunque principalmente en lo económico.

Alumnos, personal docente, administrativo y de servicios (PAS) concurren el día de la votación con una misma responsabilidad; escoger al sucesor de Casares Long. La responsabilidad es común, pero no lo es el valor de sus decisiones. No pesa lo mismo el voto de un alumno que el de un profesor, ni el de un PAS que el de un investigador. Esto sucede así debido a que en la USC existe un sistema de voto ponderado. El voto ponderado consiste en asignar un peso diferente a cada voto dependiendo de a qué grupo pertenezca el votante. Su uso en teoría busca corregir desequilibrios en la representación. Los votantes son divididos en grupos con diferente peso en función de su tamaño, por lo que los que se encuentran en inferioridad numérica reciben en teoría un peso en sus votos mayor para compensar su número respecto a otros grupos. Las ponderaciones son las siguientes:

Si miramos la ponderación del voto de los profesores permanentes doctores vemos que tienen una ponderación del 51%. Es decir, el voto de un profesor doctor vale mucho más que el del resto de electores. En las pasadas elecciones, donde Casares Long salió elegido, este voto fue el que le proporcionó una diferencia suficiente respecto de su rival para ganar.

El voto de un profesor doctor vale mucho más que el del resto de electores

Según los datos de los censos de las últimas elecciones, hubo aproximadamente 33.200 electores entre Lugo y Santiago. De estos,1348 eran profesores doctores permanentes, en torno a 1170 personal docente e investigador no permanente, 26.549 estudiantes de primer y segundo ciclo y 1251 Personal de Administración y Servicios. Si expresamos en porcentajes el número de electores, vemos que en torno al 5% de todos los electores (profesorado doctor permanente), acapara una ponderación del 51%, mientras que el 95% restante una del 49%.

eleccions2014

Cabe preguntarse por la idoneidad de este desequilibrio en el voto, teniendo en cuenta que los profesores podrían escoger por sí solos a un rector en caso de ponerse de acuerdo y que el valor de su voto es muy desequilibrado en relación al resto. El número de votos ponderados finales se calculará de esta forma (artículo 48, punto 3) teniendo en cuenta la ponderación de cada grupo y el número de votos del mismo.

Ser consciente del peso de nuestro voto resulta útil a la hora de enfrentarnos a unas elecciones con voto ponderado. No obstante, el debate sobre el sistema electoral de las universidades españolas no parece haber cobrado mucha fuerza en los últimos años, a pesar de que este es un elemento clave a la hora de escoger a los gestores y representantes de nuestras universidades. Esperemos que en pleno auge de las críticas al sistema electoral al Congreso, el debate en este campo se abra también en breves. El peso del voto es y siempre será un tema que debemos mantener en el punto de mira.

Foto de portada: El Progreso