Rafinha, la nueva joya de la factoría Alcántara

Rafinha Alcántara, el nuevo ídolo de la grada de Balaídos, es un genio de la pelota y entiende el fútbol como los grandes jugadores con solamente 21 años. El joven hijo de Mazinho, ex jugador del Celta de Vigo y ganador de la Copa del Mundo de 1994, desembarcó en la Ciudad Olívica este verano tras dejar al filial del Barcelona, un año más, en Segunda División. Como si de una estrella mundial se tratase 4000 aficionados fueron a arroparle el día de su presentación y se erigió como el fichaje estrella del equipo. Aun así, los comienzos de Rafinha en la Liga BBVA no fueron fáciles. En los primeros partidos no llegó a mostrar esa gran calidad que atesora y fue en la segunda vuelta cuando comenzó a mostrar sus virtudes y empezó a hacer desaparecer sus principales carencias.

La comparación con su hermano Thiago, actual jugador del Bayern de Münich, resulta casi obligatoria. El mayor de los hermanos es un auténtico virtuoso y realiza todas sus acciones con un estilo y una clase superior, busca la belleza en el pase y en la jugada. Sin embargo, Rafinha, es mucho más práctico, mucho más sencillo y seguro que su hermano a su edad. Quizás quepa la comparación de estos jugadores con dos escuelas filosóficas como son el epicureísmo y el pragmatismo, relacionando el placer y la belleza que la primera de ellas busca con Thiago, y la eficacia de la segunda, con Rafinha.

Fuente: lajugadafinanciera.com

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El menor de los Alcántara es así, eficaz, y como tal goza de multitud de atributos positivos. Destacan su excelente conducción, su potencia y su regate. Su pie izquierdo es un guante y su golpeo de pelota se vuelve fundamental a la hora de analizar su fútbol y su importancia en el terreno de juego.

Si queremos encontrar algún defecto en semejante saco de talento innato quizás debamos buscar en el pase corto, donde muestra ciertas complicaciones. A esto se le une otra carencia, que quizás sea más visible, y es que como jugador técnico, abusa de la posesión. Podemos decir en jerga colegial que, en ocasiones, Rafinha resulta un tanto chupón. Estas carencias chocan con sus grandes capacidades. Sus increíbles cambios de juego y su precisión en el pase a distancia, unido al anteriormente citado golpeo de balón, conducción y potencia hacen de Rafinha un jugador único.

Rafinha aún no ha desenvuelto ese control de la jugada que caracteriza a los grandes mediocentros

De lo positivo y lo negativo de su juego nace la posición que ocupa actualmente en el Celta, volante derecho o extremo derecho, según requiera la ocasión y Luis Enrique considere oportuno, que ha llegado a colocarlo incluso de falso nueve.

Dentro de su espacio en la cancha destaca su juego sin balón cuando se posiciona como interior derecho, pues su movilidad es una de sus principales virtudes. El jugador hispano-brasileño está constantemente buscando el espacio para recibir la pelota. Está habilidad unida a su explosiva arrancada y a su potencia provocan auténticas situaciones de peligro y resultan ser un quebradero de cabeza para las zagas rivales, ya que Rafinha se mueve con igual habilidad en ambos costados de la cancha. Esto le permite encarar al rival en jugadas de uno para uno o bien girarse de manera rápida y precisa para dirigir el ataque celeste.

Bien es cierto que Luis Enrique suele utilizarlo más de extremo que de volante y esto es debido a que a la hora de tocar el balón, de mover al equipo, Rafinha muestra uno de sus defectos más notables. El juego del Celta centra el inicio de los ataques en los volantes, Augusto Fernández, Alex López o Krohn Dehli combinan con el mediocentro, Borja Oubiña o el propio Krohn, y con los laterales, tanto Hugo Mallo como Jonny se suman al ataque con relativa frecuencia doblando a interiores y extremos. Rafinha no goza de ese peso en la creación de la jugada debido al anteriormente citado abuso de la posesión de la pelota. Rafinha aún no ha desenvuelto ese control de la jugada que caracteriza a los grandes mediocentros.

Fuente: 100x100fan.com

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Sin embargo destacan sus incursiones verticales que desembocan en situaciones de auténtico peligro. Es por esta característica, por sus precisión en el pase largo y por su técnica lo que hacen de Rafinha un jugador ofensivo que destaca mucho más a la hora de atacar que a la hora de crear. Buen ejemplo del peligro que generan sus diagonales es el gol que metió ante el Getafe en Balaídos jornadas atrás, que podemos ver en el siguiente vídeo:

Estas cualidades hacen de Rafinha un extremo seguro que rara vez pierde la pelota. Pese a la presión del rival el menor de los Alcántara pisa y aguanta el balón como nadie, dota al Celta de una pausa vital para su juego basado en la combinación. A esto se le une su excelente capacidad para liderar los contragolpes, que pese a no ser un mariscal del centro del campo, dirige y aprovecha de manera excepcional.

Ha de tener pausa a la hora de ascender en los escalones que en el mundo del fútbol existen para poder triunfar a nivel mundial, porque en Vigo, ya lo ha hecho.

Otro apartado a destacar de la aportación de Rafinha al juego del Celta de Vigo es su aportación defensiva, muy digna y sacrificada. El joven jugador del Celta muestra su derroche físico, una vez más, a la hora de replegar líneas, cerrar espacios o presionar al rival.

En la temporada 2013-2014, Rafinha Alcántara, lleva un total de 4 goles en 25 partidos jugados, unos números, a priori, poco espectaculares. Pero tal como se afirmo al comienzo de este texto, su explosión como jugador surge en la segunda vuelta del campeonato. Este excelente estado de forma que le acompaña hace de Rafinha una pieza fundamental en el actual sistema celeste y uno de los jugadores más desequilibrantes de la plantilla.

Rafinha es, en definitiva, un diamante en bruto deseado por todos los grandes equipos europeos. Que puede dar mucho más de sí es una realidad que nadie niega dada su juventud, pero hay que cuidarlo, ha de tener pausa a la hora de ascender en los escalones que en el mundo del fútbol existen para poder triunfar a nivel mundial, porque en Vigo, ya lo ha hecho.