La familia más feliz de Nintendo

Es difícil pensar en alguien que no haya tenido una videoconsola. Da igual que haya sido la vieja NES que heredaste de tu primo, una pequeña portátil comprada en el chino o incluso un tamagochi. Pero de todas las videoconsolas que se han puesto a la venta y que esta generación perdida, ahora en la universidad, ha podido disfrutar, solo hubo una que dominara de forma tan clara su tiempo. Una videoconsola que tenían todos los niños. Aquella a la que siempre jugaban tus amigos cuando salían al recreo y alrededor de la cual  se escuchaban comentarios como “¡Ahora me toca a mí!”, “Llevas mucho tiempo” o “Me tocaba cuando terminaras esa misión, ¡y ya la acabaste!”. La misma que volvió locos a una generación de padres y madres, buscando en las tiendas las nuevas aventuras de nuestros héroes favoritos, pero en la pantalla pequeña. Ese clásico inmortal que dominó el mundo y la década de los noventa, nacido en el país del sol naciente y desarrollado por la compañía del fontanero italiano. Esa videoconsola era la Game Boy.

Una videoconsola que tenían todos los niños.

Con el final de los ochenta llegaba una nueva era en el entretenimiento portátil. En 1989 desembarcaba en las estanterías de las tiendas la primera Game Boy, un ladrillo de color gris y pantalla amarilla que sería el hazmerreír de nuestras actuales 3DS o PSP Vita. Sin embargo, esa “pequeña” máquina supuso una revolución que además venía acompaña de otro de los grandes clásicos del videojuego, el Tetris. El juego más popular entre los camaradas de la Unión Soviética. Gracias a esa famosa melodía rusa, Korobéiniki, que amenizaba nuestras horas de diversión con unas pequeñas figuras no había nada que pudiera parar a esta joya de Nintendo. Más grandes títulos como Super Mario Land, Dr. Mario, Kirby’s Dream Land o Donkey Kong Land; ponían el broche de oro a esta fábrica de entretenimiento portátil.

Game Boy

Un estilo de los ochenta que siempre estará de moda.

Sin embargo, ni la propia Game Boy era inmune al paso del tiempo y por lo tanto había que modernizarse. En 1996 la Game Boy Pocket llegaba a nuestras casas. Para muchos, que crecieron viendo a sus hermanos y primos mayores jugando a la Game Boy, la Pocket fue su primera videoconsola. Se trataba del mismo producto, pero más pequeño, más ligero, de varios colores, y con una pantalla menos amarilla. Pero en esencia lo mismo. De todas formas, si su hermana mayor irrumpió en nuestros hogares gracias al Tetris, el juego más característico de esta versión reducida fue el Pokémon. A pesar de Pokémon fue publicado unos meses antes en Japón que la puesta a la venta de la Game Boy Pocket, no llegaría a Europa hasta el año 1999. Muchos niños de finales de los 90’ cayeron atrapados en las redes del videojuego gracias a este título revolucionario al que siempre recodaremos con una Game Boy Pocket.

Pokémon Amarillo

¡Fuera el blanco y negro y que venga el color! ¿Qué sería de Pikachu si no fuera amarillo?

Es cierto que con Game Boy Pocket, Nintendo añadió algo de color a la carcasa y un estilo más fresco a su vieja gloria de finales de los ochenta. Por lo tanto, la siguiente apuesta tenía que ser el gran salto que terminaría por poner a la familia Game Boy en lo más alto. Por aquella época  el blanco y negro no tenía el mismo estilo que en Instagram y a la gente todavía le gustaban las imágenes a color, y más cuando se trataba de una videoconsola portátil. Con este cambio, Nintendo nos trajo la Game Boy Color. Este dispositivo, con las mismas carcasas de colores que su antecesora, no era tan potente como otras portátiles de la época. Sin embargo, el hecho de contar con retrocompatibilidad y un tamaño cómodo y versátil, la catapultaron a lo más alto. Gracias a ella todavía podíamos seguir jugando al Tetris de 1989 y ver a nuestros héroes de toda la vida, pero con más vida. Por fin podíamos ver en la pantalla pequeña como Link era atacado por las mortales gallinas, a Pikachu lanzar un impactrueno y a Mario lanzar auténticas bolas de fuego.

Gracias a ella todavía podíamos seguir jugando al Tetris de 1989 y ver a nuestros héroes de toda la vida, pero con más vida.

La larga historia de la familia Game Boy, dio lugar a muchos accesorios, cables Game Link, impresoras, etc. Y a juegos muy distintos. Pero de todas las cosas que trajo consigo, lo más importante fueron las horas de diversión para todos aquellos niños de los noventa. Si bien esta saga continuaría después con la Game Boy Advance y con la Game Boy Advance SP, muchos de los que habían empezado con ella en 1989 eran demasiado mayores para continuar o se había perdido el espíritu original. Con los 00’ hasta se llegó a sacar al mercado, en un ataque de locura por la conquista del sector más “femenino” de la población, una Game Boy Advance SP Girls Edition, que solo se diferenciaba en el color rosa de la carcasa. El tiempo había pasado y soplaban vientos de cambio. Así, Nintendo mató la saga Game Boy con la salida al mercado de la Nintendo DS en 2004, la cual carecía de retrocompatibilidad con su predecesora. Muchos se pasaron a esta nueva plataforma, más moderna, potente y con una planteamiento más novedoso en el juego portátil. Pero por suerte, los más nostálgicos seguirán jugando con su viejo Pokémon Azul, su Zelda Oracle Of Seasons, o el Donkey Kong Land. Diversión clásica en color o en blanco y negro.

Imagen de portada: www.brain-magazine.fr