Jason Collins: ¿Pionero o paquete?

Uno de los grandes tabús del deporte profesional es el silencio que existe sobre orientación sexual de todos aquellos que forman parte de él. Como una especie de acuerdo tácito dentro de los distintos estamentos que lo forman, nadie parece querer escuchar que alguno de sus compañeros pueda ser homosexual. Sin duda, es uno de esos temas que no debería tener mayor transcendencia fuera del ámbito privado, pero que siempre ha sido visto como un asunto espinoso cuando se ha relacionado con el mundo de la actividad deportiva profesional.

En medio de todo cúmulo de silencio y transparencia mediática un nombre ha salido a la palestra, el del pívot norteamericano Jason Collins, en concreto, debido a unas declaraciones recogidas por Sports Illustrated en el mes de abril del pasado año, en las que aclaraba su verdadera orientación sexual. El jugador de 35 años y seleccionado en la 18ª posición del Draft del año 2001 ha sido el primer jugador profesional de las grandes ligar americanas en declarar de forma abierta su homosexualidad mientras estaba en activo, aunque su caso sea un poco especial ya que después de más de dos lustros en la liga, sus palabras llegaron cuando se encontraba sin equipo. Su periplo en la NBA se podría resumir en siete años en los Nets, seguidos por cinco años probando suerte en distintas franquicias de la liga, y dejando en todos ellos unos números y sensaciones, siendo generosos, muy discretos.

Su rendimiento dentro de la cancha se explica con facilidad. Durante toda su carrera su juego se podría definir a la manera de Manel Comas, calificándolo como “un autentico NAF” (Negro Atlético Fraudulento), o dicho de otra forma menos castiza, un jugador cuya capacidad reside únicamente en sus cualidades físicas, con un talento muy limitado para la práctica del baloncesto, especialmente por su falta de recursos ofensivos que se pueden resumir en poder estirar el brazo hacia el aro, agarrar el balón con ambas manos, colocar bloqueos y realizar mates. Su sola presencia en diversos rosters de la mejor liga del mundo durante más de diez años solo puede ser explicada por rondar los 2,15 metros de estatura en la época en la que los jugadores interiores más escasean.

Jason Collins en su vuelta a las pistas. Sacada de Zimbio.com

Jason Collins en su vuelta a las pistas | Fuente: Zimbio.com

Los mejores números de su carrera apenas superan los 6 puntos y otros tantos rebotes por partido, realizados en una temporada en la que disputó más de 30 minutos por partido de media. Sin duda un bagaje que no le hará pasar a la historia de la competición, ni tan siquiera para ser recordado como un jugador correcto de rotación.

Unos números en la mejor temporada de Jason Collins de 6 puntos y 6 rebotes en más de 30 minutos por encuentro no le harán pasar a la historia de la liga

Tras no renovar su último contrato temporal con los Wizards el año pasado, Collins parecía destinado a no volver a disputar un partido en esta competición. Pero todo cambió en el momento en el que realizó su controvertida confesión, pues el revuelo mediático le ha puesto de nuevo en el candelero. Tras unos meses de tiras y aflojas el pívot ha logrado firmar un nuevo contrato en un equipo NBA, lo cual sucedió después de que muchos medios de comunicación hayan sido participes en esta historia y el propio jugador haya declarado que su orientación sexual era la que cerraba puertas a las que seguramente su falta de calidad había echado el candado tiempo atrás. Por esto cabe la duda de si la intención del pívot era agarrarse a un clavo ardiendo en busca de su último contrato profesional con sus declaraciones, o realmente las hizo como un paso más hacia la normalidad en el deporte y en la sociedad.

Porque puede que su salida del armario sí que marque un hito en la historia del deporte norteamericano, quizás sus palabras puedan servir para quitar hierro a una situación que parece más propia de la Edad Media que de la Contemporánea, la aceptación de la homosexualidad como algo natural en el mundo del deporte. Mientras Collins afronta su vuelta a las pistas con Brooklyn Nets, solo queda que el tiempo decida cuál será la contribución de Jason al baloncesto, si será recordado como un paquete o como un pionero en la lucha contra la homofobia y los tabús causados por la no aceptación de la verdadera condición sexual de los integrantes del universo de la canasta.